La cumbre de la ONU sobre clima COP26 se anotó este martes en su segundo y último día sus primeros grandes logros, entre ellos una promesa de más de 100 países de frenar la deforestación en esta década, una iniciativa crucial para limitar el calentamiento global y sus efectos nocivos y un compromiso de magnitud equivalente para recortar 30% las emisiones de metano.
El 85% de los bosques del mundo está dentro de los territorios de los países signatarios del acuerdo que se firmó en Glasgow, Reino Unido, para frenar y revertir la deforestación, y el dato destacado es que Brasil está entre los que asumieron el compromiso.
Brasil, cuyo presidente, Jair Bolsonaro, no participó de la cumbre que se celebró en la principal ciudad escocesa, para no enfrentar las críticas hacia su política forestal, alberga la mayor cantidad de territorio de selva amazónica, que perdió miles de kilómetros en los últimos años por la deforestación.
Este acuerdo había sido adelantado en la noche del lunes por el gobierno británico y fue confirmado este martes en la cumbre por el primer ministro, Boris Johnson.
Bosques y selvas absorben casi un tercio del dióxido de carbono global emitido por la quema de combustibles fósiles, pero cada minuto se pierde una superficie forestal equivalente a 27 canchas de fútbol, según la presidencia británica de la COP26.
Por otra parte, 23% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono proceden de actividades como la tala, la deforestación y la agricultura, y 1.600 millones de personas -casi 25% de la población mundial- dependen de los bosques para su subsistencia.
El acuerdo llegó en el tercer día de la COP26 y segundo y último de la cumbre, en la que gobernantes, entre ellos el presidente Alberto Fernández, detallaron sus compromisos con la lucha contra el cambio climático.
El otro gran acuerdo, firmado también por un centenar de países, entre ellos Estados Unidos, el bloque de la Unión Europea (UE) y la Argentina, selló el compromiso para recortar en 30% las emisiones de metano, uno de los gases que provocan el calentamiento global para 2030 y, aunque el presidente estadounidense, Joe Biden, llamó a más Estados a sumarse, por ahora se destacan las ausencias de China, India y Rusia, tres de los cinco mayores emisores del planeta.
En una conferencia de prensa sobre el fin de la cumbre, Biden criticó especialmente la ausencia de China, el país que emite más gases con efecto invernadero y la acusó de “dar la espalda” al “gigantesco” problema que enfrenta el planeta. “Creo que ha sido un gran error, francamente, que China no se presentase”, consideró Biden.
En rigor, el presidente chino, Xi Jinping, quien semanas atrás había avisado que estaría ausente del evento, alegó que los organizadores de la conferencia no le proporcionaron un enlace de video para poder dirigirse por videoconferencia a la reunión, lo que lo llevó a enviar una declaración por escrito.
En ese texto, Xi hizo un llamado a todos los países a tomar “acciones más fuertes” para enfrentar conjuntamente el desafío climático y propuso alcanzar un consenso multilateral enfocándose en acciones concretas y acelerando la transición verde para reducir las emisiones de carbono.
Esas mismas fallas de organización de la COP26 y la cumbre fueron el argumento que enarboló Rusia para justificar la ausencia de su presidente, Vladimir Putin, quien tampoco estaba predispuesto a participar del encuentro con los líderes mundiales.
Las críticas hacia la organización también se multiplicaron por la falta de rampas de acceso para personas con movilidad reducida, que determinó que, luego de dos horas de intentar acceder al lugar donde se desarrolló la COP26, la ministra de Energia de Israel, Karine Elharrar, se retirara del lugar y expusiera el contratiempo en Twitter.
“He venido a la conferencia internacional sobre el clima para promover la lucha conjunta en la crisis climática a través de reuniones con mis homólogos de todo el mundo”, dijo. “Por desgracia, eso no ha sido posible por problemas de accesibilidad que no tienen justificación en el año 2021”, tuiteó Elharrar.
De inmediato el premier británico se disculpó personalmente con Elharrar, quien aceptó el gesto, pero volvió a tuitear: “No estoy a favor de las disculpas. Solo quiero que para la próxima vez no suceda nada de eso”.
Al margen de los tropiezos de organización, también se destacó entre las noticias de la última jornada de la cumbre el anuncio de que Alemania, el Reino Unido, Estados Unidos, Francia y la Unión Europea financiarán con 8.500 millones de dólares a Sudáfrica en los próximos cinco años, la mayor parte en forma de créditos, para que elimine de su contenido energético el carbón.
La iniciativa fue expresada por representantes del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo de Alemania, que del total aportará más de 600 millones de dólares.
Además, esa asociación busca movilizar fondos privados y del Banco Mundial para la promoción en Sudáfrica de nuevas tecnologías limpias, entre las que se incluye el hidrógeno verde.
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