Nati Colantonio, la joven de Villa Dolores que fue un símbolo del derecho a la identidad de género, fue hallada sin vida este lunes, en su vivienda de Mina Clavero, en el valle de Traslasierra.
La fiscal Analía Gallarato ordenó una serie de pericias y el hecho fue confirmado por la Policía. El último contacto con sus conocidos habría sido el pasado sábado y su cuerpo fue hallado en horas del mediodía.
Cabe recordar que Nati tenía 31 años de edad y hace 17, se convirtió en la primera persona en el mundo cuyos padres pidieron una autorización judicial para realizar una cirugía de adecuación sexual cuando ella era menor. El caso sentó un precedente jurídico, cultural y político. La resolución judicial llegaría a los tres años y a los 17 pudo realizarse la operación.
Fue a los 13 años, cuando Nati, junto con sus padres, un médico y una docente, decidió iniciar a transformación del cuerpo masculino en que había nacido en la mujer que ella no tenía duda de ser.
Los informes de psicólogos, psiquiatras, sexólogos y médicos establecieron que padecía el síndrome de “disforia de género”.
La Justicia de Villa Dolores había rechazado el tratamiento de la causa, exponiendo que no podía autorizarse una operación irreversible que implicara la mutilación de un menor. Recién en 2007, tres años después del inicio de la demanda, el Tribunal Superior de Justicia ordenó realizar la intervención y la cirugía se efectuó en La Plata. La obra social de los empleados públicos, Apross, reconoció su caso y financió la cirugía. Luego se realizaría nuevas intervenciones, complementarias, en Europa.
Nati, después de su operación, terminó el colegio secundario y estudió Bellas Artes en Villa Dolores, su ciudad natal. En 2009, partió a España, con su familia, donde estudió teatro, artes visuales y tatuaje. Había regresado a Traslasierra en 2019.
En una entrevista con La Voz de hace dos años, dijo que “era menos difícil cambiar mi cuerpo que mi mente. Recuerdo de esos años el valor de mis padres, que enfrentaban el reto conmigo, me cuidaban y me protegían del bullying, parecía que la gente me acusaba de algo que no había hecho, había mucha tensión”.
También aseguró que “fui un poco pionera en esto, tuve valor, pero fue por mí. Hoy me alegra saber que sirvió para todos los que de alguna manera se sienten diferentes. Aún hay cosas por cambiar, sigue habiendo mucha discriminación en Europa y aquí; me ha pasado que cuando ‘descubren’ que soy trans, porque yo lo cuento, empiezan a tratarme mal. Es algo que hace que todo se te dificulte”. Pese a ello, admitía que con el tiempohabía crecido la aceptación de las diferencias.
Fuente: La Otra Mirada (Villa Dolores).
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