“Es indispensable establecer mecanismos para desacoplar los precios del mercado interno de los precios del mercado de exportación, en este (la carne) y en muchos otros productos que hacen a la canasta alimentaria de los argentinos y argentinas”, afirma la contadora y economista, Graciela Treber.
Agrega que “entiendo que es una medida (la decisión del gobierno nacional de suspender por 30 días las exportaciones de carne vacuna) dirigida a que los sectores involucrados, primero se transparenten y aparezcan los distintos operadores; y segundo se sienten seriamente a negociar con el gobierno sobre cómo se garantiza el acceso de la carne a la mayoría del pueblo argentino, a precios razonables para el mercado interno”.
Córdoba es una provincia donde el pensamiento neoliberal en el campo económico ocupa casi todo el ancho del debate público e institucional. En este contexto, Treber, es una de las pocas economistas que levanta una voz discordante.
¿Por qué aumenta el precio de la carne?
El precio de la carne ha aumentado más de 20 puntos por encima del nivel general de precios en una medición interanual abril 2020-abril 2021 y en algunos cortes especialmente los de más consumo popular como el asado el incremento ha sido bastante mayor. Así también, si se analiza (datos de INDEC) el incremento por regiones, la de menor incremento fue el GBA (Gran Buenos Aires, con un 64.7%, mientras que las de mayor incremento son la Región Pampeana con 69.2%, el Noroeste con 69.1% y el Noreste con 70.2%.
Las causas son una conjunción de factores entre los que está, en este momento, como uno de los determinantes, el precio en suba de los commodities, entendiendo la carne como un commoditie impulsado, en nuestro caso, por la demanda de un gran mercado que es China.
China paso de representar el 1.6% de la carne exportada en 2011 al 84.7 % en 2020, siendo que en 2013, por ejemplo, se exportaban 722 toneladas mientras que, en 2020, las exportaciones de carne bovina congelada fueron de 462.000 toneladas.
Anteriormente, nuestra exportación de carnes estaba representada por los cortes de mayor precio y calidad representados en la llamada Cuota Hilton. A partir de la desregulación total del mercado, operada durante el gobierno anterior, comienza a ser importante como cliente de nuestras exportaciones China, que demanda cortes distintos, incluso los de menor calidad con lo cual esa demanda compite fuertemente con el consumo de los argentinos.
¿Cuál es el problema estructural del mercado de carnes, cuyo precio interno aumenta por encima de la inflación?
Volvemos al tema de que los alimentos básicos de la mesa de los argentinos y argentinas, o los productos que son insumos de producción de nuestros alimentos son commodities internacionales y son justamente los que nosotros exportamos.
Los productores por supuesto eligen exportar a precios internacionales en suba, con lo que el precio interno sube porque no están dispuestos a abastecer el mercado interno rescindiendo las súper utilidades que obtienen exportando.
Es por eso, que a pesar de la baja general de consumo interno de carne (demanda), pasamos de consumir 58.6 kg. per cápita promedio del 2015 a 43.7 Kg. per cápita promedio del primer trimestre del 2021, los precios siguen subiendo porque la demanda externa (en este caso de China) es infinita con respecto a la producción que tenemos o que podríamos tener nosotros.
Ojo que siempre lo va a ser, no se resuelve simplemente incrementando la producción ya que nunca podríamos satisfacer esa demanda creciente, dado que China es un mercado descomunal que permanentemente incorpora sectores de la población a esta demanda.
Otro aspecto a considerar, es la irrupción en el mercado de operadores que a partir de la desregulación advirtieron el negocio y a pesar de no ser frigoríficos adquirieron la calidad de exportadores, comprando reses, alquilando las instalaciones, faenando, exportando y dejando los dólares de esas exportaciones fuera del circuito, ya sea en el exterior o ya sea de manera ilegal por subfacturación. Es decir aparecen intermediarios que se dedican al llamado “Rulo Ganadero”.
También concurre, aunque no es el plano principal ya que su incidencia en el precio no es total ni directa, es el incremento del precio del maíz que es utilizado como alimento del ganado. El precio del resto de insumos importados no tendría incidencia importante ya que las importaciones se hacen a dólar oficial y este ha subido en menor medida con respecto a la medición de inflación.
Por otro lado, la cría y engorde de ganado ha sido desplazada de las tierras más fértiles de la Argentina a otras zonas más alejadas y la franja del territorio destinado al engorde de ganado se ha reducido. Las tierras mejores son destinadas a agricultura (soja, maíz, trigo) y también han variado los métodos de cría e invernada haciéndose menos extensivos, es decir menos a cielo abierto y más en corral e intensiva.
