Hoy está prevista en la ciudad de San Francisco, una nueva reunión entre los representantes de la empresa Ashira S.A, prestataria del servicio de recolección de residuos de San Francisco, en la provincia de Córdoba, y el Sindicato Único de Recolección de Residuos y Barrido de Córdoba (SURRBAC), a los que pertenecen los dos trabajadores que habían sido despedidos.
El Ministerio de Trabajo de la provincia dictó la conciliación obligatoria luego de un día de paro y el conflicto se retrotrajo a la situación previa a la decisión de la empresa, que aceptó reincorporar a los empleados mientras se producen las instancias de negociación. Este escenario se prolongará hasta el próximo 19 de abril, en que vence la conciliación.
El origen del conflicto fue la cesantía de dos de los 51 empleados de Ashira S.A en San Francisco, una de las ciudades donde esta compañía de higiene urbana presta servicio. Las otras son Puerto Madryn y Trelew, en la provincia de Chubut; San Pedro, Balcarce, Junín y General San Martín, en Buenos Aires; y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En Ashira, en San Francisco, actúan tanto el Sindicato de Camioneros como el SURRBAC, ambos integrantes de la Federación de Camioneros. Los dos gremios tienen una veintena de afiliados: en camioneros están los chóferes y en SURRBAC, los trabajadores que efectúan las tareas de recolección. Ésa, es la única ciudad de la provincia donde se produce esta situación, ya que en las otras empresas que operan en Córdoba, el SURRBAC representa a todos los trabajadores. Es un problema que tiene alrededor de dos años y que incluso, a fines de 2015, desató un paro del SURRBAC de 24 horas en toda la provincia.
De este modo, el conflicto tiene como eje la representación de los trabajadores. De hecho, una vez que se dictó la conciliación y fueron reincorporados los empleados, los camioneros retuvieron servicios durante varias horas más, acusando a Saillen de amenazas.
Juan Saillen, delegado regional del SURRBAC e hijo del secretario General del SURRBAC, Mauricio Saillen, le dijo ayer a ENREDACCIÓN que “le hemos hecho saber al intendente (Ignacio García Aresca, Unión por Córdoba) que el verdadero dueño de la empresa es Hugo Moyano y que los despidos son una persecución contra nuestro sindicato”.
No es la primera vez que Moyano es señalado como “dueño” de una empresa de recolección de residuos o de mantener vínculos estrechos con ellas, aunque hasta ahora ninguno de los integrantes de la Federación de Camioneros había sido el acusador, como sucede en esta oportunidad. Los nombres habituales con los que se vincula al jefe de los camioneros y hombre fuerte de la CGT, han sido Covellia y la Empresa 9 de Julio, en Mar del Plata, sin embargo hasta ahora esa relación no ha podido ser probada. Esta vez, es Ashira S.A. la mencionada como parte del patrimonio del sindicalista, que después de enfrentar a Carlos Saúl Menem a mediados de los años ’90 con el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), hegemonizó la acción del movimiento obrero hasta hoy.
Saillen señaló también que “le hemos recordado al intendente que debería ponerse a trabajar en el predio de enterramiento, donde se está produciendo una contaminación total, ya que el lugar donde hoy se depositan los residuos es prácticamente un basural a cielo abierto. Incluso, dejan entrar basura de la localidad de Frontera (provincia de Santa Fe, que limita con San Francisco). Si uno ingresa al predio, se pueden ver hasta residuos patógenos tirados y sin tratar. A nosotros nos preocupa la salud de quienes trabajan allí y la de la población de la ciudad. Por eso, también le hemos presentando propuestas para resolverlo”.
El dirigente aseguró que “los trabajadores despedidos tienen un legajo impecable, pero han sido despedidos en represalia por su filiación sindical, para amedrentar a todos los compañeros, ya que uno de los chóferes se había afiliado al SURRBAC y se había ido de Camioneros. Los amenazan con que si se pasan al SURRBAC los van a echar. Eso es lo que está sucediendo, es persecución sindical y lamentablemente está detrás el Sindicato de Camioneros. El SURRBAC es el único sindicato con representación de los recolectores en la provincia de Córdoba. Nosotros tenemos el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) y negociamos los salarios. Es ilegal que camioneros intente representarlos”
La seccional Rosario de Camioneros, que conduce Marcelo Andrada, es quien está terciando en el conflicto de Ashira. Esa filial del gremio de Moyano es la que lleva adelante la representación sindical camionera en esta empresa de higiene urbana.
LAS CLAVES
-El despido de dos trabajadores afiliados al SURRBAC, que gracias a la conciliación obligatoria fueron repuestos en sus tareas.
-Hay un conflicto entre el SURRBAC y el sindicato de camioneros por la representación de los trabajadores de Ashira S.A.
-Juan Saillen (SURRBAC) acusa a Hugo Moyano de ser el verdadero dueño de Ashira S.A y de impulsar las represalias para no perder afiliados.
En un comunicado de prensa que emitió Ashira S.A con motivo del conflicto de la semana pasada, que desencadenó la conciliación obligatoria, la compañía había acusado al SURRBAC “de impedir ilegalmente y por la fuerza que Ashira cumpla con la limpieza de la ciudad, bloqueando los accesos de la base de operaciones con personas ajenas a la población local y agregando una nueva presión piquetera, ya que usa a familias (mujeres y niños) a fin de dificultar el accionar policial encargado de desactivar el delito que configura entorpecer la libertad de trabajar y circular lícitamente”.
Agregó además, que el “SURRBAC utiliza como pretexto de su ilegítimo accionar la decisión de Ashira de sanear la dotación despidiendo a dos operarios que tenían un comportamiento insubordinado e irrespetuoso de la autoridad patronal; ejercitando así el derecho de dirección y organización de la Empresa consagrado por la Ley de Contrato de Trabajo”.
Saillen, la empresa dice que el sindicato actuó ilegalmente. ¿Cuál es la posición del SURRBAC?
Es lo que también dice Camioneros. Ellos están detrás de este conflicto. Me puse a través de los medios de San Francisco a disposición de la Justicia. No tengo nada que ocultar, no hice nada. Nosotros no amenazamos ni entorpecemos nada, protegemos a los trabajadores.
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