El presidente se definió en numerosas oportunidades como anarcocapitalista (1). Según él mismo lo define su ideología promueve la existencia de un capitalismo sin Estado. Uno de los teóricos referentes de esta ideología la define desde el principio de no agresión, de esta manera:
«El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí mismo, en posesión de soberanía absoluta sobre su propio cuerpo. En efecto, esto significa que nadie puede invadir o agredir justamente el cuerpo de otra persona. Se sigue entonces que cada persona posee justamente cualquier recurso, previamente sin dueño, de la que esta se apropie o que «mezcle con su trabajo». A partir de estos axiomas gemelos —propiedad sobre sí mismo y la apropiación originaria— se construye la justificación para el sistema entero de títulos de propiedad en una sociedad de libre mercado. Este sistema establece el derecho de cada persona a su propia persona, el derecho a donar, dar en herencia —y consecuentemente el derecho a heredar— y el derecho al intercambio contractual de títulos de propiedad» Murray Rothbard, en Law, Property Rights, and Air Pollution25 Cato Journal 2, n.º 1 (primavera de 1982): pp. 55-99.
En una sociedad anarcocapitalista la seguridad, el servicio de justicia, la educación y todo servicio que durante el periodo industrial fue garantizado por el Estado, se debe regir por las leyes del mercado y la gestión privada.
¿Es posible un anarquismo capitalista? ¿Es posible terminar con el poder opresor y vertical, en una sociedad que se regula absolutamente por las leyes del mercado? ¿No parece una contradicción?
El anarquismo cuenta con múltiples versiones desde individualistas (como la que promueve el presidente) hasta colectivas y mutualistas, en las que el cuestionamiento a la autoridad del Estado y la búsqueda de una sociedad sin gobiernos y jerarquías verticalistas es la premisa. De esta manera existen promotores del anarquismo que niegan la existencia de poder en las relaciones sociales y quienes las reconocen buscando equilibrar las asimetrías para construir horizontalidad cuestionando el gobierno impuesto por la autoridad, que durante el siglo XIX y XX se representó en el Estado.
Parece necesario definir el capitalismo para entender la idea que se experimenta en la Argentina. Sintéticamente, el capitalismo es un sistema económico y social que sustituyó al feudalismo (sistema socioeconómico centralizado en una aristocracia denominada Nobleza que se concentraba en una estratificación social que en la cúspide se encontraba un rey o emperador y clases sociales subordinadas que le prestaban servicios a éste a cambio de protección) por la irrupción de la industrialización, las máquinas a vapor, las ciudades y el aumento del volumen mercantil, en lo que se considera la civilización. Fue en ese mismo momento que surgen los estados nacionales que dan impulso al capitalismo, los tributos (impuestos) y los estímulos para la expansión de los mercados.
Durante el siglo XX la expansión de los estados y el capitalismo fueron simultáneos, el debate entre capitalismo y comunismo, consistió en quien regulaba el desarrollo civilizatorio: el estado o el libremercado. Las variantes comunistas/socialistas pugnaron por un estado que limite los desequilibrios que la industrialización produjo por la concentración económica y los promotores del libre mercado pugnaron por limitar las regulaciones estatales para favorecer la expiación de la economía, en definitiva, la discusión era por un capitalismo de estado y uno de mercado (luego soberanamente los pueblos deberían poder organizar sus sistemas de distribución internos). Por lo tanto, ambas concepciones parecieron encuadrarse por una misma matriz, discutiendo la metodología de organización del sistema industrial. Se le atribuye al presidente Perón la frase: “La economía nunca ha sido libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo, o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de éste”; esta parece seguir siendo la discusión.
Con la victoria del neoliberalismo en lo que fue la disolución de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín, la economía subordinó la discusión política produciéndose la captura del estado por empresas que imponen sus condiciones para lograr mayores beneficios. La economía es controlada por los grandes consorcios.
Desde mediados del siglo XX y comienzos del siglo XIX, se da un nuevo fenómeno que transforma la organización social y económica. La denominada revolución digital como ocurrió con la primera revolución industrial que transformó el mundo del trabajo y la economía.
