El expresidente Mauricio Macri se negó a declarar en la causa en la que se lo investiga por supuesto espionaje ilegal sobre los familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan, pero entregó un escrito en el que aseguró que “jamás” espió ni ordenó espiar a nadie.
“Jamás ordené ni posibilité la realización sistemática de tareas de inteligencia expresamente prohibidas por la ley 25.520 y sus modificatorias. Jamás espié ni ordené espiar a nadie. Jamás recibí ni utilicé información de inteligencia alguna respecto de los familiares del ARA San Juan ni de ningún buque pesquero”, expresó en el escrito.
Convocado para declarar en el juzgado federal de Dolores, Macri ingresó en auto a las 11.50 al edificio de la municipalidad, donde desde más temprano se habían congregado algunos dirigentes como el jefe del bloque del PRO en la Cámara baja, Cristian Ritondo; el candidato a diputado y ex titular de Medios Públicos Hernán Lombardi; la exvicepresidenta Gabriela Michetti y el intendente de Pinamar Martín Yeza, para brindarle su apoyo.
Su arribo a la sede municipal de Dolores estuvo signado por un episodio que generó repudios entre la dirigencia de todos los espacios políticos: agredió al canal de noticias C5N, al tomar y tirar al suelo el micrófono del cronista que se encontraba cubriendo el hecho, acción que generó el repudio de las organizaciones profesionales que nuclean periodistas.
VER Macri se disculpó por su agresión a la prensa y la atribuyó a un “acto reflejo”.
A los pocos minutos de ese hecho, y acompañado por su abogado Pablo Lanusse, Macri se dirigió al Juzgado federal de Dolores donde lo esperaban el juez subrogante Martín Bava y el fiscal Juan Pablo Curi, quienes tenían preparadas sus respectivas preguntas para formular durante la indagatoria, en el caso de que el expresidente accediera a declarar.
La indagatoria comenzó pasadas las 12 con la lectura –por segunda vez- de los hechos que se imputan al expresidente y la aclaración de que después de la fallida audiencia de la semana pasada Macri ya había sido relevado del deber de confidencialidad, por lo que no pesaba sobre él ninguna eventual restricción.
Tras la lectura de los hechos, Bava le preguntó a Macri si iba a declarar y el expresidente respondió: “Lo que le voy a decir primero es que usted sabe que debería haber suspendido la audiencia por todas las cosas que están en curso. Pero queda claro que usted está muy apurado para procesarme antes del 14 (de noviembre, por la fecha de las elecciones legislativas). Con lo cual yo no le quiero demorar más el tiempo. Voy a consignar un escrito, no voy a contestar preguntas, así usted puede seguir con las formalidades”.
Ante esa primera negativa, el magistrado le preguntó a Macri si quería responder las preguntas de la fiscalía y si quería leer el escrito que iba a presentar, pero el expresidente volvió a ofrecer una respuesta negativa, y luego completó: “No, no quiero demorarlo, a ver si no llega antes del 14”.
Con la indagatoria concluida, el juez quedó en condiciones de resolver la situación procesal del ex mandatario, quien a su vez lo acusó de tener el procesamiento ya redactado, de actuar bajo motivaciones políticas para apoyar al oficialismo y de no estar en condiciones de intervenir en el expediente.
“La imputación que dirige en mi contra no tiene pies ni cabeza, y solo encuentra explicación, tristemente, en el escenario electoral en el que nos encontramos. Lo que no solo lamento inmensamente por los héroes víctimas del ARA San Juan y por sus familias, y los demás fallecidos de los otros buques pesqueros y sus familiares, sino también por nuestra República, nuestras instituciones y por la salud de la administración de Justicia”, sostuvo Macri en el escrito que entregó junto a su abogado.
“Como Presidente de la Nación jamás espié ni ordené espiar a nadie, y tampoco tuve carpetas con transcripciones de escuchas ilícitas de espionaje ilegal sobre ciudadanos. Ese, señor Juez, no es mi caso”, aseveró Macri, quien además apuntó sobre Bava al asegurar que el juez lo “introdujo” en el expediente “por la ventana”.
En esa línea, el expresidente acusó al magistrado de ser “manifiestamente incompetente para investigar estos supuestos hechos”, tras lo cual agregó: “Respecto de mi persona, usted es claramente parcial”.
“Ha quedado demostrada su carencia de independencia del poder político de turno, como quedó en evidencia luego de la bochornosa audiencia del pasado 28 de octubre del corriente año, que usted tuvo que aceptar -resignado- que debía suspender por un error exclusivo y excluyente del Juzgado a su cargo”, agregó en el escrito.
La audiencia a la que refirió el fundador del PRO y ex mandatario fue suspendida por un pedido de su propia defensa, que alegó que Macri necesitaba ser relevado del deber de confidencialidad para afrontar su indagatoria, solicitud a la que el juez accedió a pesar de haber dejado asentado en diversos escritos que no lo consideraba necesario.
El exmandatario agregó que, en la imputación en su contra, el juez “no precisa cuándo, cómo, a quién, ni con qué alcance, habría ordenado, recibido, impartido o destinado -verbos que utiliza en ese relato- ni cómo habría ordenado y posibilitado, la realización sistemática de tareas de inteligencia expresamente prohibidas por la ley 25.520”.
“Es evidente, como ya ha ocurrido en la causa en perjuicio de otras personas sobre las que se dictó sus autos de procesamiento, que nada de lo que diga será oído porque el señor juez necesita culminar esta persecución con claro tinte político en mi contra”, sostuvo.
En su descargo por escrito, Macri incluyó la declaración de los exjefes de Estado y de Gobierno de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (Idea) que lo apoyaron y pidió que se cite, en condición de testigos, a una docena de personas entre las que se encuentran la actual interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y denunciante en este expediente, Cristina Camaño.
El exmandatario quiere que Caamaño “ratifique la denuncia presentada por escrito en esta causa”, y que lo haga “bajo juramento de ley y asumiendo las responsabilidades personales que ello implica, responda a preguntas vinculantes” realizadas por la defensa.
El exmandatario está imputado por maniobras de espionaje ilegal porque, al ejercer la Presidencia de la Nación, era el responsable de fijar los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de inteligencia nacional, de acuerdo a la ley de inteligencia (25520), según lo que se planteó en la citación a indagatoria que Bava firmó el 1° de octubre pasado.
Además, la Justicia sospecha que el exmandatario se nutrió de informes elaborados por la AFI para conocer de antemano los reclamos que le harían los familiares de las víctimas del hundimiento del submarino y que algún organismo del Estado pudo haber utilizado la información para saber con quiénes se vinculaban.
En la causa, iniciada a raíz de una denuncia de la interventora de la AFI Caamaño, también están acusados los ex responsables de la AFI durante la gestión del macrismo, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.
Macri fue citado por primera vez para el 7 de octubre pasado, pero no se presentó porque estaba fuera del país, y luego faltó a la segunda convocatoria, que se había fijado para el 20 de octubre, oportunidad en la que su abogado defensor presentó por vía remota la primera recusación contra el juez Bava.
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