(Por Pablo Tissera *) Tiempos difíciles para la economía de nuestro país, aunque diversos indicadores muestran una recuperación en la producción en un contexto de restricciones agravadas por la segunda ola de la pandemia y la variante Delta que puede transformarse en la tercer ola. Esto impide una sostenida y creciente reactivación, reflejándose mucho más en nuestros países americanos denominados en desarrollo.
El virus deja al descubierto enormes desigualdades intra e inter países. Sin ir más lejos en Latinoamérica se acumula más de 1.260.000 muertos por causa del COVID-19, un 32% del total mundial de fallecimientos, a pesar de que su población es el 8,4% a nivel global. En cuanto a las brechas en la vacunación respecto a los países desarrollados, según la CEPAL, el porcentaje de la población total con esquema de vacunación completo llega al 13,6%, en tanto que en la Unión Europea es de 34,9% y en América del Norte 46,3%.
El impacto se traduce en el aumento de las necesidades básicas insatisfechas, de la pobreza y la desocupación, pero también se observa en el mundo el crecimiento de la concentración de riqueza, un sistema injusto por donde se lo mire.
Volviendo a la situación económica nacional vemos que el Estimador de la Actividad Económica del INDEC (EMAE) arrojó durante el mes de Mayo una baja del 2% respecto a abril. La industria trabajó al 61,5% de su capacidad, con un alza desestacionalizada del indicador de producción industrial del 3% en Junio respecto a Mayo según datos del estudio Ferreres, registrando una mejora interanual del 22%, avanzando un 36,1% en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo de 2020. Por otro lado, el primer semestre cierra con un saldo comercial de U$S 6.740 millones, el segundo mejor resultado desde 2012 (el primero es 2020), con una acumulación de reservas internacionales, que al viernes 23 de Julio sumaban unos USD 43.111 millones. Hay una convicción política del gobierno de no devaluar, ni antes ni después de las elecciones, está a la vista la espalda financiera para no hacerlo. Si hablamos de inflación, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 3,2 % durante junio. De esta manera, el primer semestre del año acumuló una inflación minorista del 25,3 %.
Por último y para destacar, el primer semestre del año cerró con un déficit primario de apenas 0,5% del PBI, se logró apostando a la recuperación de la actividad económica vía sostenimiento del gasto público orientado a medidas de inclusión social, sostenimiento laboral y productivo y aumento de ingresos fiscales, descartando la receta neoliberal del ajuste. El rol del Estado social que conducen Alberto y Cristina entiende la importancia de incrementar el gasto público lo necesario para acompañar a hogares y empresas afectados por la pandemia.
En este contexto económico internacional y nacional se deben profundizar las medidas que apunten a paliar los efectos del Covid en la economía, mejorando la distribución del ingreso y la situación social de las familias. Para ello, es fundamental consolidar el rol del Estado activo, presente, regulando la economía para lograr una distribución más equitativa de las riquezas y de los ingresos con justicia social, en el marco de la defensa del mercado interno y el desarrollo local con un papel protagónico de la economía social, solidaria, popular y pyme.
* Pablo M. Tissera es dirigente cooperativista y pre candidato a diputado nacional del PSol en el Frente de Todos.
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