La periodista, fotógrada y escritora Bibiana Fulchieri. Foto: Susana Pérez.
El último empujón grande para hacer el libro fue cuando supuse que en el Archivo General de la Nación iba a estar todo lo que yo buscaba, ordenado y esperándome… Y resultó que no, que no lo estaba; y, además, sentí una especie de indignación. Me acuerdo que pedí ‘deme el sobre de mujeres en el Cordobazo’; la respuesta que recibí me sorprendió: ‘No, no se archiva de esa manera, debería preguntar con más precisión’. Insistí: ‘entonces las deben tener como Cordobazo…’ La cuestión es que había dos fotos dentro de una carpeta mayor, pero no específica. ¡Nada más que dos fotos! Me parecía increíble, así que le digo al empleado del Archivo:
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-‘¿Me podría dar el sobre de Agustín Tosco?’.
-‘No hay’, me responde.
-¿Cómo puede ser?, le dije indignada.
-Puede ser. Aquí se guarda la memoria del Estado, y se ve que al Estado hay memorias que no le interesa guardar.
No pude esperar el ascensor, bajé corriendo las escaleras. Ahí tuve la certeza de lo que tenía que hacer”.
El relato de la fotógrafa, periodista y escritora, Bibiana Fulchieri es un testimonio de las múltiples capas de invisibilidad que produce la historia oficial y dominante. El tramo que ella terminará ayudando a sacar a la luz, es la imagen y testimonio de “El Cordobazo de las mujeres” (Editorial Las Nuestras, Agencia Córdoba Cultura, 2018). Un libro en el que se rescatan 20 historias de acción femenina en los ’60 y ’70. Foto a foto y a través de distintas entrevistas, la autora develerá las múltiples historias de las jornadas del Cordobazo y de la década que va entre los dos golpes de Estado de 1966 y 1976.
La portada del libro publicado por editorial Las Nuestras de la Agencia Córdoba Cultura.
Una foto recortada en la que aparecen sólo los varones y las mujeres desaparecen del cuadro; un archivo sin Tosco; un Cordobazo sólo de hombres. El trabajo de Fulchieri desnuda la ideología patriarcal, a la intelectualidad dominante y a las elites del poder conservador. El relato de las 20 mujeres entrevistadas ayuda a darle sentido a la época, a convertirla en una foto en donde mirarse. Lo paradójico, es que en el medio hubo 49 años de olvido.
EL LIBRO SE PUEDE ADQUIRIR EN EL MUSEO DE LAS MUJERES, RIVERA INDARTE 55, CÓRDOBA.
¿Con qué otro estereotipo de género te encontraste en esta búsqueda?
En los archivos fotográficos, las mujeres no están archivadas con su nombre, sino señora de Tosco, señora de… También hay que decir que hay mucho escrito sobre el Cordobazo, pero no de esto. Muchos trabajos hablaban de que “hubo mujeres anónimas en el Cordobazo”; que van a ser anónimas, le discutían a (Agustín) Tosco de igual a igual en las asambleas.
¿Cómo seleccionaste a las mujeres y las historias del libro?
Como en todo, primero parecía que no había nada, y después apareció una enormidad de mujeres. Fue una cadena. Primero decidí buscar las que salían en fotos marchando, después identifiqué los lugares en los que había muchas mujeres trabajando, por ejemplo Ilasa, que era una fábrica de cables, o el sindicato del Vidrio, porque las mujeres eran las que hacían los focos de las luces que llevaban los autos, y también el sindicato del Calzado. De las obreras pasé a las estudiantes, primero las secundarias, más tarde las universitarias y ahí me focalicé en Arquitectura. Para todas fue una gran bisagra, un antes y después. Y al final fui a lo familiar, di con Patricia López, la hija de Atilio López. Patricia me cuenta que las previas al Cordobazo empezaron en enero, febrero de ese año, que ella, que tenía 10 años, se quedaba a escucharlos y la mandaban a comprar fiambre para seguir las reuniones. Ella escuchó como lo planeaban. De todos esos ámbitos salieron las 20 mujeres de las que cuenta el libro.
¿Qué significan estas 20 historias en el Cordobazo?
Me parece que son fundamentales desde la memoria social, que a diferencia de la individual sirve para trabajar el pasado, vincularlo al presente y visualizar el futuro. No es sólo memorar, es procesar el hoy y mandarlo al futuro. A mí me pareció que faltaba media parte del Cordobazo y es lo que representan ellas. Siempre tuvimos un Cordobazo narrado como un acontecimiento protagonizado por varones, no había otra voz que la de los varones. Este trabajo aporta a lo que muchos y muchas están haciendo desde hace un tiempo, que es visibilizar lo invisible. Creo que a partir de las memorias de estas mujeres, se logra el relato de esos días y de una época, el Cordobazo es una década, que empieza en 1966 con el golpe de Juan Carlos Onganía y termina en 1976. Estas mujeres responden y cuenta esos 10 años, el Cordobazo como un bloque, como eje y bisagra de un época.
Creo que a partir de las memorias de estas mujeres, se logra el relato de esos días y de una época, el Cordobazo es una década, que empieza en 1966 con el golpe de Juan Carlos Onganía y termina en 1976. Estas mujeres responden y cuenta esos 10 años, el Cordobazo como un bloque, como eje y bisagra de un época.
¿Te conmovió alguna historia de las que desarrollaste?
Lo más conmovedor es que el libro es como un gran espejo. Cada una sigue en su mismo punto de lucha, ninguna de quedó amedrentada, redoblaron la apuesta, siguen transitando las mismas calles donde las pario el Cordobazo. Están en organismos de derechos humanos, sindicatos, centros culturales, bibliotecas… Siguen estando a la cabeza de grandes territorios.
La mujer luchaba, estaba, hacía, pero en la mayoría de los casos seguía siendo la secretaria de Actas. Nené Peña (Asociación Bancaria) cuenta que un día le tiro las actas por la cabeza al resto de sus compañeros varones”.
¿Por qué las mujeres del Cordobazo no se veían en las fotos y su voz no se escuchaba?
Me parece que había liderazgos eclipsantes, figuras que aun siguen gravitando. A tal punto que parece no haber nada al medio. Agustín Tosco, López siguen vigentes a 50 años de aquellos acontecimientos, esas figuras fueron fuertes, probas. Todas cuentan de la honestidad de ellos, de un sindicalismo que se sigue ansiando. Eso es muy fuerte por un lado. Y por otro, la mujer luchaba, estaba, hacía, pero en la mayoría de los casos seguía siendo la secretaria de Actas. Nené Peña (Asociación Bancaria) cuenta que un día le tiro las actas por la cabeza al resto de sus compañeros varones. Estaba instituido que fuera así. No puedo decir que fuera una intencionalidad maquiavélica, pero nos las veían, eran acompañantes, eran invisibles. Sin embargo, acompañaban y eran protagonistas. Eran dirigentes. Tuvieron un papel muy importante en el Cordobazo, en todos los frentes, desde el laboral, el estudiantil, el familiar. Hablando de 50 años atrás, es el espejo donde mirarse Ni Una Menos y las demandas de esta época.
BIBIANA FULCHIERI
Nació en Río Cuarto en 1959. Estudió Ciencias de la Comunicación en la UNRC y egresó como técnica profesional en Comunicación por Imágenes. Entre 1980 y 1982 se desempeñó en PUNTAL. Colaboró con medios nacionales e internacionales. En la actualidad se desempeña como fotógrafa, periodista y gestora cultural independiente.
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