Una encuesta realizada a fines del mes de abril muestra que los argentinos tienen posiciones que alteran los supuestos existentes en el establishment y que explican el creciente descontento social con la clase política.
También aparece una nueva grieta frente a la propuesta de dolarización de la economía que impulsa el libertario Javier Milei y una sorpresa para el sistema mediático y de poder, respecto del proyecto del kirchnerismo para que se pague la deuda con los capitales fugados al exterior.
Se trata de un nuevo escenario, ideologizado y radicalizado respecto a momentos anteriores. La aparición de esta foto explica buena parte del desacomodamiento del oficialismo peronista del Frente de Todos y de la principal oposición, Junto por el Cambio, con el humor social.
El informe de opinión pública de la consultora Analogías fue realizado el 28, 29 y 30 de abril en todo el país. Reúne 2.832 casos efectivos, relevados por entrevistas telefónicas, formato IVR Fijo y Móvil. El error muestral es de +/- 2,0 % con un nivel de confianza del 95%.
Con el título “Percepciones sobre la economía y los ingresos”, los autores del trabajo explican el escenario o contexto de la encuesta. Dicen que “la caída sostenida de las expectativas que relevamos coincide con una recuperación de la actividad económica que se dirige tendencialmente hacia los niveles anteriores a la crisis de balanza de pagos y endeudamiento que provocó el gobierno de Mauricio Macri en el primer trimestre de 2018”.
Agregan que “como venimos observando desde hace meses, la preocupación sobre el nivel de ingresos reales de los trabajadores y jubilados tiene una presencia muy negativa y determinante en todo el cuadro de opiniones”.
Señalan que “esta dualidad entre “actividad creciendo” e ingresos reales estancados en niveles históricos bajos se puede corroborar por medio del poder adquisitivo de los salarios registrados y el perfil del empleo recuperado”.
Y detallan que “el salario real de los trabajadores registrados (privados y públicos) en febrero de 2022 fue 0,82% menor que en diciembre de 2019. En el caso del sector privado se registró un aumento de 1,5% y en el sector público una caída de 5%. Cuando se compara el valor anual promedio a febrero con el del mismo mes del 2021, la caída real es de alrededor de 1 punto para los trabajadores registrados y de casi 8% para los trabajadores no registrados. Respecto a diciembre de 2019 esas caídas son de 5% y 13% respectivamente”.
Tomando como base el peso negativo de los ingresos en el humor de la opinión pública, que impacta sobre la imagen de la gestión de gobierno y reduce el volumen político del oficialismo del Frente de Todos, cuando se consulta ¿cuál cree usted que sería la mejor manera para que se recupere el poder adquisitivo de los salarios en lo inmediato?, la primera respuesta con un 44,1% de preferencias es “Un aumento general de salarios dictado por el gobierno”. En segundo término se ubican los que responde “No Saber”, con 36,1%; y en tercer lugar las paritarias, con apenas el 19,8%.
Se puede percibir por lo tanto, que para la opinión pública, el gobierno no actúa en la dirección correcta para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, ya que su decisión principal apunta a que el aumento de los salarios y del poder adquisitivo se produzca en las paritarias entre gremios y patronales. Aquí, también se puede encontrar una explicación a la incapacidad de la principal oposición para acumular esta divergencia entre la sociedad y el gobierno, ya que sus economistas eluden esta cuestión. Por otro lado, la sociedad manifiesta una demanda general de mayor intervención del Estado en la puja distributiva.
Justamente, en otro tramo del informe, el 40% afirma que son los empresarios los que se han quedado con la renta del crecimiento económico, frente a un 46,4% que cree “poco o nada” respecto de este curso. Si se vincula esta respuesta con el anterior apartado (quién debe disponer el incremento salarial), se puede concluir que la sociedad considera al Estado / Gobierno como responsable de su mala situación y perspectiva económica. Es decir, hay un fuerte cuestionamiento a las políticas que aplica y a las decisiones que toma.
Aquí puede adicionarse otro ítem, que parece confirmar el reclamo social al Gobierno de mayor intervención: Precios Máximos. Frente a la pregunta de si cree que hay que aplicar “precios máximos” a productos esenciales de la canasta familiar, como los alimentos, el 44,9% asegura que “sí” y el 36,5% que “No”. Por el “sí” hay más mujeres que hombres: 48 a 41 por ciento.
TARIFAS
Cuando faltan pocos días para las audiencias públicas en las que el Gobierno, a partir del acuerdo con el FMI, propone aumentos segmentados de las tarifas de gas y luz, según el poder adquisitivo de los usuarios, la encuesta revela una enorme oposición al incremento. Se puede adelantar, por lo tanto, un gran dolor de cabeza para el oficialismo en este punto.
Para el 59% de los argentinos, según el trabajo de Analogías, las tarifas no deben aumentar nada. Mientras que para el 23,6% sólo un 20%. Entre 20 y 50 por ciento, la adhesión cae a 7,2%. Y apenas un 4,6% asegura que aceptaría un salto superior al 50 por ciento.
PAGAR LA DEUDA CON LOS DÓLARES FUGADOS
Frente a la fuerte crítica de la oposición y los voceros del establishment, respecto a la inconveniencia de la propuesta de pagar la deuda con los dólares fugados por argentinos al exterior, la realidad es que se constituyó una sólida mayoría a favor de implementar una política de ese tipo: 64,8% están de acuerdo. Del otro costado, los que no creen en esa medida, se ubica un 26,1% de los consultados.
LA GRIETA DE LA DOLARIZACIÓN
Por último, la propuesta de dolarizar la economía argentina logra una fuerte adhesión, que alcanza el 37,8%. Semejante base de sustentación es la que sostiene y potencia el discurso disruptivo del libertario Javier Milei. A su vez, este universo complica y tensiona a Juntos por el Cambio (JxC), en una zona temática, donde luego del fracaso de 2015-2019, no logra relegitimarse.
Si bien la mayoría, el 50,7% está en desacuerdo con dolarizar la economía, aparece un grupo de indecisos de 11,7% que indica la existencia de una puja política y económica de grandes dimensiones alrededor de este eje.
De la encuesta de Analogías, surge con fuerza la existencia de una radicalización del escenario económico y social, que necesariamente requerirá un reflejo consecuente en la política.
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