(Por Pablo Tissera) Corren tiempos de cambios en el gabinete del gobierno nacional en la búsqueda de políticas públicas alternativas a las ya implementadas, claramente sin mayores resultados, que den batalla con eficacia y eficiencia al flagelo de la inflación con consenso político hacia el interior del Frente de Todxs.
Venimos analizando desde hace un buen tiempo la multicausalidad que lleva a la suba indiscriminada de los precios, que poco a poco horadan el poder adquisitivo de los ingresos de la población. Así, más allá de los indicadores positivos de la macroeconomía en términos de producción, empleo y consumo, se viene generando una creciente inequidad distributiva, hasta llegar al punto que uno de cada dos argentinos y argentinas no llegan a cubrir la canasta básica total (CBT).
Esta semana conoceremos las primeras medidas económicas del recientemente nombrado ministro Sergio Massa, quien estará al frente del ministerio que concentrará los hasta ahora ministerios de Economía, desarrollo Productivo y de Agricultura, Ganadería y Pesca. El flamante ministro representará el inicio de una nueva etapa en la gestión iniciada a fines de 2019.
EXPECTATIVAS RENOVADAS
Las expectativas que tenemos como sector de la economía social, solidaria y popular son buenas, porque sabemos que venimos de las consecuencias de la triple pandemia (neoliberalismo, pandemia y guerra), y entendemos que a una de las principales causas de la inflación le podemos aportar una alternativa en materia de producción, empleo y consumo. ¿Qué quiero decir? Que a la puja distributiva que llevan adelante los grupos concentrados y especuladores de la economía nacional y transnacional hoy quedándose con el 57% del valor agregado del total del PBI, cuando a finales del 2015 no llegaba al 50%, es un causal fundamental al que se debe atacar con medidas fuertes y activas desde el Estado.
EL ROL DE LA ECONOMÍA SOCIAL, SOLIDARIA, POPULAR Y PYME
No sólo controlando y sancionando a aquellas 10 empresas que ponen el 75% de los alimentos para el consumo en las góndolas de cualquier supermercado, ya sea con el programa de precios cuidados o con nuevos programas, sino también promoviendo la producción, distribución y consumo de la economía social, solidaria, popular y pyme, cuyo fin no es maximizar ganancias sino más bien buscar el bien común poniendo al ser humano en el centro de la escena.
Simplemente quiero recordar que el sector cooperativo de acuerdo a datos del INAES está integrado por más de 15 mil empresas situadas en las 23 provincias y cubren el 90% de las localidades del país. Brinda servicios públicos a más de 2 millones de hogares y cubre la demanda del 70% de la electricidad en zonas rurales. Además, produce un tercio de los cereales del país y representa el 5% de las exportaciones nacionales. Y potencialmente podría absorber una gran parte de los trabajadores de la Economía Popular, formalizando a cerca de 4 millones de personas con beneficios como aportes jubilatorios y acceso a una obra social.
OPORTUNIDAD CAMINO AL 2023
Tenemos la posibilidad de consolidar un rumbo, ese que iniciaron Néstor y Cristina allá por el 2003 y que luego continuaron la propia Cristina junto a Alberto y Sergio a fines del 2019.
Estamos al frente de una oportunidad para demostrar que los gobiernos nacionales, democráticos, progresistas y populares en contraposición a la derecha neoliberal en sus distintas variantes políticas, pueden implementar proyectos productivos, generadores de empleo y trabajo, distributivos de modo equitativo, inclusivos y promotores de nuevas formas de acumulación con perspectiva solidaria.
* Pablo Tissera es dirigente cooperativista y secretario General del Partido Solidario Córdoba en el Frente de Todxs.
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