El informe toxicológico al cuerpo de Samir Velázquez (20) confirmó que el joven, que murió el fin de semana en una fiesta electrónica clandestina, en Camino a 60 cuadras, había consumido éxtasis.
Así lo confirmó el fiscal Pedro Caballero en declaraciones radiales. “Con certeza se ha establecido que ha ingerido éxtasis el señor Samir y muy probablemente etanol”, dijo.
Mientras que la autopsia ya había determinado que la causa del deceso de Samir había sido una insuficiencia cardiorrespiratoria.
El fiscal explicó que se trata de un informe preliminar de la autopsia, ya que “aún faltan detalles para confirmar otras cuestiones”.
En tanto, el papá de Samir contó que su hijo había comprado dos pastillas de éxtasis en la fiesta.
“Tengo todos los testigos de que él compró la droga dentro de la fiesta”, contó Darío Velázquez.
Por la muerte del joven hay cuatro personas detenidas e imputadas: Ricardo Marconi, Alejandro César Aguirre y Gonzalo Omar Ortiz, los tres supuestos organizadores del evento; y Ariel Carlettinni, un enfermero que se habría hecho pasar por médico. Los tres primeros fueron imputados por la Justicia del delito de homicidio culposo y facilitación del consumo de drogas. Mientras que Carlettinni fue acusado de ejercicio ilegal de la medicina y homicidio simple con dolo eventual.
Velázquez se convirtió en la cuarta persona que muere, según la Justicia, tras haber consumido éxtasis (drogas sintéticas) en una fiesta electrónica en los últimos cinco años en la provincia de Córdoba.
La fiesta fue organizada por la productora “Jounery” y se llamaba “Peca2”. La convocatoria se hizo por redes sociales y por WhatsApp.
El éxtasis es una droga de diseño, de efectos alucinógenos y estimulantes. Con su ingesta, el consumidor experimenta una oleada de energía y sensación de “buen animo” y magnifica la intensidad de lo que siente, sea bueno o sea malo. Los efectos de la droga suelen durar una media de 6 horas.
Una vez consumido, aumenta la frecuencia cardíaca y puede causar sequedad de boca, dientes apretados, visión borrosa, escalofríos, sudores y/o náuseas. En algunos casos, sus consumidores pueden ponerse ansiosos, o sentirse confundidos y tener ideas paranoides, como que “la gente les quiere hacer daño o está confabulada contra ellos. El éxtasis puede dañar células cerebrales que participan en el pensamiento y la memoria”.
Si una persona toma éxtasis, su cuerpo se puede poner peligrosamente caliente mientras baila o hace cualquier otra actividad física, lo que puede conducir a descomposición muscular; daño renal, hepático y cardíaco; e, incluso, la muerte. El consumo de éxtasis también pueda causar convulsiones, inflamación cerebral, o daño cerebral.