Las sonrisas volvieron al banco de Instituto. No es para menos, el equipo consiguió su segunda victoria de visitante y acumuló su cuarta consecutiva, luego de aplastar a Platense por 74 a 58 en Buenos Aires. Compromiso en la defensa, fluidez en ofensiva y goleo repartido, volvieron a ser las claves de este Instituto renovado.
La salida de los Davis y la llegada de Germain Jordan, cambió los aires de un equipo que dejó de lado las individualidades para darle lugar al compromiso colectivo, lo que Sebastián Ginóbili buscó desde un principio. Para darse una idea, anoche diez de los once jugadores albirrojos que tuvieron minutos, lograron marcar puntos.
Sin dudas la solidez defensiva volvió a ser la clave del juego: Platense solo pudo anotar 58 puntos, con un 33% de campo y un 22% en triples. La intensidad y presión de los perimetrales para cortar el juego de pases, combinado con la producción de los internos, que cercaron el canasto consiguiendo 5 tapas, fue otra muestra del gran nivel colectivo.
LARGA ROTACIÓN
Al igual que contra Boca, el “Sepo” volvió a rotar el equipo para darle descanso a las figuras. Esta vez el único que no ingresó fue Juan Cruz Tulián, pero si lo hicieron los otros suplentes, siendo once jugadores los que tuvieron minutos. A su vez, la banca aportó 30 de los 74 puntos del equipo, siendo Pablo Espinoza (11 rebotes) y Lucas Reyes (6 asistencias) los que más anotaron con 8 puntos cada uno.
Lo novedoso, fue que el entrenador decidió utilizar a Martín Cuello como sexto hombre, luego de poner a Jordan en el quinteto titular, pero el “Loku” solo aportó 5 puntos con un 25% (2-8) de campo. Veremos si lo repite en el juego del viernes contra Hispano.
VELOCIDAD EN EL ADN
Otro de los puntos fuertes de esta renovación, es la efectividad del equipo en el contragolpe. “La Gloria” está corriendo mejor la cancha, y eso se evidencia en los 26 puntos que consiguió anoche en ese rubro. La rapidez para buscar a un compañero luego de tomar el rebote, fue una marca registrada en el partido, y el DT lo está explotando con la utilización de Espinoza o Rupcic como pívots, que acortan la altura del equipo pero le agregan más dinámica al juego colectivo.
LA DOBLE BASE
Mucho tiene que ver también la doble base (Whelan-Scala) que propone Ginóbili. Ambos jugadores han levantado sus rendimientos con respecto al Súper20, y son grandes participes de la fluidez ofensiva que consiguió el equipo, moviéndose con balón y sin él también. Punto aparte para el alto nivel que está mostrando el “Chiri” Reyes, siendo el relevo de Whelan, y quien comanda la segunda escuadra albirroja. Anoche además de anotar 8 puntos (40% de campo), fue el máximo asistidor con 6 pases gol, bajó 5 rebotes y solo tuvo una pérdida en 18 minutos de acción. El juvenil es la cuota de energía y rebeldía que necesita el equipo.
Con esta nueva cara, Instituto sigue arriba y no les pierde pisada al líder Quimsa (12-2) y al escolta San Lorenzo (12-3). Ahora cuenta con un récord de 11 victorias y 4 derrotas, teniendo la oportunidad el próximo viernes, contra Hispano, de empatar en triunfos al equipo de Tinelli.
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