A lo largo de su vida, Guillermo Galliano (42) esperó tranquilo los momentos justos para poder dedicarse a lo que más le gusta: observar aves y fotografiarlas. La paciencia cultivada desde pequeño hoy es su principal aliada a la hora de aguardar agazapado a que lleguen y conseguir la toma perfecta.
De niño ya mostraba su interés por la ornitología, a tal punto que cuando algún pichón caía en el jardín de un vecino, este se lo lleva a Guillermo para que lo cuidara. “Es una pasión que tengo innata”, le dice a ENREDACCIÓN.
Aves en familia (Nuevos Editores, 2017) es el segundo libro que publica y se presenta este jueves 27, a las 19 horas, en el CPC Argüello. Está dedicado a los distintos grupos de especies que se encuentran en el centro del país. El anterior se llamaba Aves de Córdoba.
También es el presidente de la Fundación mil aves dedicada a la educación ambiental, la conservación de las especies y la investigación científica. “La importancia de las aves es que son bioindicadores: si el ambiente está dañado, no están, si está sano, están. Es proteger los ecosistemas a través de las aves”, explica.
¿Cómo es el ritual de observación?
Hay que arrancar muy temprano a la mañana, ya que los momentos en que muestran mayor dinamismo en sus actividades es cuando amanece. Incluso, antes del amanecer tenés que estar donde vas a hacer el avistaje. Hay que recorrer, observar y sobre todo, aprender a escuchar. Por supuesto, también depende de la especie con la que te encuentres. Hay que tener mucho sigilo, vestir colores apagados, tampoco disfrazarse como Rambo, pero mejor nada estridente. Se pueden sumar binoculares, sino con los ojos que es la mejor herramienta con la que nacimos.
¿Es igual para la fotografía?
Para la fotografía es muy distinto. Demanda mucho tiempo, mucha espera. Podes llegar a conseguir alguna vez la toma ideal en 5 minutos, pero generalmente lleva horas de estar escondido esperando la imagen. Demanda mucho la búsqueda para poder captarlo en su ambiente natural, sin stress.
¿Cómo fue el proceso para el libro?
Este libro me llevó 4 años hacerlo. Y me esmeré mucho en localizar nidos, para hacer un seguimiento más completo. Registré huevos, momentos de alimentación. Hice un trabajo más de naturalista que de fotógrafo, de los dos en realidad. Fotografié muchas aves, y en algunos casos, como el del Chororó, tengo el nido, los huevos, los pichones, un joven que acaba de salir del nido, uno un poco más grande, y los adultos, una hembra y un macho.El objetivo es que el espectador pueda apreciar toda su diversidad.
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Leé un adelanto de AVES EN FAMILIA.
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