
Héctor Morcillo, secretario General del Sindicato de la Alimentación. Gentileza.


El viernes pasado venció la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación entre las cámaras empresarias del sector alimenticio y la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA).
La conciliación se había fijado a partir del rechazo de los trabajadores al incremento propuesto por la patronal que consistía en un 20% de incremento para todo el año, en tres cuotas: 10% a partir de mayo, 5% en diciembre de 2017 y 5% en abril de 2018.
Frente a esta situación, durante el transcurso de la semana que culmina, dirigentes y activistas del Sindicato de la Alimentación de Córdoba (STIA), que conduce Héctor Morcillo, realizaron protestas frente a las plantas de las distintas empresas del sector ubicadas en todo el territorio de la provincia de Córdoba. En tanto, desde el lunes 12 las medidas comenzarán a ser efectivas con asambleas de dos horas por turno, que irían en incremento de acuerdo al avance o no de las negociaciones. Además, no se descarta que se pueda concluir en un paro del sector y hasta una nueva movilización como la realizada en Buenos Aires el pasado 22 de mayo.
Tiempo atrás, los trabajadores de la Alimentación habían acuñado una consigna de lucha frente a la discusión salarial. Esa consigna decía: “Los que fabricamos alimentos no los podemos comprar” y hoy vuelven a sostener el mismo argumento, según señaló el titular del STIA-Córdoba, Héctor Morcillo.
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