Desde hace años la República Argentina tiene entre uno de sus tantos problemas no resueltos a una inflación que, por estos días, se encuentra en niveles alarmantes.
La inflación se ha transformado (junto a las sucesivas devaluaciones de la moneda nacional, practicadas por distintos gobiernos nacionales en el poder), en una de las principales causas de la destrucción del poder adquisitivo de pueblo argentino.
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Se viene llevando adelante un marcado e innegable proceso de empobrecimiento de la ciudadanía en general. Desde que hay inflación en Argentina, ya prácticamente no existen los salarios y las jubilaciones dignas.
En un comienzo, las organizaciones sindicales lograron sumar a la hora de discutir salario, una gran herramienta que nunca se debería haber dejado perder. Hablo de la “cláusula gatillo”.
Con la aplicación de la cláusula gatillo, las y los asalariados no ganaban a la inflación, pero tampoco perdían. Los incrementos salariales eran automáticos, ni bien aumentaban los números inflacionarios.
Pero posteriormente y sobre todo en este último tiempo, se dejó de lado la cláusula gatillo, para pasar en las discusiones paritarias, a aplicar la denominada “cláusula de revisión”.
Con la cláusula de revisión, las organizaciones sindicales debían presentar pedidos de incrementos salariales y los mismos, se acordarían según lo considerado por las patronales, en la inmensa mayoría de los casos.
Sin lugar a dudas, la cláusula gatillo beneficiaba a la clase trabajadora, mientras que la cláusula de revisión beneficia a las patronales.
Hubo hasta casos de organizaciones sindicales que aceptaron acuerdos salariales no acumulativos (lo que significaba más pérdida del poder adquisitivo de sus representados), debido a que si la inflación es acumulativa, como no serlo las paritarias también. Se ha observado de todo, en materia de salarios y de jubilaciones.
Lo que debemos tener presente, es que hasta que nuestros gobernantes, no pongan en marcha un verdadero plan anti inflacionario, el número de pobres e indigentes seguirá en aumento, los salarios y las jubilaciones serán más indignas, y el proceso de destrucción generalizada del poder adquisitivo será mayor al que padecemos en la actualidad.
Es clave, el rol que tomen las diferentes organizaciones sindicales, y las bases de dichos gremios, para enviar un claro mensaje a la clase política gobernante de turno: “Basta de inflación”.
* Carlos Emanuel Cafure es abogado y referente de la Agrupación 29 de Mayo del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba.
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