“La necesidad tiene cara de hereje” dice un dicho popular. La renuncia este domingo de Mauricio Macri a una eventual candidatura presidencial en 2023 es el resultado de la necesidad y no de la generosidad. Sin apoyo social a su figura -su imagen negativa supera la mitad del electorado-, su permanencia en el escenario político y electoral estaba agarrada con alfileres y amenazaba convertirse en un lastre en la disputa contra el libertario anti-sistema, Javier Milei. Si bien había una porción social que se mantenía “leal” a su liderazgo, que le sirvió para mantener cierta “centralidad” política general y dentro de la principal oposición nacional, sus días estaban contados.
Sin embargo, la dimensión del análisis político no puede ser sólo individual. JxC, antes Cambiemos, fue derrotado en 2019 por la alianza del Frente de Todos (FdT) por dos motivos principales: El fracaso de su política económica y la creciente inflación disparada por dos devaluaciones, la de 2018 y la de 2019. En ese marco, en estos cuatro años, la parte mayoritaria de la sociedad argentina siguió sin poder digerir aquel “trago amargo”.
Allí radica el núcleo del rechazo social que se mantuvo hacia su figura y JxC y lo que impulsó este fin de semana su renuncia a pelear por la candidatura presidencial en las PASO de agosto de 2023. Ahora, serán Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal (todos del Pro) y Gerardo Morales y Facundo Manes (ambos de la UCR) los que tratarán de que se inicie un nuevo ciclo y liderarlo.
JxC no hizo ninguna autocrítica, ni mandó a la Primera B a los economistas y dirigentes que llevaron al país a la crisis económica, un endeudamiento externo destructivo y a una elevada inflación. Ese comportamiento político es el que la sociedad sancionó a partir de 2019 ¿Cómo? No lo convirtió (a JxC) en destinatario del nuevo descontento social generado por los desaciertos, la elevada inflación -superior a la del gobierno de Cambiemos- y la falta de liderazgo del FdT.
Como bien señala el Informe Dossier360 que elabora mensualmente Norman Berra en ENREDACCIÓN, existe relativa paridad entre JxC y FdT de cara a las elecciones presidenciales de este año, con una intención de voto que ronda el tercio para cada uno de los bloques políticos principales.
La sociedad parece penalizar a JxC por su política de patear la “basura propia” debajo de la alfombra y, entonces, pese a ser la principal oposición no puede capitalizar el descontento social existente. Quién sí lo hace, es el libertario, Javier Milei. Por ejemplo, de acuerdo a la encuesta de Aresco (febrero 2023), el dirigente libertario podría ser el candidato más votado en una PASO, superando a los de JxC y el FdT. Si bien JxC y el FdT lo derrotarían por la sumatoria de todos los candidatos, Milei se asoma con posibilidades de poner en jaque a todo el sistema político clásico. A esta altura es una tendencia consolidada, cuyos alcances todavía están por verse.
La caída del “viejo Rey” en el tablero de JxC tiene que ver con este fenómeno. Para intentar pararse frente al aluvión crítico del sistema de privilegio que representa Milei, la coalición opositora tuvo que “sacar del medio” al hombre que con un fuerte apoyo electoral y en democracia, lideró en 2015, el fallido experimento de la centro-derecha en Argentina. Habrá que ver si la maniobra de Macri fue a tiempo para que el espacio al que representa sobreviva en las PASO de 2023 o si resultará un sacrificio en vano.
Por la misma razón, habrá que observar si alcanza solo con el “sacrificio” de su figura. Existe otro hecho que JxC no ha podido mostrar aún ante la sociedad: Una propuesta económica diferente ni dirigentes creíbles para instrumentarla. Hasta ahora, recorren los pasillos de los canales de TV los mismos economistas que formaron parte de los equipos de la administración 2015-2019. El drama económico es el que más preocupa a los argentinos.
Otro plano del análisis de la renuncia del ex presidente a competir por una candidatura en 2023, es el impacto en el Frente de Todos (FdT), ya que acelera las definiciones y golpea a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Ahora, el FdT se ve obligado a ingresar en “modo electoral” en forma inmediata y justamente tiene dificultades para “construir” un candidato con posibilidades electorales, sobre todo, por la imposibilidad de “domar” la inflación, que corroe el capital del oficialismo.
A su vez, el efecto más notorio del retiro de Macri se produce sobre la figura de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se quedará sin “antagonista” político, ideológico, simbólico y discursivo en la arena política y electoral. Pese a que la ex presidenta es figura central del peronismo y la Argentina, la salida del fundador del Pro como referencia principal de la oposición la impacta a “mediano plazo” con más fuerza que a ningún otro dirigente. Cristina deberá reformular su posición y discurso si pretende continuar como protagonista del bloque de centro-izquierda y de la política en el país en los tiempos que vienen. De lo contrario, su enorme volumen político se irá fragmentando y diluyendo de manera progresiva.
Por último, como otro factor ordenador de la política, es necesario destacar que el peronismo sufre también el desafío de Milei pese a que este se nutre, por ahora, de electorado de JxC. El problema es que el peronismo dejó de canalizar las demandas principales contra “las injusticias” del “sistema” y quedó acorralado frente a la irrupción libertaria. Ese hecho es el que complejiza el escenario político, económico y electoral y para el que el oficialismo, todavía no parece tener antídotos.
Eduardo
6 junio, 2023 a 04:41
Siento que en la política estamos viviendo una época dorada. Puede que te gusten más o menos, pero lo que no se puede negar es que, tanto Milei como Macri tienen un currículum perfecto para gobernar. Son grandes oradores y grandes profesionales es el momento de disfrutar de ellos en sus debates. Esperemos que después sean grandes gestores si no, acabaré decepcionado con la política.