(Por Pablo Tissera *) En estos días pasados se dieron a conocer diferentes datos referidos al aumento de los productos de la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), destacándose el rubro alimentos y bebidas y su aumento por encima de la media. También observamos la falta de provisión en góndolas de ciertos productos que no tiene otra explicación que la mera especulación. Lo positivo estuvo por el lado del crecimiento de la industria, que la entendemos como la principal actividad productiva generadora de trabajo, en particular vimos el incremento de la automotriz. En síntesis, crece la inflación y crece la actividad económica.
En este marco se dieron a conocer propuestas del Congreso y del Gobierno Nacional que van en el sentido de la redistribución de los ingresos en un contexto pospandémico, que poco a poco va recuperándose de las cenizas pero con una reciente guerra en Europa que impacta en algunos casos y de modo extraordinario positivamente en las ganancias de unas pocas empresas.Se trata de necesarias medidas redistributivas para recuperar el poder adquisitivo de las y los argentinos.
CANASTA BÁSICA TOTAL Y ALIMENTARIA
Por un lado, los productos que integran la canasta básica total (CBT), por la que se determina la línea que marca quienes están en situación de pobreza de los que no lo están, aumentaron un 7% en el mes de marzo y un 47,3% interanual, lo que implica que una familia tipo necesitó $89.690 pesos para no caer en la pobreza. Y a su vez, el costo de los productos que integran la canasta básica alimentaria (CBA) subió 6,5% en marzo y un 55,2% interanual, por lo que una familia conformada por dos adultos y dos hijos menores necesita percibir ingresos por $39.862 para no caer en la indigencia, según el Indec.
Los precios de Alimentos y bebidas crecieron un 7,2%, el rubro que más peso tiene en el índice de precios, como verán por encima de la media. Aquí destacamos el impacto de los precios internacionales y su traslado a los precios del mercado interno con la paradoja de que los mismos tienen costos locales por lo que no deberían trasladarse, vemos aquí una clara renta extraordinaria o inesperada de aquellas empresas que transfieren los costos mundiales producto de la guerra en los precios locales.
DESABASTECIMIENTO
Por otro lado estamos en presencia de desabastecimiento de algunos productos cuando vamos al supermercado. La provisión en góndolas está 20 puntos por debajo de los niveles normales, sin otra explicación que la simple especulación, porque está claro que no ha habido ninguna catástrofe por la cual hayamos dejado de producir por ejemplo trigo o maíz, es más, las cosechas siguen siendo record. Los fabricantes de la canasta básica entregan sólo 6 de cada 10 productos de Precios Cuidados y casi 8 de cada 10 por fuera del programa.
LA INDUSTRIA
El lado positivo de esta coyuntura viene por el lado de la industria, que según la Unión Industrial Argentina (UIA) tuvo un crecimiento mensual del 5,4%. De los 12 sectores que componen este índice se computaron aumentos interanuales en 10.
Para destacar, el sector automotriz fue el que aportó un tercio de la suba mensual de la industria en general. Dicho sector registró un incremento del 72,7%, impulsada por las ventas al mercado interno de autos nacionales (64,8% interanual) y en menor medida por exportaciones (33%).
MEDIDAS NECESARIAS Y ALGUNAS YA INICIADAS
Para recomponer el poder adquisitivo de los ingresos de las y los argentinos el Estado debe usar todas las herramientas que estén a mano, como:
– Implementar la ley de abastecimiento si fuera necesario y desacoplar los precios internacionales de los nacionales, como el Fondo Estabilizador del Trigo.
– Promover los mercados de cercanía junto al programa de precios cuidados para acercar los productores a los consumidores, logrando precios justos y populares. En algunas provincias se viene aplicando como en Buenos Aires.
– Fomentar la industria nacional, principal generadora de trabajo, tan vapuleada en el periodo macrista y golpeada en la pandemia, pero que hoy la baja en los indicadores de desempleo tiene que ver con su crecimiento.
– Aprobar la ley de aporte de una alícuota a las rentas inesperadas, algo que ha estado fuertemente en la agenda pública de estos días, que implicó el pasado sábado hasta movilizaciones, particularmente de una parte del campo y de la oposición en contra de su aplicación.
El Gobierno trabaja sobre un proyecto que busca elevar la alícuota de ganancias para casos particulares, con el fin de gravar el efecto de la guerra, aquella renta inesperada producida por el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, que curiosamente tiene el apoyo del FMI. Este proyecto alcanzaría a unas pocas empresas con ganancias mil millonarias, que nos permite que pongan los que más ganan para REDISTRIBUIR entre quienes menos ingresos tienen.
Se requiere de un Estado fuerte, presente, activo, que implemente políticas redistributivas de los ingresos de manera equitativa, que promuevan la producción nacional, el consumo popular y que tienda a disminuir la brecha de la enorme desigualdad social.
Así se anunciaron los refuerzos de ingresos, uno destinado a trabajadores y trabajadoras sin salarios formales, monotributistas y personal de casas particulares y el otro orientado a jubilados y jubiladas. El costo fiscal de esta iniciativa será de 200 mil millones de pesos.
Usemos todas las herramientas posibles para igualar, equiparar, incluir, ese es el camino para construir una sociedad más justa, soberana y solidaria.
* Pablo Tissera es dirigente Cooperativista y secretario General del Partido Solidario (Psol) Córdoba.
—