Eligió la formalidad de una carta dirigida al senador nacional y presidente del Partido Justicialista de Córdoba, Carlos Caserio. Con ese tono, José Manuel De la Sota se bajó de una campaña que lo iba a tener como actor principal. “Yo ya tuve el honor de servir a mi país como legislador: fui diputado a los 35 años y senador a los 46. Fui, gracias a la confianza de los cordobeses, tres veces gobernador de Córdoba. Sólo me falta ser presidente de la Nación y para eso me preparé, me sigo preparando y trabajo cada día”.
Agrega que “nuestro Partido y los partidos que integran Unión por Córdoba, tienen excelentes dirigentes, y entiendo que esta elección de diputados nacionales es una ocasión magnifica para darles la oportunidad a esos líderes emergentes, de probarse en campaña, dándonos un nuevo triunfo. Ellos defenderán con inteligencia, comprmiso y actitud republicana y federal, los intereses de nuestra provincia desde el Congreso de la Nación”.
También afirma que “no me caben dudas que Unión por Córdoba triunfará en las elecciones, y así lo están indicando las encuestas publicadas hasta hoy. Tenemos un gran gobierno provincial conducido por mi amigo de todas las horas, Juan Schiaretti, que trabaja en cada rincón de la provincia con sensibilidad social. Pero además, los cordobeses conocen que para que Argetnina crezca, necesita del equilibrio político. Y ese equilibrio en Córdoba se lo da Unión por Córdoba. Yo seguiré estando al lado de cada militante, apoyando a nuestro candidatos, aprotando desde mi experiencia y trabajando en todo el país para ser el próximo Presidente de los Argentinos”.
Carlos Caserio, presidente del PJ, ensayó ayer una explicación y apuntó que el gobernador Juan Schiaretti liderará la campaña. Admitió que el tema se venía conversando y había dudas sobre si De la Sota sería finalmente el candidato. Ahora es momento de barajar y dar de nuevo.
Está claro que sin De la Sota en la cancha, Schiaretti centrará la campaña marcando diferencias con el macrismo, pero sin pelearse con la Casa Rosada. Un calco de lo que ha hecho hasta el momento, con el agregado de que aceitará sus vínculos con el resto del peronismo nacional como lo viene haciendo en las últimas dos semanas. Este último factor lo diferencia de De la Sota, que desarrolló una estrategia de diferenciación desde afuera.
Más allá de la formalidad del planteo, De la Sota renunciando a ser candidato, pierde una oportunidad de disputar el liderazgo del peronismo nacional que ahora tendrá su eje exclusivo en la provincia de Buenos Aires. Pero por cierto, y sobre todo, evita una confrontación con el presidente Mauricio Macri, que con la salida del ex gobernador de la escena, tiene mayores posibilidades de conseguir la victoria en Córdoba y nacionalizar la campaña contra Cristina Fernández de Kirchner o su legado si la ex presidenta no es candidata.
Nadie se anima a arriesgar las verdaderas razones del paso al costado de De la Sota. Una de las dudas que asaltaban a la cúpula del peronismo cordobés, era que la polarización que va a intentar el presidente en la campaña dejara a De la Sota sin espacio para una tercera posición y complicara, por lo tanto, las relaciones de Schiaretti con Macri y las posibilidades electorales de UPC. Sin embargo, sin De la Sota como candidato, la incertidumbre respecto de un resultado favorable es aún mayor.
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