El legislador provincial del Bloque Juntos UCR, Dante Rossi, presentó un proyecto para modificar la ley 6561, que regula la pérdida o disminución de aptitudes para la docencia activa, y su reubicación en la categoría de pasividad.
Explicó Rossi, a través de un comunicado de prensa, que “lo que ocurre en la práctica es que un docente que debe pasar a tareas pasivas en virtud de, por ejemplo, no poder continuar después de más de 20 años frente al aula por graves problemas en su voz, sufre hasta una reducción automática del 50 % de su salario, ya que no percibe más ítems como horas de jornada extendida, antigüedad, material didáctico y gastos inherentes a la labor. Además, no pueden seguir capacitándose y se les corta la carrera. En definitiva, por una dolencia producto de tantos años al frente del aula, tiene su correlato en un castigo efectivo”.
La iniciativa del bloque radical plantea una serie de modificaciones para que los docentes reubicados mantengan una serie de derechos.
Entre ellos, se destacan “conservar su situación de revista hasta alcanzar la jubilación ordinaria sin merma de retribución, ni quita de ningún beneficio / bonificación que recibía anteriormente al accidente / enfermedad laboral y conformes a las que perciban los docentes que se desempeñen en Instituciones Educativas”; y “cumplir la cantidad de horas reloj / cátedra de servicio semanal (de acuerdo al nivel educativo en el que se desempeñe), idéntica a la anterior del accidente o enfermedad laboral o a la carga horaria que venía desempeñando hasta el momento de la nueva designación”.
También propone que puedan “concursar cargos de mayor jerarquía o desempeñarse en nuevos cargos, horas y/o funciones en cualquier ámbito incluido el educativo, acorde a las capacidades remanentes y la capacitación recibida en su trayectoria docente, sin desestimar la capacitación que pudiera seguir realizando desde el momento de su reintegro a la actividad”.
El proyecto impulsa, además, que “el agente en situación de reubicación / recalificación gozará de los mismos derechos que sus pares docentes en lo referido a remuneración, evaluación de sus tareas mediante concepto profesional, estabilidad laboral, licencias, y capacitación, entre otros”.
Rossi señala que “en la actualidad, el Estado abusa de sus derechos más allá de su vocación” y precisa que “cuando se enferman por dejar todo dentro del aula y las leyes y el Estado los “castigan”. Es inentendible e incoherente pensar que, siendo profesionales que estudiaron y se capacitaron para desempeñar su trabajo, sean desacreditados de tal manera por manifestar una enfermedad laboral, cualquiera fuese, derivada de su profesión”.
Finalmente impulsa “mantener, para aquellos docentes damnificados, toda la jerarquía que el estado docente conlleva, sin un solo peso de disminución salarial, es decir, garantizar sus ingresos” y “no vulnerar los derechos humanos, defendiéndolos de cualquier contingencia que le produzca las características específicas de la función, apuntando a una remuneración digna y justa, sin ajustes injustificables”.
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