(Por Pablo Tissera). Fue una semana bastante movida para el sector cooperativo a partir de un decreto del Poder Ejecutivo de la Nación publicado la semana pasada cuya finalidad es la promoción de la reconversión de planes sociales en trabajo registrado a través de cooperativas de trabajo, algo que no fue bien recibido por el sector privado de la construcción. Por tal motivo, nos detenemos un momento para reflexionar al respecto en el actual contexto social y económico de nuestro país.
Lo que dice el decreto del gobierno nacional
El decreto 728/22 publicado el pasado viernes 4 de Noviembre en el Boletín Oficial les brinda a las cooperativas de trabajo dedicadas a la construcción “el otorgamiento del 30 % de la Obra Pública Nacional bajo la modalidad de contratación que corresponda, en la realización de obras de hasta pesos trescientos millones ($300.000.000), monto que será actualizado conforme lo disponga la autoridad de aplicación”. Una medida que demuestra dar algunos pasos hacia adelante en lo que refiere a avanzar en una política contra el trabajo no registrado o también conocido como “en negro”, en pos de su registro e incorporación al sistema formal.
No todos los sectores estuvieron de acuerdo
Publicado el decreto, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) emitió un comunicado de prensa haciendo un enérgico rechazo, con algunas afirmaciones como “la consecuente competencia desleal de las cooperativas condenará a la inactividad y a la ruina a numerosas empresas pymes constructoras de todo el país, las que trabajan formalmente, pagando impuestos y dando empleo registrado y seguro a sus trabajadores..””…que compiten en desigualdad de condiciones…””…Las cooperativas no pagan cargas sociales por lo que tienen una ventaja en el precio de entre 42% y 45% al licitar por una obra pública…”“…esos ‘trabajadores pseudo cooperativistas’ pierden la protección de derechos laborales, ven peligrar su seguridad física en la obra, no acceden a la capacitación en el oficio, y no tiene acceso al fondo de cese laboral, a una jubilación y cobertura de salud, entre otros beneficios de la formalidad laboral postulados por la Organización Internacional del Trabajo”.
Algunas reflexiones al respecto ante tanto desconocimiento del sector cooperativo
No debemos generar contradicciones donde no las hay.
Las cooperativas de trabajo son pymes, son empresas que tienen una gran diferencia que las destaca, los asociados y asociadas de las cooperativas son sus propios dueños y dueñas que toman las decisiones colectivamente, cuyo principal capital es su fuerza de trabajo y su principal objetivo no es maximizar ganancias sino más bien incluir laboral, social y solidariamente a personas de la comunidad en la que actúa.
Este es uno de los principales motivos por los cuales siempre o casi siempre ante licitaciones de obra pública sus presupuestos van ser menores, lo que actúa indirectamente como un precio de referencia cuidándole el bolsillo a la ciudadanía que pagan sus impuestos regularmente.
Sus socios y socias están registrados bajo la régimen de monotributo, por lo que hacen aportes jubilatorios y tienen obra social,Además todas acceden a seguros de riesgo contra accidentes y recientemente un decreto del INAES le permite acceder a ART. Y claro que se capacitan!!!
Pagan tributos como cualquier pyme, y si logran alguna promoción como una exención impositiva es porque el Estado toma lo que manda nuestra Constitución Provincial que es simplemente fomentar a las cooperativas y mutuales, tan importantes para el desarrollo de sus comunidades.
La Argentina que queremos
En fin, lejos de querer confrontar con Camarco el objetivo de estas palabras es contar ante tanta desinformación lo que es la economía social, solidaria y popular, sus organizaciones (en este caso las cooperativas), sus características, su rol empresarial y social.
También hacemos un llamamiento a la unidad con el sector pyme, porque para salir del actual contexto de crisis cuyas causas residen en políticas neoliberales implementadas por otros gobiernos, en los efectos de la pandemia y en la guerra en este mundo tan globalizado, entre otras dificultades que tiene el actual gobierno como es el flagelo de la inflación, como decíamos lo podremos hacer si estamos unidos por el bien de todas y todos, en una alianza estratégica de la economía social, solidaria, popular y pyme junto a un Estado activo y presente que persiga como fin el desarrollo local, regional y comunitario.
No queremos Camarco VERSUS Cooperativas.
Sí queremos más Camarco que defienda las pymes y las Cooperativas cómo parte de un mismo proyecto de la industria de la construcción.
Porque la salida es colectiva, acá nadie se salva sólo ni sóla.
* Pablo Tissera es dirigente cooperativista y secretario General del Psol Córdoba.
Pedro Luis Kieffer
14 noviembre, 2022 a 10:58
Ya vivimos las “Cooperativas” de Madres de Plaza de Mayo, Milagro Salas, etc, etc