El ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró este lunes que el proyecto para gravar la renta inesperada por la guerra en Ucrania es “un mecanismo que busca garantizar que en la Argentina haya condiciones de mayor equidad y que se fomente la inversión y el desarrollo productivo”, ya que el Gobierno quiere “que la economía crezca y las empresas ganen pero que el crecimiento sea compartido”.
En ese sentido, aseguró que la guerra generó un contexto “muy difícil a nivel global”, en el cual se advierte “un problema de inflación, de distribución de los ingresos y con la necesidad de acciones por parte de los estados para evitar un mundo donde haya mayor pobreza y desigualdad”.
“La Argentina no está exenta”, aseguró Guzmán en la presentación del proyecto de ley que el Poder Ejecutivo enviará al Congreso en los próximos días, con el cual se pretende detectar a los “sectores que se han beneficiado de la guerra”, en un acto que fue encabezado por el presidente Alberto Fernández en el Museo del Bicentenario de la Casa de Gobierno.
“Queremos que la economía crezca y las empresas ganen, pero que el crecimiento sea compartido y que llegue a todas las trabajadoras y trabajadores”, aseguró el ministro.
Y agregó: “Necesitamos construir una sociedad más equitativa, en el que el incremento de la oferta que genere la economía y el de la demanda vayan de la mano”.
La propuesta que elevará el Poder Ejecutivo implica un mecanismo para administrar la renta inesperada de la guerra, una “situación que afecta negativamente a millones y beneficia a pocos”, y que busca “que en la Argentina haya condiciones de mayor equidad y que se fomente la inversión y el desarrollo productivo, con el Estado jugando un rol central para ello”.
El instrumento consiste en una una sobre-alícuota del Impuesto a las Ganancias de Sociedades de Capital que aplica al ejercicio fiscal 2022.
“La base imponible es lo que calificamos como la renta inesperada, que es la Ganancia Neta Imponible que, en términos reales, sea mayor a la del año anterior”, detalló el ministro.
Para estar alcanzada por ese mecanismo las empresas deben tener una Ganancia Contable de más de $1.000 millones y que cumpla con al menos una de dos condiciones: que el margen de ganancia sobre sus ingresos sea superior al 10% en 2022, o bien haya tenido un aumento del margen de ganancia en 2022 en relación al 2021 de, al menos, 20%.
La alícuota que se aplicará a esa renta será del 15% y tendrá vigencia sólo para el ejercicio fiscal 2022, en base a los balances finalizados luego de la sanción de la ley y durante un año a partir de esa fecha.
“Este es un impuesto coparticipable que le va a permitir tanto a la Nación como a las provincias contar con recursos para implementar políticas públicas en pos de una Argentina con más fuerza desde lo productivo y con mayor equidad social”, afirmó Guzmán.
“Lo que estamos haciendo es actuar de una forma pragmática; un Estado que defiende a su gente, defiende al tejido productivo y social”, afirmó.
Guzmán señaló también que, así como ahora el Estado pretende distribuir la ganancia inesperada, en 2020, en el peor momento de la pandemia, se adoptaron medidas para estar “del lado de la gente y del lado de la producción adoptando una serie de medidas que fueron las que permitieron proteger a todo nuestro tejido productivo”.
En ese sentido, recordó el programa ATP, que llegó a subsidiar el 50% de los salarios de los trabajadores del sector privado registrado; la reducción de hasta el 95% de las contribuciones patronales; la postergación del pago de las contribuciones; la expansión del crédito a tasas subsidiadas; el crédito a tasa cero para los monotributistas; el REPRO; la moratoria impositiva; y una línea de crédito a una tasa de interés nominal al 24% cuando entonces la inflación estaba en 50%.
“Cuando el sector privado sufrió y necesitó del Estado, el Estado estuvo presente. Se protegió a la producción, al trabajo, y la Argentina se pudo empezar a recuperar de una forma equitativa. Ese es el camino por el cual la Argentina debe continuar y por eso también estamos haciendo esto que acompaña a todo el resto del esquema de las políticas económicas y públicas que estamos adaptando”, afirmó el ministro.
