No es la primera vez que Liliana Paolinelli presenta una película con mujeres protagonistas y vínculos lésbicos como parte de la historia. Tampoco es novedad que frente al estreno, alguien le pregunte si los personajes se podrían intercambiar por heterosexuales sin alterar demasiado lo que se cuenta. “Tal vez, si hubiera más películas sobre la temática, dejaría de parecer una rareza a la que hay que asimilar con el imaginario hétero”, responde la realizadora cordobesa en conversación con ENREDACCIÓN.
Este jueves, las salas de cine del país recibieron Margen de error, su última producción. Se trata de una comedia de enredos en la cual Iris, a cargo de Susana Pampín, entiende mal las señales y devenires que surgen de la relación con Maia, la hija de una amiga que recibió en su casa de manera temporal. La joven estudiante es interpretada por la tucumana Camila Plaate.
Aunque ya había dejado su barrio Los Naranjos y vivía en Buenos Aires cuando explotó el nuevo cine cordobés, su trabajo es un precedente necesario. Las primeras filmaciones las realizó en los ’90, entre ellas Verdad Consecuencia, el debut cinematográfico de Mara Santucho. El paso a los largometrajes fue en 2007, con Por sus propios ojos, donde retrata a unas estudiantes que graban un documental sobre las mujeres de los presos. Luego siguieron Lengua Materna y Amar es bendito, films donde aborda la temática lésbica desde diferentes ópticas y con la comedia como aliada.
¿Qué querías contar en Margen de error?
Quise contar un caso de enamoramiento virtual a partir de un malentendido. Tenía varias ideas alrededor del mundo lesbiano de finales de los ’90 en Córdoba; en paralelo, por esos días, recibí a la hija de una amiga que venía a estudiar a Buenos Aires. De golpe me di cuenta del paso del tiempo y me atrajo la idea de contar la película mental que se hace Iris, la protagonista, con la chica joven.
¿El deseo es el tema de esta época?
No sé. Vos leés Cumbres borrascosas y ves que el deseo fue un tema siempre. Por ahí ahora se expresa de otro modo.
¿Cómo sos al momento de dirigir?
Trabajo mucho en las actuaciones. Los personajes se van armando en la sumatoria de los detalles, del tono de cada frase, de cada gesto. Si algo no sale bien en el sentido que Dreyer entendía como la única expresión justa, repito la toma hasta que sale. Me han odiado por eso y con razón, aunque en esta película no creo haber repetido una toma más de diez veces. Dejo que me propongan, sí, incluso suelo pedir a las actrices que traduzcan las frases del guión al modo de hablar de ellas. A veces una frase puede tener resabios literarios y eso salta inmediatamente en los ensayos. Camila Plaate tenía que decir que no le había ido bien en un examen y tradujo: la moqueé un poco.
¿Cómo es tu relación con los oficios de escribir y de dirigir?
Escribir es algo que yo no podría dejar de hacer. Últimamente estoy incursionando en la narrativa, me cansé de escribir guiones. La escritura de un guión implica que eso se va a terminar convirtiendo en una película, y muchas veces, el proceso es tan largo que, cuando logra concretarse, el guión ya quedó viejo. Filmar en cambio, es distinto: exige mucha energía física, dinero y por eso no es algo que pueda hacer constantemente. Pero cuando se da, es hermoso. Ahora, por ejemplo, estoy filmando un documental en un baldío cerca de mi casa y significa un descanso de pasar horas sentada frente a la pantalla corrigiendo y corrigiendo.
¿Te das margen de error o sos exigente?
Soy exigente cuando trabajo, si ya no puedo cambiar algo, me perdono.
¿Te sentís pionera en el país en retratar historias de lesbianas? ¿Es una temática faltante en el cine nacional?
Ignoro si antes hubo directorxs que trataran el tema, la verdad no lo sé. Por supuesto es una temática que se hace desear todavía en las pantallas a pesar de las muy variadas y buenas películas (Albertina Carri, Clarisa Navas, entre otres). A mí me pasa que cada vez que presento una película sobre lesbianas no falta quien dice que los personajes se podrían intercambiar por heterosexuales y da más o menos lo mismo. Tal vez, si hubiera más películas sobre la temática, dejaría de parecer una rareza a la que hay que asimilar con el imaginario hétero.
¿Hay prejuicios aún?
Hay menos prejuicios, la gente parece más receptiva a la temática y en las plataformas se ven películas LGBBBTII+ como un género más. Pero el prejuicio y el lesbodio subsisten, como hemos visto en los casos de las lesbianas echadas de los bares o el de Mariana Gómez, enjuiciada y con condena por besar a su esposa en una terminal.
Mirá el trailer de Margen de error
PARA AGENDAR
De jueves a domingo, a la 22, en el Cine Teatro Rivadavia, Av. San Martín 1505, Unquillo, Córdoba.