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Roberto Lapid: Dejó la arquitectura para escribir y ahora un sello internacional distribuye su novela “Pasión imperfecta”

Roberto Lapid ya tiene dos nuevas novelas listas. (Foto Gentileza Roberto Lapid) (Enredacción)

“Todo lo que está en el libro pasó, es real”, aclara Roberto Lapid sobre Pasión imperfecta, su tercera novela, que acaba de ser reeditada. El escritor cordobés no pudo escaparle a su atracción por las historias reales y se sumergió en la historia de Hedy Lamarr y Fritz Mandl. Ella, una de las actrices más exitosas de Hollywood e inventora del sistema de comunicaciones por el que hoy existe el Wifi; él, un excéntrico millonario, fabricante de armas que le vendía a Hitler, que vivió en La Cumbre y fue amigo de Perón.

Por estos días, Lapid está en Córdoba. Desde que se instaló en Barcelona hace cuatro años, solo había vuelto una vez justo antes de la pandemia. “Allí vivían mis hijos y mis nietos”, sostiene como el motivo de la mudanza a España. Además, estaba agotado por las catorce horas diarias que trabajaba como arquitecto y se la jugó por la literatura. “Escribir para mí siempre fue una tarea placentera. Le puse fuerzas y fui dejando lo otro. Me gusta mucho la investigación, después sentarme a desarrollar la historia y luego acompañar el libro”, cuenta quien además de arquitectura estudió Bellas Artes.

Dice que el cambió de oficio fue un proceso y tomó la decisión con tres libros publicados: Dizna, mensaje del pasado (2010), El Enigma Weiss (2014) y Pasión imperfecta (2017). Fue con su última novela que encontró el mercado internacional, el año pasado un sello español la reeditó y ahora la distribuye Penguin Random House. “Por eso, se sorprendió, cuando al bajar del avión, vio en el aeropuerto Ambrosio Taravella su libro a la venta. Es una edición distinta, tapa dura, más grande, otro papel y otro valor, pero el contenido es el mismo”, le dice a ENREDACCIÓN desde barrio Paso de los Andes, donde nació hace 65 años.

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¿Por qué te interesó la historia de Hedy Lamarr y Fritz Mandl?

Las Sierras de Córdoba se caracterizan por tener mitos y edificaciones extrañas. Una vez estaba en La Cumbre por una Feria del Libro, dimos una vuelta y pasamos por una construcción que se llamaba el “Castillo Mandl”. Primero, me llamó la atención la construcción, en la punta de una loma, un camino en caracol. Cuando empecé a preguntar en el pueblo, las historias sobre Fritz Mandl eran de lo más inverosímiles, desde que era un agente de la CIA que vendía información a los ingleses hasta que era un criminal nazi. Empiezo a investigar y me llaman la atención muchas cosas, sobre todo su personalidad, un carácter fuerte, un hombre que solo le importaba él mismo. A los 18 años, se hace cargo de la fábrica destruida del padre y, una década después, es de los hombres más ricos del mundo. Era traficante de armas y sus clientes fueron Mussolini, Franco, Hitler; estaba metido en todas partes, hasta tenía su propio servicio de inteligencia. Después encuentro que se casó con Hedy Lamarr, una chica superdotada, muy avanzada para la época, era feminista en los años 30, a los 16 años filmó el primer desnudo y orgasmo del cine. Es un historión, porque él ve la película, la busca y se casan. Después ella escapa, llega a Hollywood y triunfa, la consideraban la mujer más bella y, como ingeniera, patentó el invento de un sistema de comunicaciones. Me pareció un buen combo. Todavía hoy descubro cosas nuevas de esta historia.

La portada de “Pasión imperfecta”. Roca Editorial.

¿Qué te sorprendió durante la investigación?

En el paso a paso, todo. Pero algo impactante fue cuando encontré un informe de la CIA sobre Mandl. Él se hace amigo de Perón, lo conoce por Mussolini. En el 38′ viene a Argentina y compra propiedades en el país, entre ellos el castillo de La Cumbre. Me llamó la atención en ese informe, que los “Aliados” estaban preocupados después de la Segunda Guerra y Argentina no era bien vista por ser aliada oculta del “Eje”. Mandl venía desarrollando desde la sombra, la producción de amas y la industria metalmecánica del país. El informe decía que para frenar la industria bélica argentina había que neutralizarlo; Fritz Mandl era la llave. Y de ella cuando va al Pentágono a presentar su invento.

“No tuve que fantasear demasiado, no hizo falta”.

En esta historia, ¿la realidad supera la ficción?

Yo escribí un borrador donde novelé bastante, puse los datos que tenía y otros los iba inventado en función de cómo me imaginaba la vida de estos personajes. Cuando lo terminé, yo había tomado el compromiso con los hijos de enviárselos. Lo leen y se entusiasman. Alex, el hijo de Mandl, me llama y me empieza a contar cosas de su padre, que cuando iba a Venecia frecuentaba tal bar, qué tomaba determinado whisky y, al mismo tiempo, me conectó con los hijos del abogado y otras personas que trabajaron con Mandl. Luego me llama el hijo de ella, Anthony John Loder, y me pone en contacto con una productora que realizaba un documental en Hollywood sobre Hedy. Entonces, con este material nuevo y anécdotas que me había aportado, saqué lo que había escrito y lo puse en la novela. Todo lo que está en el libro, pasó, es real. Los detalles que me contaron sumaron mucho y no tuve que fantasear demasiado, no hizo falta.

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¿Disfrutas la etapa de investigación?

Sí. Sumergirme en las historias, ir descubriendo y desarmando la madeja. Es algo que me atrae, siempre me gustó hacerlo. Cuando investigo, entrevisto testigos, voy a los lugares, accedo a los archivos de los medios, de la Justicia, de los servicios de inteligencia. Es ir pelando la cebolla hasta llegar el meollo. Es una parte detectivesca y divertida. Tanto esta etapa como la de acompañar la circulación del libro, me hicieron conocer gente y lugares que jamás hubiera pensado.

“Cuando la realidad parece ficción, es muy fuerte, tiene un valor agregado”.

¿Por qué te interesan las historias reales?

Escribo novelas históricas que suceden en el Siglo XX, bastante cercano en el tiempo y basadas en casos reales. Me atrae eso, están ahí nomás y vale la pena contarlas. Está bueno dejar volar la imaginación, pero cuando la realidad voló, te da mucho material. Cuando la realidad parece ficción, es muy fuerte, tiene un valor agregado. Entonces trabajo sobre eso, en particular el tema de cómo gobiernos autoritarios manejan las vidas de los ciudadanos de a pie, como nos afectan a todos.

1 Comentario

1 Comentario

  1. Roberto José Barizone

    26 agosto, 2024 a 12:48

    Hola, soy de Catamarca y estudié arquitectura con Roberto Lapid y no sé cómo contactarme con él.
    Si alguien conoce tu número de teléfono u otra forma de contacto, le agradecería mucho me lo hiciera llegar.
    Soy Roberto José Barizone
    [email protected].
    Gracias

Comentario:

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