¿Es valida la medida de restringir exportaciones por sólo 30 días?
La medida se oficializo hoy (jueves 20 de mayo) a través de la Resolución 75/2021 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y con vigencia desde el día de su publicación en el Boletín Oficial.
Entiendo que es una medida dirigida a que los sectores involucrados, primero se transparenten y aparezcan los distintos operadores; y segundo se sienten seriamente a negociar con el gobierno sobre cómo se garantiza el acceso de la carne a la mayoría del pueblo argentino, a precios razonables para el mercado interno.
En una palabra, con que herramientas se desacoplan los precios internacionales de los internos para no perjudicar en mayor medida la mesa de los argentinos y las argentinas.
Esta medida viene siendo precedida por otras que no tuvieron mayores efectos respecto de los precios, como los establecimientos de registros y alguna intervención de control sobre el Mercado de Liniers.
Lo que está claro, es que el sector no respondió al llamado del gobierno en cuanto a moderar el incremento de precios y la toma de ganancias extremadamente elevadas y obligo a tomar una medida como está a fin de conseguir sentar al sector a negociar un acuerdo que regule los precios internos sin que se prescinda de los ingresos por exportaciones, que también es necesario transparentar y despejar de especulaciones tales como el “rulo ganadero” y la subfacturación, que también privan al Estado en definitiva de recaudación.
De modo que el Estado estaría sufriendo por doble vía: por un lado, el incremento de precios de la carne que la hace inaccesible a la población y, por el otro, no estaría recaudando todo lo que debería.
Es una medida transitoria, que además no afecta las operaciones ya autorizadas en curso sino las nuevas autorizaciones de modo que su efecto en la real exportación si se desarrolla la negociación en ese término seguramente será reducido. Por otra parte la medida fue anticipada a ABC entidad que nuclea los frigoríficos con bastante antelación, según mi óptica, de modo que hicieran los pedidos de autorización antes de que la Resolución entrara en vigencia de forma de afectar lo menos posible la actividad de los mencionados frigoríficos.
¿Qué solución puede funcionar en el mediano y largo plazo?
La medida por si sola es difícil que consiga bajar el precio de la carne, más bien seguramente es necesario una batería de medidas que se pongan en funcionamiento a partir de este “barajar y dar de nuevo” al que llamó el gobierno. Puede ser una combinación de retenciones segmentadas por tipo de cortes, combinadas por cupos de exportación, por ejemplo.
Entiendo que la medida es positiva en cuanto en una convocatoria de hecho al sector para que perciba que el Gobierno no se quedara cruzado de brazos ante una escalada exponencial de los precios como observador de la imposibilidad de los argentinos de acceder a uno de los componentes más difundidos y tradicionales de su canasta alimentaria.
Es evidente que las palabras y las convocatorias “amigables” no alcanzaron para eso e hizo falta pasar a la acción, y eso es esta suspensión de las autorizaciones.
Veremos que se consigue con esta convocatoria de hecho, y cuáles serán las medidas que se impondrán para garantizar un piso de 50 Kg. de carne per cápita. Está visto que los acuerdos sectoriales con algunas cadenas de súper e híper mercados son una aspirineta para un dolor que debe tratarse con otra medicina más fuerte.
Hay quienes propugnan que la solución sería una mayor producción. Hay que recordar el tiempo de producción del sector ganadero, que es prolongado y que por lo tanto, la cantidad de cabezas puestas a disposición no es algo fácil de modificar en el corto plazo.
Por otro lado, hay quienes propugnan que el tema seria incrementar los salarios por encima de los precios, pero la carne ha aumentado por encima del resto de los precios de la economía, con lo que se convertiría en una presión a su vez sobre el resto de los precios iniciando una espiral difícil de contener. Por supuesto, es necesario que los salarios crezcan por encima del nivel general de precios, pero el precio de la carne ha subido 20 puntos por encima de ese nivel general y, tal como está planteada la situación interna e internacional de la oferta y la demanda infinita, si el Estado no interviene estableciendo herramientas para garantizar el acceso del mercado interno los precios no dejaran de subir y a su vez impulsar el nivel general de los precios. Con lo cual se transformará en una profecía auto cumplida.-
Es indispensable establecer mecanismos para desacoplar los precios del mercado interno de los precios del mercado de exportación, en este y en muchos otros productos que hacen a la canasta alimentaria de los argentinos y argentinas.
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