La inflación de julio fue de 4% y resultó el índice más bajo del gobierno del libertario Javier Milei. También es el menor valor mensual desde enero de 2022. El acumulado desde el inicio del año asciende a 87% y la suba interanual a 263,4%, poco más de 100 puntos porcentuales por encima de la medida en noviembre, último mes del gobierno de Alberto Fernández, con Sergio Massa como ministro de Economía. La información fue dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Los dos sectores que más subas registraron el mes pasado fueron restaurantes y hoteles (+6,5%) y bebidas alcohólicas y tabaco (+6,1%). Cabe resaltar que durante julio se celebraron las vacaciones de invierno lo que impactó en el primer segmento, y en el segundo, el incremento en cigarrillos.
Le siguieron vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (+6,0%) por las subas en los alquileres, y los suministros de agua.
La división con mayor incidencia en todas las regiones –excepto en la región Noreste– fue alimentos y bebidas no alcohólicas (+3,2%), donde se destacaron los aumentos de frutas y verduras, tubérculos y legumbres. La región Noreste, en tanto, se diferenció del resto del país, ya que la mayor incidencia la tuvo vivienda, agua, electricidad y otros combustibles.
A nivel de las categorías, Estacionales (5,1%) lideró el incremento –por las subas en Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres–, seguida por Regulados (4,3%) por las subas en cigarrillos y tarifas, mientras que el IPC Núcleo (todos los precios de bienes y servicios con excepción de los regulados y estacionales) aumentó un 3,8%.
La canasta del IPC núcleo -por la amplitud de su composición- es un predictor del desempeño de los precios futuros en la medida de que las variables macroeconómicas -tipo de cambio, emisión, tasas de interés, gasto público, etc.- se encuentren en orden; no haya abuso de posiciones dominantes en sectores económicos; que exista una relativa normalidad en los mercados de bienes y servicios transables que produce la economía argentina; y que la economía internacional se desenvuelva sin turbulencias que afecten el desenvolvimiento de economía local, entre otros factores.
El principal combustible de la dinámica inflacionaria surge es en este momento de las divisiones que operan con precios regulados: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles crecieron 161,5% en lo que va de 2024, es decir 74,5 puntos porcentuales por encima del IPC acumulado (87%). Transporte lo hizo un 104,4%; Comunicación un 143,7%; Educación, 118%; y bienes y servicios varios, 116,1%. Por el contrario, a caballo de la fuerte recesión de la actividad económica y la caída de los ingresos (salarios y jubilaciones), el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” incrementó sus precios un 76%, -11 pp. por debajo del IPC de los primeros siete meses.
La misma línea se evidencia al analizar el IPC por categorías: Entre enero y julio, los precios regulados saltaron 151,4% frente al 87% del IPC acumulado, una diferencia de +64,4 pp. Tanto los estacionales como el IPC núcleo se actualizaron por debajo del IPC del período: 81,5% y 75,2%, respectivamente. Esa disparidad es favorecida por la decisión del gobierno de ultraderecha de Javier Milei, que busca alinear los precios locales con los internacionales al desregular la economía e iniciar un proceso de apertura económica. Genera, de este modo, una enorme transferencia de ingresos desde el sector asalariado -formal e informal-, jubilados y pensionados, y sectores económicos ligados al mercado interno, hacía las compañías prestadoras de servicios, entre otros fenómenos de carácter estructural.
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