“El Estado es el que repara y ellos (los responsables del terrorismo de Estado y del golpe cívico-militar de 1976) debían aportar lo necesario para que las victimas pudieran contar el destino final y no hubo arrepentimiento para hacerlo. No hay perdón que pueda hoy generar la actitud necesaria para que el pueblo argentino encuentre la verdad. Cuando digo esto, digo que lo que ellos generaron en gran parte ya no tiene reparación: los cuerpos que tiraron al mar no tienen posibilidad de ser encontrados; los años que les robaron la identidad a nuestros hermanos y sus familias tampoco; las abuelas que murieron sin encontrar a sus nietos ya no tiene posibilidad de ser reparado con un perdón falso de parte de ellos”.
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La voz de Martín Fresneda suena con un tono de seriedad del otro lado de la línea telefónica mientras conversa con ENREDACCIÓN. El actual legislador provincial por el kircherismo y ex secretario de Derechos Humanos del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, nació en 1975. En 1977, sus padres Tomás Fresneda y María de las Mercedes Argañaraz fueron secuestrados en Mar del Plata, durante el operativo que se conoció como La Noche de las Corbatas, en la que la dictadura secuestró y desapareció a un grupo de abogados laboralistas. Su mamá estaba embarazada y Fresneda aún busca a su hermana o hermano.
Nicolás Massot es miembro de la familia que fue propietaria del diario La Nueva Provincia de la ciudad de Bahía Blanca, que acompañó y apoyó el golpe cívico-militar de 1976. Su tío Vicente ha sido defensor y participe del Terrorismo de Estado y la Justicia lo acusó de ser coautor del homicidio, cometido en 1976 de los obreros gráficos y sindicalistas de base Heinrich y Loyola. Ambos habían participado de un conflicto sindical un año antes en el diario familiar. Si bien no fue condenado, el caso fue apelado ante la Corte Suprema de Justicia.
Su sobrino dijo el domingo en una entrevista en el diario Clarín que “acá no se discute de visiones, se discute de historia. Lo que pasó en la Argentina es lo que pasó. No la visión que cada uno tenga de los hechos. Creo que lo más importante, y retomando el desafío de la generación nuestra, es poder cerrar los capítulos para poder avanzar como sociedad. Cerrarlos no significa olvidarlos, ni cerrarlos de cualquier manera. Significa cerrarlos como corresponde, entendiendo lo que pasó y pasar lecciones en limpio para no repetirlo nunca más. Lo que no puede pasarnos, y no le pasa a sociedades que han vivido situaciones como la nuestra, es que generaciones que ni siquiera vivimos esa época tengamos que seguir dedicándole el tiempo que tendríamos que dedicar a los combates de la actualidad, que son la inflación, la pobreza y la informalidad laboral.”
VER Massot salió a pedir “reconciliación” y los organismos de DD.HH lo acusan de buscar “impunidad”.
Agregó que “las situaciones personales son las que posiblemente nunca se cierren. Efectivamente, me parece que hay individuos o movimientos a los que les conviene no avanzar en este tema porque pueden obtener algún rédito. Pero ya no es opción que haya grupos de insurgencia que entiendan que su verdad deba ser impuesta por las armas, ni hay un poder político al que se le ocurra que pueda detentar la representación del pueblo y ejecutar a quien sea. El desafío es superar ese capítulo con mayúscula, que implica no sólo memoria, justicia y verdad. Es también perdón”.
Luego el periodista de Clarín le comenta: -Le salió el sentido eclesiástico. Y uno de los principales hombres del presidente Mauricio Macri en la Cámara de Diputados responde: -El perdón no es religioso. Es una cualidad del ser humano. Los agnósticos o los ateos también perdonan. Y hay un ejemplo muy importante. Como el que se vivió en un contexto diferente con el apartheid. Pero creo que con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación.
-¿Acá cómo sería?, ¿Piensa en una dispensa a los militares condenados?, le preguntó el diario.
-No, el perdón es más profundo. La Justicia es reparación. La reparación de lo irreparable.
“UN SUPINO DESCONOCIMIENTO”
Fresneda expresó que “independiente de las intenciones finales desde el punto de vista político, noto un supino desconocimiento del proceso de Sudáfrica. Los sudafricanos nunca resolvieron el problema, no es un modelo de erradicación de la impunidad. Citarlo como modelo de resolución de un conflicto, es una falla grave, un desconocimiento muy reprochable en un diputado nacional”.
Los sudafricanos nunca resolvieron el problema, no es un modelo de erradicación de la impunidad. Citarlo como modelo de resolución de un conflicto, es una falla grave, un desconocimiento muy reprochable en un diputado nacional” (Martín Fresneda).
“MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA CONFRONTAN CON RECONCILIACIÓN”
Dijo que “por otra parte, hay una subestimación del proceso de memoria, verdad y justicia que ha llevado Argentina desde el comienzo de la democracia hasta ahora, porque justamente hay desconocimiento o mala fe en querer observar las dimensiones de la reparación que generaron esas tres políticas cuando dice “más allá de memoria, verdad y justicia hace falta el perdón”. Incorpora el perdón en clave de reconciliación y la reconciliación como herramienta desde el punto de vista de política es una herramienta que no convive con la de memoria, verdad y justicia”.
