El discurso del presidente Alberto Fernández estuvo signado por la política y el escenario de crisis y devastación del escenario productivo y social, con el que culminó la administración de Mauricio Macri. En ese contexto, más allá del paquete de medidas puntuales que anunciará este miércoles el nuevo ministro de Economía, Martín Guzmán, Fernández planteó algunas de lo que serán las ideas fuerzas para el inicio de su gestión.
Guzmán anunciaría aumentos salariales, de los háberes jubilatorios y de los planes sociales, además de precisar una serie de medidas macroeconómicas y relacionadas con la negociación de la deuda.
En esa línea planteó que “se implementará un sistema masivo de créditos, no bancarios, a tasas bajas. El presidente destacó que las familias están “asfixiadas” por los “altos niveles de endeudamiento” porque tomaron créditos “para comprar alimentos, remedios o pagar facturas de servicios”.
Dijo que el acuerdo social será un pilar de su gestión: “Se convocará a un “Acuerdo Básico de Solidaridad en la Emergencia”, del que participarán empresarios, gremios y el sector del campo, entre otros. En ese marco, se plantearán una serie de medidas para restablecer los equilibrios macroeconómicos, sociales y productivos. El plan incluirá variables como precios, salarios, tarifas, tipo de cambio y aspectos monetarios, fiscales y sociales, que serán explicitadas en los próximos días”.
Otra de las medidas iniciales, al estilo del “New Deal”, de Franklin Roosevelt, después de la Gran Crisis de 1929 en Estados Unidos y el mundo, e inspirado en la teoría del economista inglés, John Keynes -aumentar la inversión pública cuando la economía se encuentra en un ciclo recesivo-, será “desplegar un Plan de Reactivación de Obras Públicas”. Con esta medida, busca generar empleo rápido e incentivar un contraciclo recesivo a partir de la inversión pública. “Se llevarán adelante proyectos de ejecución rápida y con gran empleo de mano de obra local, destinados a mejorar la seguridad vial y la accesibilidad, el ordenamiento urbano y territorial, la construcción y el mantenimiento de edificios públicos y la infraestructura hidráulica, entre otros”.
También señaló que “habrá un compromiso para garantizar la “transparencia”: los ciudadanos podrán acceder a la información sobre el proyecto, los costos, el proceso de selección de las empresas y monitorear los avances”.
En la misma línea de generación de empleo y reactivación económica, y con el objetivo de impactar también sobre el déficit habitacional de los sectores medios y populares, “se implementará un “ambicioso” plan de regularización del hábitat y construcción de viviendas”.
Adelantó además que enviará un nuevo proyecto de Presupuesto al Congreso: “Un presupuesto adecuado sólo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de nuestras deudas haya sido completada y, al mismo tiempo, hayamos podido poner en práctica un conjunto de medidas económicas, productivas y sociales para compensar el efecto de la crisis en la economía real”.
Otro punto, en el que une las ideas de Raúl Alfonsín, y el proyecto de capital alterna que instrumentó José Manuel De la Sota, “se trasladará parte de la actividad del Estado a las provincias. Se realizará a través de la relocalización de los organismos del Estado federal en ciudades del interior del país y la creación de “capitales alternativas”.
La política exterior, más allá de tratar de recuperar la idea de autonomía respecto de Estados Unidos, tendrá su centro en la promoción de negocios. Dijo que la Cancillería estará a cargo de la promoción de exportaciones para generar mayor nivel de empleo y que se “robustecerá” el Mercosur y particularmente la relación con Brasil.
Además, adelantó que se pondrán en marcha acciones que faciliten que los titulares del Salario Social Complementario —lo reciben alrededor de 270.000 personas— puedan insertarse en el mundo laboral y cobrar por su trabajo.
Dentro de ese esquema, prometió garantizar el derecho al primer empleo (un proyecto instrumentado originalmente por el peronismo de Córdoba), a través de becas solventadas por el Estado para que jóvenes se capaciten y trabajen en empresas, pymes, organizaciones sociales y de la economía popular y la agricultura familiar.
Finalmente, sobre la deuda externa, aseguró que “no hay pagos de deuda que se puedan sostener si el país no crece. Para poder pagar hay que crecer primero. El país tiene voluntad de pago, pero carece de capacidad para hacerlo”. La resolución de este tema será uno de los ejes que definirá la suerte de la nueva gestión peronista.