Por último, pidió el acompañamiento del Congreso “para evitar injusticias y que la Argentina avance en una senda de progreso, con más producción, con más trabajo, y con un crecimiento que sea sostenido e inclusivo”.
“La única forma de sostener un crecimiento que signifique progreso es si ese crecimiento lo compartimos entre todos y todas”, concluyó Guzmán.
>> EN QUÉ PAÍSES SE COBRA LA RENTA INESPERADA
Reino Unido, Italia, Grecia y Hungría son los países que desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania -a fines de febrero último- implementaron impuestos a la renta inesperada con el objeto de gravar, especialmente, a las firmas energéticas, beneficiadas por la suba del petróleo y el gas.
Tras posicionarse en contra de la medida promovida inicialmente por la oposición laborista, el gobierno conservador de Boris Johnson en Gran Bretaña dio un vuelco y dispuso hace dos semanas un impuesto dirigido a las empresas de petróleo y gas, con el objetivo de recaudar alrededor de US$ 6.300 millones.
Los ingresos del “Windfall Tax”, según prometió el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, al presentarlo en la Cámara de los Comunes, aportarán a un paquete de asistencia de US$ 19.000 millones para ayudar a los hogares a hacer frente a la inflación, que en abril alcanzó un 9% anual, récord para los últimos 40 años.
El paquete permitirá así descontar las facturas y entregar subsidios por única vez de 650 libras (US$ 818) a 8 millones de hogares de menores ingresos a través de dos desembolsos directos, en tanto que todos los hogares recibirán 400 libras (US$ 502).
“El sector está obteniendo ganancias extraordinarias, no como resultado de una mayor innovación o eficiencia, sino por el repunte global en los precios de los commodities”, subrayó Sunak.
El tributo temporal gravará el 25% de las ganancias y tendrá deducciones de hasta 80% en caso de reinvertir las mismas en nuevas extracciones.
“Cuanto más invierta una empresa, menos impuestos pagará”, dijo Sunak a los diputados.
En Reino Unido, firmas como Shell y British Petroleum (BP) registraron ingresos por US$ 6.200 millones y US$ 9.100 millones, respectivamente durante el primer trimestre del año, frente a los US$ 2.600 millones y US$ 3.200 millones del mismo periodo del año pasado.
De forma similar, en Italia, el gobierno de coalición que reúne a espacios de centroizquierda y centroderecha, liderado por el primer ministro Mario Draghi, dispuso en marzo un impuesto del 10% a las firmas energéticas, el cual, a principios de mayo, incrementó al 25%.
Se proyecta que el tributo –retroactivo de octubre de 2021 a abril de este año-, permitirá recaudar 10.000 millones de euros (US$ 12.550 millones), para financiar un paquete que incluye reducciones de impuestos para las industrias intensivas en consumo eléctrico, descuentos en transporte público y pagos de 200 euros (US$ 251) para 28 millones de familias italianas.
Por su parte, Grecia anunció un impuesto del 90% tras identificar US$ 623 millones en ganancias extraordinarias por parte de determinadas empresas.
En Hungría, el primer ministro Viktor Orban estableció este mes impuestos extraordinarios en diversos sectores, incluyendo un 10% a los bancos, 25% a importadoras de petróleo y 7% a firmas de telecomunicaciones, con los que espera obtener US$ 2.190 millones.
Diversas organizaciones han apoyado este tipo de impuestos, entre ellos, la Comisión Europea (CE), que consideró en marzo que este tipo de impuestos temporales pueden ser “una forma útil de financiamiento”.
Del mismo modo, la organización internacional Oxfam, que lucha contra el hambre en el mundo, pidió la implementación de impuestos “sobre las rentas excesivas del 90% para capturar las ganancias inesperadas”, y así financiar el apoyo a las personas que enfrentan costos crecientes de alimentos y energía.
> Con información de TÉLAM.
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