En una sorpresiva aparición televisiva en A24, durante una entrevista al economista ultraliberal español Jesús Huerta de Soto, el presidente Javier Milei defendió con vehemencia el rumbo de su gestión económica, respaldado por el reciente desembolso de U$S12.000 millones del FMI como parte de un nuevo préstamo.
Milei rechazó las críticas sobre una supuesta caída del consumo, pese a que el INDEC reportó un descenso del 0,3% en las ventas de supermercados, mayoristas y centros comerciales. “La venta de supermercados está muy impactada porque cambió el modo de consumo. Hoy se compra todo por Mercado Libre. Los indicadores de consumo como las ventas de supermercados o shopping perdieron relevancia”, afirmó, subrayando que no entender este cambio es un error. Además, defendió la “motosierra” de su gobierno, asegurando que cuenta con amplio respaldo social: “El ajuste es popular”.
El presidente también justificó la apertura parcial del cepo al dólar, una medida que calificó de “emblemática” y moralmente necesaria. “Era inmoral y había que sacarlo, pero no podíamos hacerlo el primer día. No duraba una semana en el poder si hacía eso”, explicó. Según Milei, su gobierno necesitaba U$S15.000 millones para garantizar la estabilidad, pero con U$S10.000 millones ya decidió avanzar: “Todos dijeron que lo iba a hacer después de las elecciones. Entraron 10 mil millones y abrí”.
Por otra parte, Milei no eludió las tensiones con el PRO y respondió con dureza a las declaraciones de Mauricio Macri, quien acusó a La Libertad Avanza de “comprar” dirigentes amarillos. “Que traiga la factura”, lanzó el presidente, evitando nombrar directamente al expresidente. Sin embargo, reconoció a figuras como Cristian Ritondo y Diego Santilli, y destacó la necesidad de un acuerdo con el PRO para “arrebatarle la provincia al comunista (Axel) Kicillof”. Además, elogió a Manuel Adorni, a quien presentó como su “voz en la Ciudad” y primer candidato a la Legislatura porteña.
Pese a la relevancia de la muerte del papa Francisco y la visita de Luis Caputo al FMI, Milei no hizo referencia a estos temas. Su intervención se centró en defender su gestión, consolidar alianzas electorales y proyectar un futuro de reformas profundas, con la tecnología como aliada para reducir la presencia estatal.
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