Petróleo para la pujante industria automotriz. Petróleo para la industria. Petróleo para el desarrollo nacional. Petróleo para los pueblos, para el trabajo, para que naciera lo que se insinuaba. Petróleo para la paz y para la guerra. Petróleo. El oro negro que a comienzos del siglo XX brota de las entrañas de la Argentina despierta sueños propios y ajenos.
Los antecedentes de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) hay que buscarlos en la primera década del siglo XX y en el hallazgo de petróleo en las inmediaciones de la ciudad patagónica de Comodoro Rivadavia.
Esto atrajo a las primeras compañías extranjeras que buscaban el petróleo que les permitiera abastecer de combustible al mercado del automotor, cuya expansión estaba en pleno auge. El mundo salía de la Gran Guerra y se preparaba, aún sin saberlo, para la Segunda Guerra Mundial.
El petróleo era considerado un bien estratégico para las naciones. Así se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo. El objetivo de este primer ente estatal nacional era precisamente regular la actividad de las empresas multinacionales que poco a poco se establecían en el país.
Pero será al 3 de junio de 1922, con Hipólito Yrigoyen todavía en la Presidencia de la Nación, que se creará por decreto la Dirección General de Yacimiento Petrolíferos Fiscales, el primer paso de la petrolera de bandera.
El 19 de octubre del mismo año, a pocos días de llegar a la Casa Rosada Marcelo Torcuato de Alvear, Enrique Mosconi será designado director general de YPF. Militar e ingeniero, Mosconi estuvo al frente de la empresa durante ocho años para convertirla en la primera petrolera estatal integrada verticalmente en el mundo.
Radical yrigoyenista, Mosconi consideraba “inexplicable” conceder al capital extranjero la exploración y explotación petrolera en lugar de reservar “tales beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino”. “Entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera”, enfatizaba.
Desde sus inicios YPF realizó todas las actividades necesarias para la explotación de petróleo, relegando a un segundo plano a poderosas empresas extranjeras como Shell y Esso.
Además, la labor de la compañía reportaría recursos al Estado nacional para el desarrollo del país y entregaría a la Nación una carta fundamental para ejercer su soberanía.
Junto con la explotación estatal de petróleo nacieron y crecieron pueblos en todo el país. Comodoro Rivadavia, Las Heras, Cañadón Seco, Caleta Olivia y Plaza Huincul son sólo algunos de ellos.
El 22 de febrero de 1923 YPF inauguró en Buenos Aires el primer surtidor a querosén. Tres meses más tarde estos sumaban siete. El 20 de junio del mismo año se construyó el primer surtidor de nafta para vehículos.
Sin embargo, el primer ciclo de la empresa llegaría a su fin con el Golpe de Estado de 1930, donde los militares encabezados por José Félix Uriburu y Agustín P. Justo inaugurarían la Década Infame, justo antes de que el Congreso de la Nación aprobara la nacionalización del petróleo impulsada por el yrigoyenismo.
Yrigoyen sería confinado en la Isla Martín García y Mosconi detenido, previa entrega de las instalaciones de YPF. Entre las razones del golpe que inauguraría las interrupciones del orden constitucional que padeció la Argentina durante buena parte del siglo XX se hallaba la política petrolera.
Es que el gobierno radical estaba a punto de firmar un acuerdo con la entonces Unión Soviética en el que la actividad petrolera impulsada por YPF tenía un papel protagónico. Sin dicho convenio, se despejaba el camino para el capital americano e inglés.
Acerca de esta primera etapa de YPF y sobre el rol de sus pioneros, el historiador Norberto Galasso aseguró a Télam que “el petróleo era fundamental en ese entonces, como lo es el gas ahora”, dado que “había una serie de actividades claves, desde el transporte hasta el funcionamiento de las industrias, que estaba ligado a su control”.
El petróleo como materia prima estratégica en la búsqueda de soberanía, el impulso de un proyecto nacional sin injerencia de los intereses británicos, la política de nacionalización impulsada por Hipólito Yrigoyen que conduce a la creación de YPF y el papel de Enrique Mosconi forman parte del diálogo que el historiador mantuvo con Télam.
¿Cuál fue el papel de Yrigoyen en los inicios de la política petrolera?
El papel de Yrigoyen fue fundamental en materia petrolera, primero por la creación de YPF en 1922 y después, cuando él asume la segunda presidencia en 1928, porque plantea la nacionalización del petróleo.
El proyecto incluso llega a ser aprobado por el Congreso…
El proyecto obtiene el apoyo de la Cámara de Diputados pero en el Senado le faltaba un voto. Sin embargo, en ese momento estaban previstas elecciones en Cuyo, por lo que un triunfo del radicalismo habilitaría la nacionalización. Esto significaba, ni más ni menos, que no se podían hacer negociaciones con empresas extranjeras para entregar ni siquiera una parte de la perforación de pozos.
¿Entonces se produce el golpe de Estado encabezado por Uriburu?
Exacto. La elección, que a través de un triunfo del radicalismo en Cuyo permitiría la nacionalización del petróleo, estaba prevista para el 7 de septiembre de 1930. El Golpe de Estado se produce el día 6, es decir, el día anterior a los comicios. Por eso siempre se dijo que esa revolución tenía olor a petróleo. Con el golpe se cierra el Congreso y no se puede sacar la ley.
El gobierno de Yrigoyen buscó un acuerdo comercial con la entonces Unión Soviética, que incluía la provisión de combustible ¿Esto fue visto como una amenaza por las petroleras extranjeras que intentaban operar en la Argentina?
A comienzos del siglo XX la Argentina era considerada una suerte de colonia británica y algo semejante resultaba inaceptable. Y esa es la primera gran consecuencia que tiene el Golpe del 30: mantener la influencia británica. Fue un golpe imperialista que vino a rectificar una política que buscaba un acuerdo con un país que estaba sentenciado por la revolución bolchevique de 1917.
¿Por qué era importante la nacionalización del petróleo en aquel momento?
En ese entonces el petróleo era fundamental como lo es el gas ahora. Había una serie de actividades claves, desde el transporte hasta el funcionamiento de las industrias, que estaba ligado al control del petróleo y del combustible. Hoy en día lo vemos más claro con el aumento del gas por la guerra entre Rusia y Ucrania. En aquel entonces con el petróleo de lo que se trataba era de la soberanía sobre un recurso fundamental, muy importante para la Argentina.
¿Quién era y qué representaba Enrique Mosconi, el hombre que quedó al frente de YPF desde su creación?
Mosconi era un hombre que provenía del Ejército y que Alvear designa Director General de YPF. Era un hombre del movimiento nacional, yrigoyenista. A tal punto que es perseguido después del Golpe y es raleado del Ejército junto a aquellos militares que apoyaban las políticas nacionales, como los hermanos Bosch, como Acevedo Toranzo. Todo ese mundo Yrigoyen lo había cultivado durante la revolución cívico-militar de 1905, que si bien es derrotada, los militares que intervinieron en ella son recuperados por Yrigoyen en 1916.
¿Para Mosconi el petróleo era un bien estratégico como parte de un proyecto nacional, de un proyecto más amplio?
En un principio Mosconi duda un poco y habla de empresas mixtas, pero después se reafirma en una posición muy clara de defensa de la nacionalización del petróleo y del rol del Estado. El petróleo no solo debía ser nacionalizado sino también estatizado como parte de un proyecto de país. De ahí el apoyo a YPF.
> Con información de TÉLAM.
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