Han sido tres quincenas críticas y, en principio, no se avizoran mejoras en las que vienen dado el tipo de restricciones “suaves”, con bajo control de cumplimiento, que anunció el gobierno provincial. Los casos de COVID-19 no pararon de crecer en Córdoba y la evolución de la curva de contagios ha sido acelerada desde el 26 de febrero pasado hasta el 8 de abril.
VER Cuáles son las restricciones para tratar de bajar los contagios de coronavirus en Córdoba.
Los datos que surgen en base a información del Ministerio de Salud de la provincia indican que los positivos crecieron tanto en la capital como en el interior de la provincia. Es decir, no hay grandes distinciones geográficas.
Como se ve en el cuadro que reúne los datos de la provincia, en la quincena 2 respecto de la 1, el incremento fue de 12,57% (de 547 nuevos enfermos promedio por día a 616), pero en la quincena 3 en relación a la 2, el salto fue de 81,3% (de 616 contagiados detectados por día a 1117). Al comparar la quincena 3 con la 1, el salto es de 104% en 28 días.
Estos datos posicionan al territorio provincial dentro de la categoría de riesgo epidemiológico, según los parámetros establecidos por el gobierno nacional. Dichos factores son por casos y por incidencia cada 100 mil habitantes. Córdoba tuvo en los últimos 14 días un cociente de 1,81 (cantidad de casos de la quincena 3 divididos los casos de la quincena 2), cuando el mínimo es 1,20. Y en la incidencia llega a 415 cada 100 mil habitantes, siendo el mínimo de 150 c/100.000.
VER Córdoba: la ocupación de camas críticas saltó un 50,27% en 7 días.
Se trata de una dinámica de alto riesgo ya que no se observa un grado alto y efectivo de restricciones de movimiento y encuentros sociales –ya sea por imposición estatal o autocontrol social-, las dos principales variables que hacen a la propagación del virus SARS-CoV2 en temporada calida, a la que habrá que agregar el frío a partir de fin de mes.
Para tener un ejemplo de lo que significa esta mecánica, hay que esperar en términos teóricos, de no alterarse ningún factor, el doble de casos diarios dentro de 28 días (segunda semana de mayo); esto es, más de 2200. Esa cantidad, a su vez, impactará sobre el uso del sistema sanitario.
Mientras que la capital provincial se puede ver un proceso parecido, aunque con una curva más agresiva: la quincena 2 aumentó respecto de la 1, un 41,54%. En tanto, la quincena 3 en relación a la 2, se incrementó un 78,54%. Es decir, se trata de una velocidad de propagación más intenso que durante la primera ola, cuyo desarrollo fue más aplanado y extenso en el tiempo.
Según los parámetros nacionales de riesgo, la capital cordobesa tiene un cociente de 1,79 en casos (el mínimo para ingresar en categoría de riesgo es 1,20) y 419 cada 100 mil habitantes (el mínimo es de 150 cada 100 mil habitantes). Esto significa que tiene altas posibilidades de que la propagación de la enfermedad generé una crisis sanitaria.
En la provincia de Córdoba, hasta ahora, no se ha detectado circulación comunitaria de ninguna de las variantes más agresivas, la británica o la de Manaos, que sí están instaladas en la región del AMBA (Ciudad de Buenos Aires más Gran Buenos Aires). Ello es una ventaja.
De acuerdo al informe epidemiológico de la Semana 13 de 2021, la provincia de Córdoba tenía un porcentaje de 22% de los casos basados en contagios en los que no se había podido detectar el paciente cero. Según ese mismo trabajo, la mayor cantidad de positivos de coronavirus se originó en encuentros sociales no laborales, es decir, en reuniones de amigos y de familiares, y apenas el 11% en un contexto de trabajo.
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