Con poco más del 96% de los votos escrutados, Alberto Fernández es presidente electo de Argentina. El actual presidente del país, Mauricio Macri, admitió su derrota pasadas las 22 horas e invitó a Fernández a iniciar la transición. El candidato presidencial del Frente de Todos venció en todos los distritos y fue derrotado en la región central y cuyana (Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis y Mendoza). De este modo, después de cuatro años de gobierno neoliberal, una nueva coalición populista regresal al poder.
Fernández obtiene 12.346.176 votos, el 48,03 por ciento y Mauricio Macri 10.394.128, un 40,44 por ciento. No habrá segunda vuelta, porque el candidato peronista consigue superar la barrera del 45 por ciento, que es una de las condiciones para que no haya ballotage.
En las PASO, Alberto se había alzado con 12.205.147 votos, contra 8.121.689 del presidente. Esto es una diferencia de 4 millones y 83 mil sufragios. La remontada de Juntos por el Cambio, contabiliza hasta el momento 2.272.439 adhesiones, mientras que el frente peronista creció levemente por encima del caudal electoral de las primarias del 11 de agosto: 141.029 votos.
Esto indica, que el macrismo descontó una diferencia de 2,130 millones de voluntades entre un comicio y otro.
Hasta el momento, parte de esa cantidad de nuevas adhesiones se explica en el aumento de la participación, ya que hubo -cuando faltan contar poco más del 3% de las mesas habilitadas- 1.117.549 nuevos votantes; el voto en blanco, que sumó 491.437 sufragios; y gran parte de las perdidas de tres de los cuatro candidatos, esto es Roberto Lavagna, Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert.