El Partido Popular (PP), conservador y opositor, se impuso en las elecciones generales de este domingo en España pero lejos de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, según los cómputos oficiales, por lo que quedó en una paridad relativa con el Partido Socialista (PSOE) gobernante, en un escenario abierto con respecto a cuál de los dos estará en mejor condición de encabezar, necesariamente con aliados, el próximo gobierno.
El PP obtenía 136 de las 350 bancas totales del Congreso de los Diputados, seguido por el PSOE, con 122, cuando se había contado 98,29% de las mesas, informó el Ministerio del Interior en su página web.
Los resultados marcan un crecimiento inédito del PP, que contaba en el parlamento actual con 89 bancas, y por el lado del oficialista PSOE un leve crecimiento de dos nuevas bancas.
La nota la dio el partido de extrema derecha Vox, que tuvo un marcado descenso, ya que perdió 19 escaños.
Vox, potencial aliado del PP -aunque líderes de ambos partidos negaron una eventual alianza-, se ubicaba tercero, con 33 bancas, y Sumar, el principal aliado del PSOE y parte del Gobierno, obtenía 31.
Los votantes renovaron las dos cámaras del Parlamento. El Congreso de los Diputados (cámara baja) elige al presidente del gobierno.
España tiene una forma de gobierno parlamentaria, así que ejerce el poder el partido o la alianza de partidos que logre mayoría en Diputados, es decir al menos 176 bancas.
Por lo general, la agrupación más votada es la primera en tener la oportunidad de formar Gobierno. Si no llegó a los 176 escaños, podrá aliarse con otro partido para hacerlo.
Como ningún partido llegó a la mayoría absoluta, las alternativas son, básicamente, otra coalición progresista o una alianza entre la derecha y la extrema derecha.
Al finalizar el conteo, el canal estatal RTVE estimó que el oficialismo podría reunir 172 bancas en caso de lograr que, además de Sumar, lo apoyen, como se prevé, espacios como Esquerra Republicana (ERC) que obtuvo siete escaños; EH Bildu que se quedó con seis; Euzko Alderdi Jeltzalea – Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV), con cinco asientos, y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), con una banca. En ese caso, quedaría por debajo de la mayoría absoluta necesaria.
Al respecto, cuando el conteo había superado 90% de las mesas, la candidata del partido independentista catalán Junts, Miriam Nogueras, advirtió: “Nosotros no haremos presidente a (el actual jefe del gobierno) Pedro Sánchez a cambio de nada”.
De acuerdo con varios análisis, los siete escaños que se adjudicaba Junts eran claves para que Sánchez pudiera alcanzar la mayoría absoluta y retener el gobierno.
En tanto, si el PP se aliara finalmente con VOX y además sumara el apoyo del único escaño de Unión del Pueblo Navarro (UPN) quedaría en 170, también por debajo de la mayoría absoluta.
Pese al intenso calor en medio del verano en Europa, la participación alcanzaba a 70,36% del padrón a las 18, lo que representaba 4,13 puntos porcentuales más que en los comicios de 2019.
Casi 2,5 millones de personas optaron por el voto por correo, una cifra récord. Estaban habilitados para votar 37,5 millones de ciudadanos en total.
Sánchez, en el poder desde 2018, anticipó las elecciones luego de que el PSOE y su socio de coalición, la agrupación de izquierda Unidas Podemos -ahora reconvertida en Sumar-, sufrieran una dura derrota en comicios locales y regionales en mayo.
La mayoría de los sondeos previos mostraron al PP, que ganó las elecciones subnacionales de mayo, con la mayor intención de voto, aunque necesitando probablemente al partido de extrema derecha Vox para formar Gobierno.
Una eventual coalición entre el PP y Vox implicaría un retorno de la extrema derecha al Gobierno de España por primera vez desde que el país hizo su transición a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco luego de casi 40 años en el poder, en 1975.
También daría un firme giro a la derecha en otro país de la Unión Europea (UE), siguiendo una tendencia vista ya recientemente en Suecia, Finlandia e Italia.
Países como Alemania y Francia están preocupados por lo que este viraje podría significar para las políticas inmigratorias y climáticas del bloque europeo.
El PSOE y Unidas Podemos, de centroizquierda e izquierda, respectivamente, son pro-UE. En el bando de la derecha, el PP es europeísta, pero Vox se opone a lo que describe como interferencia de la UE en España.
Vox, además, cuestiona la noción de violencia de género, es escéptico frente al cambio climático, abiertamente antiaborto y rechaza el movimiento LGTBI.
Los comicios llegan en momentos en que España ejerce la presidencia temporal de la UE.
Desde 1982, el PSOE y el PP ocuparon alternativamente el Gobierno de España, con mayoría absoluta o con el apoyo externo de otros grupos políticos menores, y con el otro partido como principal opositor.
El bipartidismo comenzó a horadarse en 2013 con la aparición de Podemos y luego en 2014 con la del partido de centroderecha Ciudadanos, y el Gobierno saliente de Sánchez es el primero de coalición desde el retorno a la democracia.
El PSOE y un nuevo movimiento llamado Sumar que incluye a 15 partidos de izquierda, esperan poder hacerse con el poder. Sumar es liderado por la vicepresidenta segunda saliente, Yolanda Díaz, la única mujer entre los cuatro principales candidatos.
> Con información de TÉLAM.
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