La mesa dulce ha sido siempre un clásico. Un clásico nacional de toda fiesta de casamiento y cumpleaños. Ricos y pobres comparten esta vieja costumbre. Es el momento de la madrugada donde buena parte de los invitados terminan de tirar todos los cuidados y frenos inhibitorios de semanas o meses y se lanzan a saciar el deseo de probar chocolates, cremas y tortas. Una especie de rito festivo asociado a estos acontecimientos únicos.
Sin embargo, en el casamiento del mejor jugador del mundo Lionel Messi con su amor Antonella Roccuzzo, la mesa dulce quedó intacta. Organizada por argentinos, tenía todo lo que debía tener, pero ése no era el problema, sino que los jugadores de futbol y sus novias y mujeres se “cuidan” de los dulces, aún en las fiestas de casamiento (se supone que en los cumpleaños de hijos y sobrinos deben salirse de la regla). La familia Messi anunció ayer que los dulces de la fiesta fueron finalmente donados a la Fundación Conín, una ONG que lucha contra la desnutrición infantil.
Por cierto, la fiesta paralizó el país con alfombra roja y todo, mostrando por la Web, las redes sociales y la TV a las figuras deportivas que llegaron a Rosario para la ceremonia. Se vio ropa, sonrisas, y hasta el backstage de damas y caballeros. La ciudad se pareció por un par de días al Festival de Cannes o la entrega de los Oscars, pero en lugar de actores y actrices, los protagonistas fueron jugadores de futbol, que se han sumado con la fuerza de los millones del deporte-espectáculo a un mismo modo de expresión y reproducción cultural. O al menos, lo imitan.
Está claro, con este dato de la cocina, que además del glamour, los físicos trabajados de ellos y las curvas de diseño de ellas, los dulces no integran la dieta que llevan -con una convicción de hierro- los 365 días del año.
También podría verse como una revelación del contraste entre una cultura del festejo muy argentina y familiar, que es la que en parte parece haber tratado de hacer la familia del astro rosarino, pero que no se lleva bien con los tips ni el estilo hollywoodense de los cracks del futbol mundial. Organizada por especialistas, pero de Rosario -como si hubieran sido de Paraná o Córdoba-, la fiesta del año mostró la hilacha arriba de la mesa dulce.
Pero no es sólo que no hayan probado chocotortas, mini torta rogel, mini alfajor santafesino, tartas de dulce de leche, tartas frutales y de coco, frutos secos, crème brûlée y lemon pie, entre otros muchos postres. Resulta impresionante que 268 calorías sean capaces de frenar el placer de saborear algo tan rico y ritual. Ni un bocado. Nada. Y no fue uno, fueron casi todos. Impresionante.
15 MINUTOS. Es un espacio breve para reflexión, análisis y puesta en escena de temas, hechos y personajes. Se inspira en la película “15 minutos” (2001, John Herzfeld).
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