El derrumbe ecológico, las teorías del caos social y uberización del trabajo, ponen de manifiesto el imaginario político iniciado en las empresas del Silicon Valley y replicado por el crecimiento tecnológico de China y las disputas territoriales por minerales y tierras raras necesarias para esta “nueva” economía que se relacionan directamente con los ensayos en nuevas formas de gobierno.
Cedric Duran (2021) titula un libro “Tecnofeudalismo: Crítica de la economía digital” describiendo esta transformación en la que los estados quedan subordinados a unas pocas empresas transnacionales que controlan a poblaciones, gobiernos y empresas, mediante las aplicaciones y procedimientos tecnoburocraticos que se constituyen como una nueva autoridad, invisible y promotora de una “supuesta libertad”.
Más recientemente, Yanis Varoufakis (2023) (2) afirma que “el capitalismo ha muerto y el sistema que lo reemplaza no es mejor”. Describe, que es el propio capital y los cambios tecnológicos acelerados que, como un virus, han acabado con las dinámicas que describimos anteriormente del capitalismo, por lo que ni el Estado, ni el mercado que conocíamos gobiernan la economía.
En relación a lo descrito, el presidente proclamado anarcocapitalista desmanteló la continuidad del proyecto Carem 25 (3) (que se viene desarrollando desde hace aproximadamente 15 años, con más de 250 profesionales argentinos y que ponen a la Argentina en la vanguardia tecnológica en la creación de pequeños reactores nucleares) al comienzo de su gestión. Sin embargo, al cumplirse su primer año de gestión, anuncia que el estado realizará un plan nuclear (algo que parece poco anarcocapitalista) y que beneficiará el impulso de la IA. ¿En qué consiste este anunció? ¿Cuáles serán los beneficios? ¿Cuáles son los riesgos ambientales? Sabido es que la IA es altamente contaminante por los requerimientos energéticos que demanda, Google desde 2020 aumentó en un 50% sus requerimientos energéticos y Microsoft en un 30% (4).
El presidente al anunciar este plan pone otra vez al Estado en promotor tecnológico para impulsar el desarrollo económico, pero esta vez parece que la idea libertaria de abolir el poder del estado en beneficio de un supuesto mercado compuesto por cada una de las personas, pasará a ser un organismo al servicio de las cinco big tech (5) del Silicon Valley (Google, Meta, Amazon, Microsoft y Oracle).
El presidente no parece anarcocapitalista, por el contrario, sus ansias de protagonismo lo llevan a buscar las miradas de las personas a las que les confiere autoridad y se subordina (como Elon Musk) (6).
En el tecnofeudalismo, los mercados por plataformas digitales son auténticos feudos, en la que sus propietarios son “capitalistas en las nubes” y todos hemos vuelto a ser siervos que producimos datos e información, que mediante nuestros dispositivos móviles, trabajamos, nos entretenemos, manifestamos nuestras emociones y hasta nuestra ubicación precisa a cada momento. Todo esto es información detallada y producto de rentabilidad para los nuevos señores de las nubes y la estratificación social que se está conformando.
En síntesis ¿La propuesta de libertad anarcocapitalista del presidente Milei, se está transformando poniendo a los argentinos al servicio de lo que se comienza a definir como tecnofeudalismo?
CITAS:
1: Infobae 19/02/2024. “Milei: Estoy orgulloso de ser anarcocapitalista”. https://www.infobae.com/america/agencias/2024/02/20/milei-estoy-orgulloso-de-ser-anarcocapitalista/
2: Tecnofeudalismo- El sigiloso sucesor del capitalismo.
3: Proyecto Carem https://www.argentina.gob.ar/cnea/carem
4: Los riesgos que el plan nuclear de Milei no toma en cuenta
https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/los-riesgos-que-el-plan-nuclear-de-milei-no-toma-en-cuenta/
5: Las Cinco Big Tech y su monopolio
6: El Presidente Milei se reunió con el cofundador y director de Tesla, Elon Musk
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