Incorpora el perdón en clave de reconciliación y la reconciliación como herramienta desde el punto de vista de política es una herramienta que no convive con la de memoria, verdad y justicia”.
Para el legislador “la reconciliación es una herramienta que no convive en la historia, no es algo abstracto. Es la experiencia concreta que ha vivido el mundo frente a las grandes tragedias. Los procesos que se vivieron, en cuanto a justicia, llevaron a las democracias a hacer grandes esfuerzos en tratar de encontrar la solución desde el punto de vista democrático, no sólo para erradicar la impunidad y generar garantías de no repetición. Por eso es enorme la política de memoria, verdad y justicia cuando existe voluntad política de reparar el pasado. En ese sentido, es que memoria, verdad y justicia confronta con la idea de reconciliación”.
“ÉL QUIERE SACARSE UN PESO FAMILIAR”
Agregó que “la propia Justicia es la que debe encargarse de la realización de las cuestiones religiosas, místicas, emocionales y sentimentales; no existe esa herramienta en democracia como la plantea Massot; digo la dimensión del perdón que él pretende. Es evidente que hay un peso muy fuerte en la responsabilidad que tiene su familia en este proceso y él quiere sacarse ese peso”.
Opina que “cuando dice que nuestra generación no puede seguir ocupando tiempo en resolver estos problemas, noto enojo, tensión en ocupar un tiempo en una disputa de sentido político e histórico que evidentemente le molesta, lo incomoda. Y lo incomoda por su pertenencia histórica”.
Cuando dice que nuestra generación no puede seguir ocupando tiempo en resolver estos problemas, noto enojo, tensión en ocupar un tiempo en una disputa de sentido político e histórico que evidentemente le molesta, lo incomoda. Y lo incomoda por su pertenencia histórica”.
“NO TIENE COMPRENSIÓN, NI SENSIBILIDAD”
En otro tramo de la conversación con este medio, Fresneda afirmó que “más allá de que puede llegar a ser un mensaje del jefe del bloque del partido que gobierna, noto que ese mensaje se ha emitido en un tema que es muy caro para los argentinos, no tiene ni la comprensión, ni la sensibilidad, ni la inteligencia como para poder invitar a lo que eventualmente puede necesitar Argentina. Nuestro país entró en un proceso de memoria, verdad y justicia y ese proceso tiene que terminar salvo que no crean en la Justicia y eso es lo que sospecho. Cuando no se cree en la justicia se busca el perdón por fuera de ella; cuando no se cree en la justicia buscan redimir cuestiones pendientes en un empate histórico; y en esto no hay empates históricos, hay un proceso en el que se determinan las responsabilidades”.
Señaló además que “los familiares de las víctimas no esperan que los responsables del horror digan qué paso. El diputado desconoce todas las oportunidades y procesos de reparación que han existido, se han concretado muchos juicios, las sentencias son reparaciones en sí mismas. El Estado es el que repara y ellos debían aportar lo necesario para que las victimas pudieran contar el destino final y no hubo arrepentimiento para hacerlo. No hay perdón que pueda hoy generar la actitud necesaria para que el pueblo argentino encuentre la verdad. Cuando digo esto, digo que lo que ellos generaron en gran parte ya no tiene reparación… los cuerpos que tiraron al mar no tienen posibilidad de ser encontrados; los años que les robaron la identidad a nuestros hermanos y sus familias tampoco; las abuelas que murieron sin encontrar a sus nietos, ya no tiene posibilidad de ser reparado con un perdón falso de parte de ellos”.
Lo que ellos generaron en gran parte ya no tiene reparación… los cuerpos que tiraron al mar no tienen posibilidad de ser encontrados”.
“GARANTÍAS DE NO REPETICIÓN”
Más adelante, el legislador y uno de los fundadores de Hijos, aseguró que “nosotros esperamos que con las políticas de memoria, verdad y justicia haya garantías de no repetición. Mucho de lo que nos hicieron a nosotros es irreparable, lo que no es irreparable es el presente y futuro. Es una falsa solución a un problema que sólo lo resuelve el pueblo argentino, no un joven ansioso por sus responsabilidades familiares. El pueblo a través de las luchas y el Estado por medio de sus políticas de Estado”.
Es una falsa solución a un problema que sólo lo resuelve el pueblo argentino, no un joven ansioso por sus responsabilidades familiares”.
Finalmente le pidió que “se preocupe porque las responsabilidades de los civiles sean dirimidas. La única manera de reencontrarnos es con Memoria, Verdad y Justicia y cuando ese proceso culmine vamos a poder mirarnos a los ojos y vamos a poder decir estuvimos a la altura de lo que sucedió. El caso argentino es ejemplo en el mundo. Antes de hablar y ofender a las víctimas debería informarse y estudiar un poco más”.
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