El empresario metalúrgico Roberto Maggi escribió en su muro de Facebook el pasado 10 de diciembre: “Sin dudas que nuestro país hoy está de luto, verdadero asco me da… Ahora, yo me pregunto, como no haber estado ahí (en la asunción del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner) y poder haberle descargado una bala en la cabeza a la sinvergüenza de Cristina (Fernández de Kirchner). ¿¿¿Justo hoy a la enferma, tilinga de la hija, le dieron el alta medica en Cuba??? ¡¡¡Qué casualidad!!!”
Luego, una vez que su posteo se conoció, pidió disculpas y a pedido de sus pares de la Asociación de Empresarios Metalúrgicos de San Francisco, renunció al cargo de vocal de la institución, aunque no fue expulsado. Todo en la misma jornada de este jueves, además de borrar su posteo y sacar de circulación a su cuenta.
Por su parte, el fiscal federal N°2, Gustavo Vidal Lascano, solicitó de oficio la detención de Maggi y previamente, el fiscal federal de San Francisco, Luis María Viaut, inició una investigación de oficio por los dichos del empresario.
“La causa cobra más significado por la investidura de la vicepresidenta”, dijo Viaut y agregó que una de las posibilidades es que Maggi sea imputado por el delito de “amenaza”.
Mientras que Vidal Lascano presentó una denuncia penal ante la fiscalía de turno, a cargo de Graciela López de Filoñuk, para que investigue los posibles delitos de amenazas o apología del delito.
En los artículos 169, 170 y 171 del Código Penal se establece que una persona comete delito de amenazas cuando anuncie o advierta a otra con causarle un daño a él, a su familia o a otras personas con las que esté íntimamente vinculado.
La apología del crimen es una acción que consiste en la promoción, incitación o elogio de un hecho que, de acuerdo con la legislación argentina, se encuentra tipificado como un delito.
El Código Penal de la Nación hace una breve mención de este delito en el artículo 213, cuando señala que “será reprimido con prisión de un mes a un año, el que hiciere públicamente y por cualquier medio la apología de un delito o de un condenado por delito”.
En su texto, Vidal Lascano explicó que luego de la asunción del presidente Alberto Fernández y de su vice, Fernández de Kirchner, el 10 de este mes, el empresario profirió esas declaraciones en Facebook.
“Las expresiones referidas han sido realizadas por un ciudadano que en su condición de empresario tiene por cierto infinita mayor responsabilidad social que un asalariado”, indicó.
El fiscal pidió detener al empresario “ante la peligrosidad, (…) teniendo en cuenta que las amenazas de este individuo han sido publicadas en la red social Facebook, cuya difusión masiva excede cualquier tipo de competencia”, a la par que solicitó allanar la casa de Maggi para saber si el hombre tiene armas.
Maggi trató de retractarse por sus expresiones a través de distintas notas en medios de comunicación de la provincia y con un nuevo posteo en su cuenta de Facebook: “En días pasados, en un momento de mucha carga emotiva, fui víctima de un exabrupto que hice público en un posteo por este mismo medio, el cual fue inmediatamente eliminado, pero que algunos medios sensacionalistas y oportunistas, lo replicaron en sus portales Web”.
Señaló “que aquellas penosas palabras no representan mi real y sincera forma de pensar. Pido las disculpas del caso frente a quienes pudieron sentirse ofendidos por tal infortunada publicación. Corren tiempos políticos y económicos difíciles, no justificó mi accionar, pero los argentinos vivimos enmarcados en dichas circunstancias que nos condicionan y como todo ser humano, podemos equivocarnos”.
Ariel Poli, titular de la AIM de San Francisco, expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO que se realizó una reunión de comisión directiva en la cual estuvo presente el propio Maggi. “Estuvo en la reunión y aprovechó para pedir disculpas a la Asociación por haberla involucrado en una situación así”.
En la misma reunión Poli recomendó a todos los miembros de la comisión directiva que “tengan cuidado” con el contenido que publican en sus redes sociales.
Y explicó que Maggi “expresó sus disculpas y arrepentimiento por lo ocurrido tras lo cual, la comisión le pidió que se tome una licencia”.
“Queremos que deje sus funciones en este momento, que se aparte de la comisión y estamos evaluando el tiempo de duración de esta licencia. En principio, pensamos en unos seis meses”, adelantó.
Poli precisó que se evaluó expulsar a Maggi de la institución, pero finalmente se tomó la decisión de solicitarle un pedido de licencia, que es considerada por la institución como “una medida disciplinaria”. “No podemos permitir que cualquier persona que integre la comisión directiva utilice las redes sociales para decir lo que se le dé la gana. Como institución debemos tomar una medida disciplinaria sobre cada caso generado por cualquier persona que integra la comisión directiva porque, de lo contrario, es poco serio”.
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