Tres invitados tuvieron caras de pocos amigos y uno pudo ver una sonrisa. La imagen con el presidente Mauricio Macri y su mujer Juliana Awada es la que muestra al gobernador Juan Schiaretti más relajado y con una suave sonrisa.
En cambio con Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Alberto Fernández es con quien se puede observar un gesto de mayor seriedad y tensión en las tomas distribuidas oportunamente por el área de Prensa de la Provincia. Con el candidato a vicepresidente de Macri, el senador rionegrino Miguel Ángel Pichetto también se lo ve serio, pero se nota una menor tensión en el ambiente.
El gobernador Schiaretti y Alberto Fernández en la Casa de Gobierno.
Con el candidato del Frente de Todos, distribuyó dos imágenes (aquí aparece una de ellas), en las que parece darse un diálogo intenso y hasta de reclamo por parte del mandatario provincial. La mano derecha de Fernández intenta justificar. También fue realizada desde un ángulo poco habitual para las fotos del gobernador en su despacho, que siempre son de frente al gobernador o desde su lado izquierdo, pero nunca desde el derecho, como esta, en donde se pueden observar las medias negras, algo arrugadas del principal dirigente opositor al presidente Macri.
El gobernador Juan Schiaretti cuando recibió en casa de gobierno a la fórmula de Consenso Federal, Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey.
De cualquier modo, la imagen en la que se lo ve con “cara de pocos amigos” es con Lavagna. Schiaretti y el ex ministro de Economía se conocen desde hace mucho tiempo, pero el gobernador cordobés no digirió que haya evitado las PASO con Sergio Massa y el gobernador salteño Urtubey. Lo considera, además, un hombre ligado al pensamiento del sector industrial afín al grupo Techint, un holding con el que Schiaretti ha tenido distintos encontronazos.
Miguel Ángel Pichetto y Juan Schiaretti en el despacho del gobernador, en el centro cívico.
Quienes tratan con Pichetto, señalan que es un personaje de trato amable, con quien no es tan habitual encontrar malas caras. Quizá por eso y por la habitualidad que tienen entre ambos, la escena es menos formal, aunque no deja de ser sobria.
