Desde la tapa, el libro de Maximiliano Castro es una carta de presentación. Solitarios y manadas abre con el dibujo de un joven que se parece mucho al autor de los ochos cuentos que componen el libro, los cuales también revelan un poco sobre él mismo.
Con la ciencia ficción como genero aliado, el escritor nacido en Río Cuarto, se animó a publicar por primera vez. Los relatos fechan entre 2012 y 2016, y entre ellos no hay un vínculo directo, más que el de ahondar en la incertidumbre de la existencia humana. Son una especie de manifiesto o reflexión psicosocial sobre lo qué observa, analiza y vaticina sobre la humanidad.
Por eso, si bien los personajes de los cuentos son diferentes en todo sentido, siempre se mueven solos o entre varios, llevando al límite su condición humana. Entre ellos creó un extraterrestre viviendo en nuestro planeta; un grupo de amigos que juegan al fútbol, una mujer en trance; y un escritor en busca de creatividad. Según Luciano Lamberti, colega cordobés a cargo del prólogo, las historias proponen un viaje, ya sea por el escenario en que transcurren o por el camino de descubrimiento interno de quienes las protagonizan. Y tiene razón.
Además de ciencia ficción, el humor negro está presente como parte intrínseca de su narrativa, y con este recurso, por ejemplo, logra sensibilizar al lector frente a alguien que mata, como sucede en el cuento Soluciones inconscientes.
La edición corresponde a Borde Perdido Editora.
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