Gustavo Bordet puede mostrar su amplia sonrisa. La elección de Entre Ríos mostró un nuevo triunfo oficialista después de La Pampa, Neuquén, Río Negro y San Juan. Sólo en las primarias de Chubut, donde el gobernador Mariano Arcioni (PJ Massista) resultó el más votado individualmente, pero quedó segundo frente a la sumatoria de los candidatos del PJ, incluido el cristinismo, se produjo un resultado fuera de esta norma.
En lo esencial, es una evidencia del acierto de la estrategia del PJ para preservar el poder regional: adelantar elecciones para evitar sorpresas frente a un eventual rebote de la economía y del presidente Mauricio Macri; y unidad de los distintos sectores del justicialismo. Dentro de ese esquema se encuentran el kirchnerismo, que en esta provincia litoraleña lidera el ex gobernador Sergio Uribarri, quien bajó su candidatura y como le pidió la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, favoreció el acuerdo político con su sucesor. Al cierre de esta nota, con el 67 por ciento de los votos escrutados, Bordet lograba una elección fenomenal con 56,94%, logrando 22 puntos de distancia sobre el radical Atilio Benedetti (34,62%).
Por cierto, estos triunfos oficialistas y el debilitamiento de Cambiemos que se observa en esta maratón electoral apuntalan la estrategia elegida por el gobernador cordobés, Juan Schiaretti para conseguir su reelección el próximo 12 de mayo, en los comicios provinciales.
Cambiemos, por su parte, resultó tercero en Neuquén, Río Negro y Chubut; fue derrotado ampliamente en las PASO de La Pampa por la UCR; y en San Juan alcanzó un desempeño similar al de Entre Ríos, provincias donde la polarización con los frentes liderados por el peronismo definió un escenario diferente al de los distritos patagónicos: en la provincia cuyana Marcelo Orrego logró el 32,14% de los votos en las PASO, frente al 55,72% del gobernador Sergio Uñac; y en la provincia más uruguaya de Argentina, Benedetti conseguía 34,62%. La gran diferencia entre la Patagonia y Entre Ríos, es que esta es una de las provincias centrales del país, donde el voto agrario desempeñó un rol clave en la construcción, desarrollo y volumen electoral del espacio no peronista que encabeza Mauricio Macri. La amplia derrota sufrida en estas PASO indica un quiebre en el apoyo al presidente y una división de este bloque socio-cultural y político. Si bien se trata de una elección local, su debilitamiento es notorio.
La amplia derrota sufrida por Cambiemos en estas PASO entrerrianas indica un quiebre en el apoyo al presidente y una división de este bloque socio-cultural y político. Si bien se trata de una elección local, su debilitamiento es notorio.
En las PASO de 2015, Bordet había obtenido 34,93%; el ruralista Eduardo De Angelis (Cambiemos) 28,82%; y UNA (el massismo) con Adrián Fuertes, 12,64%. La suma de las dos vertientes peronistas arroja 47,57, una diferencia de 9,3 puntos porcentuales con la elección de ayer (56,94 versus 47,57 por ciento). Si el contraste es con la general de ese año, se igualan las performances: 42,30 siguió al candidato del Frente para la Victoria (Bordet) y 15,69% al representante de Sergio Massa. La suma indica: 57,99%. Esa cifra, representa un punto por encima del desempeño de ayer. Es decir, que el peronismo mantiene su base electoral general en estos cuatro años.
Mientras que De Angelis consiguió 28,82% en las PASO y 39,43% en las generales. Benedetti con sus 34,62 pp. obtiene casi 6 pp. por encima de la primaria de De Angelis y queda casi 5 pp. por abajo del resultado de la general. El referente de la Mesa de Enlace mejoró entre un comicio y otro, casi 11,6 pp.. Sin embargo, no son comparables los escenarios, dado que la alianza entre el PRO y la UCR, en aquel momento, estaba en proceso de desarrollo y ahora ya es una fuerza consolidada. De este modo, salvo un cataclismo electoral de Bordet o el PJ nacional o un resurgimiento de Macri, esa foto no se repetiría este año, dado que Bordet ha fidelizado el voto justicialista y Cambiemos aparece por debajo de su rendimiento en 2015 pagando un alto precio por la marcha de la economía.
Ahora, si la comparación es con la legislativa nacional de 2017, donde el macrismo obtuvo 53,02%, la debacle amarilla alcanza a 19 pp. Si bien esa fue una elección legislativa en el apogeo político del presidente y esta es una PASO, en un contexto de crisis económica, la realidad indica también en este plano comparativo un deterioro del caudal electoral.
CÓRDOBA
En términos generales, aquí se repitió el escenario nacional. Esto es, una fuerte preeminencia de los oficialismos. El PJ mostró cierta capacidad de penetrar los feudos radicales y vecinalistas, al ganar 28 nuevos gobiernos locales y perder apenas uno. Pese a ello, salvo Capilla del Monte, Río Primero, Monte Maíz, Pozo del Molle, y Villa Cura Brochero se trata de pequeñas localidades. En términos numéricos, la UCR, el PRO y los vecinalistas pusieron en juego 114 intendencias y comunas y el PJ, 19; y del domingo salieron con 86 los primeros y 46 los segundos. De acuerdo a este esquema, el 80% de los triunfos fueron oficialistas -peronistas o no peronistas- y el 20% opositores. Este comportamiento revela una fuerte tendencia social a conservar lo existente.
Quiero celebrar la jornada que vivimos hoy en Córdoba. Fue una fiesta de la democracia, se votó en más de 100 localidades. Y felicito y abrazo a todos los candidatos electos, especialmente a los compañeros que recuperaron la gobernación en 28 comunas y municipios.
— Juan Schiaretti (@JSchiaretti) April 15, 2019