El fiscal José Mana firmó el viernes una resolución en la que pide una serie de aclaraciones a los forenses sobre la muerte de Bryan Salvador Velasco Porras, ocurrida en extrañas circunstancias, el 31 de octubre del año pasado, en la ciudad de Córdoba. Después de que el expediente durmiera durante tres meses, ahora, el fiscal reclamó a los médicos forenses una ampliación de las conclusiones de la autopsia. Sin embargo, negó -al menos por ahora- una nueva autopsia, como piden los familiares.
Cabe recordar, que este medio adelantó el jueves 3 que la Justicia no sabía dónde estaba el cadáver del muchacho. Fue el abogado Norberto Carlos Vaca quién estableció horas más tarde, que los restos estarían en el crematorio Virgen de la Merced, en Toledo. El viernes, en la presentación que el letrado efectuó a la Justicia, expresó:
– “Se logró determinar que el cadáver se encuentra depositado en el Crematorio de La Merced en la localidad de Toledo (Córdoba), en un nicho común, sin refrigeración y a la espera de la orden de cremación”.
-“Dicha información fue suministrada por el Sr. Sergio Alejandro PIERNI, encargado de la empresa fúnebre “Argentina Sepelios”, quien se encargó de inhumar los restos de Bryan en el crematorio ya mencionado”.
A partir de ello, Mana pidió al crematorio Virgen de la Merced, en la localidad de Toledo, que responda si los restos enterrados allí son los de Velasco Porras y si se confirma, prohibió que sean cremados.
Se trata de un giro vertiginoso. El hecho tomó tal magnitud que según pudo saber este medio, la embajada colombiana se comunicó con la oficina del fiscal el jueves pasado para interesarse por el curso de la investigación.
Mana junto con la secretaria Penal de la Fiscalía, María José López, piden en el escrito al que accedió ENREDACCIÓN que “en cuanto a la realización de una nueva autopsia –solicitada por Vaca y Porras Medina-, y atento a la naturaleza y características del acto, es decir, tratándose de un acto definitivo e irreproductible, ofíciese al Instituto de Medicina Forense, a los fines de establecer y/o aclarar, en relación a la autopsia N° 1183/21, las siguientes cuestiones:
– En relación al hematoma subgaleal de 4 por 3 cm en región parietal izquierda, si el mismo es intra vita (en vida) o post mortem, tiempo aproximado de evolución del hematoma, como así también con que sería compatible el mismo o tipo de golpe;
– En cuanto al surco de ahorcamiento si el mismo es compatible con la soga secuestrada en autos”.
Sobre este punto, en una entrevista publicada por Radio RCN de Colombia, el ex director de Medicina Legal de ese país, Carlos Valdés, afirma que en la necropsia practicada al cuerpo del joven se evidenciaron varias inconsistencias en relación con la causa de la muerte que fue decretada como asfixia mecánica por ahorcamiento, ya que se dejó de lado el análisis de una lesión traumática en la cabeza.
Valdés se refería justamente a la mención de la autopsia que señala: “Rebatido el cuero cabelludo se observa hematoma subgaleal de 4 por 3 cm en región parietal izquierda”. Sobre este punto, el estudio de los legistas cordobeses no hace ninguna evaluación. Ahora deberán analizar este punto, pasado por alto en el acta original.
Respecto del segundo punto, es clave determinar si el surco detectado en el cuello del estudiante es compatible con la soga hallada en el departamento de barrio Iponá donde vivía.
En relación a este asunto también se observan inconsistencias adicionales entre lo informado por la fiscalía cordobesa a la Justicia colombiana y lo que plantearon los médicos Edgardo Peredes y Joaquín Bastet en la autopsia.
Mientras en el escrito que viajó a Colombia, la fiscalía de Mana dice que en el cadáver “examinado necroscópicamente se constató talla aproximada (de) 175 cm., 68 kg. de peso, de piel blanca, sin barba ni bigotes, y con cabello teñido de rubio” y agrega que en su cuello tiene “(un) surco de ahorcadura doble de 3 mm. de ancho”, los legistas cordobeses afirman que el cuerpo mide 6 centímetros más: 181. Y que el “(…) ancho del surco (es de) 2 cm.”. Es decir, hay una diferencia de 1,7 cm. entre uno y otro documento.
Finalmente, en la resolución del fiscal no se hace lugar al pedido de Vaca de determinar que rastros de ADN existen en la soga ni a resguardar el cuerpo en la Morgue judicial.
EL CASO
Bryan apareció muerto, de acuerdo a la denuncia, en su departamento, en Córdoba, el 31 de octubre de 2021. Allí convivía con su novia, Iara Krüver y un amigo, Brian Díaz.
El chico estudiaba en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC (Universidad Nacional de Córdoba), en la tecnicatura de Jardinería y Floricultura, donde cursaba el segundo semestre, y le faltaba un solo examen, el de botánica II. Trabajaba en un bar y era especialista en transacciones con criptomonedas.
Si bien el fiscal Mana calificó la caratula del expediente como “Investigación de muerte de etiología dudosa”, todos los pasos que dio apuntan a avalar la teoría del suicidio.
Justamente, su madre está convencida de que lo mataron y denuncia irregularidades en la investigación judicial. Por ejemplo, señala que del escenario del hecho, sólo se recogió el cadáver de su hijo y una cuerda. No habría investigación de otros detalles.
Cuenta que estuvo hablando con su hijo por videollamada, a las 20:30, hora de Colombia (22.30 de Argentina). Pero, las autoridades argentinas, según la línea de tiempo, aseguran que minutos después, alrededor de las 23 horas, el joven universitario de 25 años decidió quitarse la vida.
“Mi hijo al despedirse me dice que me ama mucho, que al día siguiente me llamaría para contarme cómo le había ido con el parcial que tenía al día siguiente”, relató.
Una mujer de nombre Micaela llamó desde el celular de Bryan a Bogotá para avisarle que su hijo se había ahorcado con una cuerda, que colgaba de un gancho. La madre asegura que este elemento no era lo suficientemente fuerte para resistir el peso de una persona de 1,82 metros de estatura (la soga fue pasada a través de un gancho metálico, a 2,50 metros de altura, que a su vez estaba agarrado al muro con un taco Fischer).
Afirma que Micaela le dijo que se había suicidado debido a una depresión crónica.
Porras Medina agregó el jueves, a Radio RCN, un dato que no figura en la investigación judicial: “Mi hijo manejaba unas cuentas virtuales, él era un haz para los números, el multiplicaba ciertos ahorritos para tener y mantener ahí en sus cuentas”.
También indicó que la familia logró obtener los extractos y registros financieros de Bryan que dejarían al descubierto que después de ocurrida su muerte, fue saqueado dinero de sus cuentas bancarias a lo largo de varios días en diferentes cajeros automáticos en ciudades de Argentina.
>> COBERTURA
VER La muerte del estudiante colombiano: La Justicia cordobesa no sabe dónde está el cadáver.
—