Tal vez Roberto Carlos no haya llegado al millón de amigos, pero sí logró sumar miles al contar los amantes de su música. Focus, la compañía de danza contemporánea de Brasil, tiene esa certeza porque ha recorrido el mundo con Las canciones que has bailado para mí, y en cada país, el público recibe el show con entusiasmo. El espectáculo basado en la obra del músico brasilero, llega a Córdoba los próximos 4 y 5 de diciembre, y será la primera vez en Argentina.
“Es el rey de la música popular brasilera. Así como yo, muchos brasileros tienen historias relacionadas a su música. Sus temas atravesaron generaciones. Nunca había creado un espectáculo basado en un solo cantor, así que elegí uno de los más grandes”, le cuenta a ENREDACCIÓN, Alex Neoral, el director y coreógrafo. Con las diferentes formas del amor como eje central, se estrenó en 2011 y ha cosechado diversas distinciones como la Mención de Orden de Mérito Cultural del Ministerio de la Cultura de Brasil. Todavía el autor de Lady Laura no ha ocupado una butaca como espectador.
Más allá de Roberto Carlos y la cercanía de la gente con sus composiciones, Neoral asegura que lo que convoca es el lenguaje del baile y el amor como temática. “Ambos son universales”, sintetiza. Por eso, inspirarse en figuras populares como antes lo había hecho con Chico Buarque y Portinari en Saudade de Mim, no es un recurso para atraer al público hacia la danza contemporánea. “Me interesan los temas populares como creador, lo que ayuda a comunicarlos. De todas maneras, mi repertorio es amplio, va de Bach al carnaval, de asuntos más abstractos a las historias más ficcionales”, explica.
Alex descubrió la danza por unas amigas a los 15 años y el flechazo fue inminente. Luego de veinticinco años de carrera profesional, acaba de retirarse de los escenarios. “Fui muy feliz. Para mi bailar es el mayor placer que puedo sentir, me dan ganas de seguir vivo. Hay muchas maneras de trabajar con la disciplina”. Desde hace un tiempo, ocupa el rol de director y coreógrafo, sintiendo el alivio de no tener que dividirse entre las facetas de bailarín y creador. “Siendo bailarín siempre busqué verdad en todo lo que hice, tratando de superar el límite, ser mejor que yo mismo”. Como coreógrafo intenta lo mismo y en la dirección confiesa ser un apasionado que no siente vergüenza de decir “no sé”. “Además, busco artistas curiosos como yo, porque desde este lugar intento posibilitar un mundo mejor, en nuestra convivencia como sociedad y en la escena”, sostiene.