El FMI informó que elevó su estimación de inflación de Argentina para el 2019 a 40,2%, desde un cálculo previo de 30,5%, y profundizó levemente su proyección de contracción económica a 1,3% para este año, desde una previsión anterior de 1,2%.
El organismo internacional agregó que el crecimiento para 2020 será de 1,1% (recortó la mitad del pronóstico anterior que era de 2,2%).
“Con la inflación persistente, las tasas de interés reales deberán permanecer altas por más tiempo, afectando la demanda interna y las importaciones. (…) La actividad económica se debilitó aún más en el primer trimestre, pero es probable que la recesión haya terminado”. A su vez, reconoce que la inflación le permitió al gobierno nacional mostrar una mejor recaudación fiscal en términos nominales, plantea el FMI.
Los datos surgen del documento dado a conocer este lunes en Washington, asentado en la cuarta revisión del programa económico argentino en el marco del préstamo Stand By por u$s57.000 millones.
También aborda la sustentabilidad de la deuda. Allí, el Fondo indica que la capacidad de repago de Argentina sigue siendo adecuada, aunque está sujeta a “riesgos mayores”.
El Fondo Monetario prevé una mayor volatilidad a medida que se acercan las elecciones, lo que podría dar fin a la estabilidad cambiaria y financiera de las últimas semanas. “Las necesidades de financiamiento son elevadas y una merma en la confianza del mercado puede traducirse rápidamente en una mayor tasa de riesgo”, señala.
Agrega que las tasas de interés más altas y el crecimiento más bajo han contribuido a elevar los niveles de deuda a mediano plazo a exactamente el 60% por ciento del PIB para 2024.
Por otro lado, el Fondo reconoce que, dado que la inflación es más persistente, las tasas de interés reales deberán permanecer más altas durante más tiempo, afectando nuevamente la demanda interna y las importaciones, lo que resultará en una revisión a la baja del crecimiento en 2020 (del 2,2 al 1,1%). Esta importante reducción de más de un punto contrasta con las últimas previsiones de los analistas que esperan un aumento del 2.2% del PIB para 2020.
El FMI espera que la inflación termine el año en alrededor del 40% (muy por encima del pronóstico del 30.5% en el momento de la tercera revisión). Responsabiliza a esta suba en el pronóstico al aumento de los salarios nominales y un aumento significativo en las expectativas de inflación.