El cuerpo puede convertirse en un puente para el lenguaje y la obra Ñe’ ẽ, alma y palabra se propone logarlo. Para eso, Daniel Patiño, el autor de la obra, pone el propio para tratar de descubrir las marcas de la historia de su pueblo, el guaraní. A través del movimiento, busca los registros ancestrales de una cultura que ha sobrevivido a través de la lengua.
“Es una cultura que no ha dejado grandes edificaciones o templos, construyeron un lenguaje, ese es su legado”, explica el actor nacido en Asunción, Paraguay, quien con esta producción teatral de carácter social se propone visualizar y sensibilizar al público acerca de las culturas originarias e incluye el español, guaraní y jopará para los textos.
¿Se puede danzar la palabra? Fue la pregunta que motivó la creación de la obra que combina elementos del teatro, la danza y la música. Cuando se instaló en Córdoba en 2010, trajo consigo su formación en teatro antropológico, la cual propone la investigación como motor y la capacidad integral del artista. Durante la obra, demuestra que lo ha conseguido: actúa, baila y hace música en un espectáculo unipersonal que invoca a Ñamandú, el Dios Primero y sus creaciones.
¿Cuál fue el principal desafío al componer la obra?
El principal fue danzar la palabra. Partir de algo así parece simple, que fuera que te movés y hablar, pero fue una gran apuesta. ¿Se puede realmente danzar la palabra? No una palabra sino una historia y lo que esa palabra conlleve. Cada palabra tiene su historia, no es solo decir un texto sino transformar eso en emociones y sentidos. Y con la coreografía junto al texto se transmita lo importante del lenguaje y el compartirlo. Es una obra multidisciplinar que mezcla la música, la danza, el texto, el ambiente, buscando el camino para expresar esos conceptos. Que se trasladen al cuerpo y que se construya como un puente entre el actor, el público y el texto.
¿Por qué el cuerpo para hablar del lenguaje?
El cuerpo es lo que está vivo, es el lugar donde nace todo. Lo necesitas para hacer el camino, ser el puente entre el movimiento y las acciones. El sonido también es movimiento, nace de las cuerdas vocales, el cuerpo sí o sí tiene que resonar. Al hacerlo, tratamos de encontrar los sentidos y explorar lo que generen esas acciones. La energía se transforma en un movimiento perceptible, que es lo que toma el público para construir sus ideas y reflexionar.
¿El lenguaje es un lugar de resistencia?
Lo planteamos como una forma de resistir, es uno de los análisis que hicimos. Es un lugar de mucha resistencia, porque incluso las dictaduras lo han querido borrar y no pudieron. Fueron 35 años de lucha directa con el Estado. Esto me hace pensar en el discurso del presidente Mauricio Macri en el Congreso Internacional de la Lengua Española, reivindicando sólo el español como lengua, hace que siga siendo una lucha contra la conquista. Argentina tiene diecisiete lenguas, y el estado reconoce solo una.
¿Todos tenemos la historia en el cuerpo?
Todos. Incluso si nos ponemos a pensar el ADN, la historia se transmite de generación en generación. La danza nos permite indagar en nuestro pasado y buscar la identidad propia. Uno siempre se está formando como persona y el arte es un camino bastante completo para indagar en las raíces, con la biología de cada uno. A través del cuerpo se puede indagar y te permite conocerte.
Para agendar
Viernes 26 de abril a las 21 horas, en Teatro La Chacarita, Jacinto Ríos 1449.
Domingos de mayo, a las 20 horas, en Teatro La Chacarita, Jacinto Ríos 1449.