Luca Vildoza está en shock. La emoción de concretar una hazaña recorre su cuerpo y su cabeza ya está por las nubes. Hace minutos que la Selección Argentina dejó afuera al poderoso Serbia y el mundo entero pone los ojos en los jugadores argentinos. Ya nada será igual para ellos. Tampoco para Vildoza, el talento más vistoso de esta nueva generación NBA.
“El Mundial me cambió la cara, me dio un nombre, ya no me sentí el chico mimado que salió de Quilmes. El Mundial me dio cierta reputación”, confirmó un año después del subcampeonato obtenido en una nota con La Nación.
El antes y el después fue evidente. Recluido a un papel secundario en el Baskonia, el técnico Dusko Ivanovic decidió darle un rol preponderante y el base lo aprovechó para creérsela, competir y demostrar su talento singular.
A pesar de comenzar la temporada 2020 con una lesión en el hombro, utilizó el aislamiento de la pandemia para fortalecerse mentalmente, y finalmente logró levantar el título de la ACB con el Baskonia, rompiendo una sequía de 10 años y cumpliendo su sueño de salir campeón con el club vasco.
En una final consagratoria, donde madrugó a toda la defensa del poderoso Barcelona y anotó el doble ganador, Vildoza fue elegido MVP del partido. Los flashes lo colocaron nuevamente en el altar de las estrellas, pero esta vez el lugar estuvo reservado para él solo.
Con la humildad que lo caracteriza, puso en palabras esa sensación: “Todavía no caí, hasta que no salga a la calle creo que no me voy a dar cuenta. El premio lo tengo acá, lo miro y es como si no fuese mío. Cuando vino uno de los chicos de la organización a decirme que era el MVP, yo ya estaba… No sabía ni qué hacer, hasta me daba vergüenza ir a buscar el premio”.
EL PASO NBA
Con 25 años y el teléfono de su agente sonando, el base comenzó a vislumbrar cuál era el paso siguiente. Varios equipos de la NBA lo presionaban para concretar un posible traspaso, pero él no se desesperó y decidió cambiar la ansiedad que lo martirizaba por el goce de su talento.
“Nos merecemos bellos milagros y ocurrirán”, canta el Indio Solari en los auriculares del marplatense y así como hicieron Facundo Campazzo y Gabriel Deck, Vildoza acuerda la salida de su equipo en España para cumplir su sueño.
El arribo a los New York Knicks despierta nuevamente a las cámaras y lo convierten en el sexto argentino en llegar a la mejor liga del mundo, sumándose a Campazzo, Deck, Laprovittola, Garino y Brussino. Al igual que la Generación Dorada, este nuevo grupo de jugadores rompe los esquemas de un país futbolero por naturaleza e imposición mediática. Es momento de cambiar de canal y disfrutar del glorioso básquet argentino.
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