Fue una noche triste y dolorosa para los hinchas de Talleres. Hoy es el aniversario número 44 de aquella hazaña de Independiente, en barrio Jardín, con ese dos a dos que le dio el título de campeón del Nacional 77’, en un partido que se jugó el 25 de enero de 1978. Había tribunas tubulares y había 25 mil personas, la mayoría hinchas de Talleres. Hasta el represor Luciano Benjamín Menéndez estaba en el Palco del estadio.
Pero ese día, para Independiente, era un día especial porque era el cumpleaños 24 de su ídolo máximo, Ricardo Enrique Bochini (Zarate, 1954), que lo festejaría con la vuelta olímpica en la cancha y con una copa de champagne, en un hotel de la calle Entré Ríos, junto al DT José Omar Pastoriza.
El Rojo comenzó ganando con gol de Norberto Outes, pero a los 15′ del segundo tiempo, el árbitro Barreiro cobró un penal a favor de Talleres, que convirtió Ricardo Cherini. 14 minutos más tarde, Ángel Bocanelli metió un puñetazo para marcar el 2-1 y motivó la protesta de todo Independiente.
No conforme con convalidar un gol ilícito, el árbitro comenzó a hacer desfilar las tarjetas rojas ante los jugadores que le reclamaban. El primer expulsado fue el capitán Rubén Galván, luego siguió Omar Larrosa y finalmente echó a Enzo Trossero.
Justamente el Pato tendría un rol fundamental en aquella noche mágica, que quedaría en la historia del fútbol argentino: Les había exigido a Bochini y al resto de sus compañeros que no se fueran de la cancha después de que el árbitro Roberto Barreiro expulsara a los tres jugadores rojos.
El Pato les grito que se quedaran. Creía que iban a conseguir el empate. Y desde el banco hizo entrar a la cancha a Ricardo Daniel Bertoni. El delantero hizo una pared con el Bocha y “el 10” le hizo un sombrero al Mono Guibaudo para lograr el empate. En Avellaneda, en el partido de ida, habían terminado uno a uno y como el gol de visitante valía doble, Independiente se alzaba con el campeonato y Talleres se quedaba con el festejo en la garganta.
Hoy el recuerdo hermoso para Independiente y también el festejo para Bochini, en su cumpleaños número 68. También de tristeza para Talleres, en el día que estuvo más cerca de alcanzar la gloria futbolística.
Se sabe, el fútbol se vive intensamente. Hoy, en las redes, corría un chiste de la hinchada Belgrano dedicado a sus primos de “La T”. Dice: “Dios tiene a todos como hijos, menos a los de Talleres, que son del hijos del diablo”. Es un chiste.
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