El papa Francisco afirmó este viernes que el ‘lawfare’ es un tipo de neocolonialismo “para la concreción de las conquistas territoriales” y consideró “imprescindible” que haya cupos políticos para pueblos originarios y etnias desplazadas, al enviar su mensaje de cierre a un seminario de dos días en el Vaticano del que participaron jueces y magistrados de la Argentina y el mundo.
“Los conflictos asimétricos y el lawfare aparecen como métodos actuales de uso de la fuerza para la concreción de las conquistas territoriales”, sostuvo el pontífice en un mensaje que envió a la reunión que se hizo en la Academia de Ciencias del Vaticano, organizada por el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana que encabeza el juez argentino Andrés Gallardo con el tema “Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo: una Justicia Social con perspectiva de Bien Común”.
“La guerra frontal tiene en la práctica menos vigencia que la guerra indirecta”, argumentó luego el Papa en el mensaje que leyó el juez Gallardo en representación del pontífice, que continúa con la recuperación de una infección respiratoria en un hospital de Roma.
En un mensaje de denuncias y propuestas, el Papa planteó además que “no habrá paz si, en los sistemas políticos de representación, no hay integración real de los pueblos excluidos”.
“No son concebibles los cuerpos representativos en donde sólo el poder hegemónico ocupa espacios. Es imprescindible un sistema de cupos que reintegre a los pueblos originarios y a las etnias desplazadas el espacio de decisión arrebatado”, propuso Francisco.
Así, y apenas 24 horas después de que el Vaticano afirmara que la “Doctrina del descubrimiento” que justificó la denominada Conquista durante los siglos XV y XVI nunca fue católica, el Papa pidió nuevamente “perdón por los actos de algunos creyentes que contribuyeron en forma directa o indirecta a los procesos de dominación política y territorial de varios pueblos de América y África”.
“También lo pido por los errores o las omisiones que en el presente se hayan producido o se estén produciendo”, profundizó luego.
Durante los dos días del Congreso, jueces, juezas y personalidades del derecho y la filosofía de todo el mundo debatieron sobre el colonialismo actual con la participación de una numerosa delegación argentina que integraron, entre otros, Eugenio Raúl Zaffaroni, la diputada Vanesa Siley y la titular de Casación, Ana María Figueroa.
Al iniciar su mensaje, el Papa pidió preguntarse “sobre la vigencia del fenómeno colonial”. “De hecho, si técnicamente en el siglo XXI ya no podemos hablar de naciones geográficamente colonizadas, aunque las hay, el término colonialismo todavía se usa comúnmente hoy, sobre todo en un sentido económico e ideológico”, sostuvo Francisco. Para el Papa, “por tanto, esta realidad ha mutado en sus formas, métodos y justificaciones”. “De la mano de las nuevas características que presentan otros tantos fenómenos políticos y económicos, también el colonialismo se virtualiza, se mimetiza y se esconde, dificultando su detección y neutralización”, planteó.
Tras poner como ejemplo la crisis política y económica que vive República Democrática del Congo, Francisco aseveró que “este tipo de dinámica, con variantes ligadas a las situaciones geopolíticas, se encuentra en muchos países y regiones del mundo”.
“Igualmente relevante, y a menudo entrelazado con el económico-político, es el fenómeno de la colonización ideológica. Estas sofocan el vínculo natural a los valores de los pueblos, intentando erradicar sus tradiciones, historia y lazos religiosos”, denunció luego el Papa, antes de reiterar sus críticas a una “colonización ideológica” que “tiende a estandarizar, a igualar todo”.
Según el Papa, ese instrumento “obedece a una mentalidad que no tolera las diferencias y se centra sólo en el momento presente, en las necesidades y los derechos individuales, a menudo descuidando los deberes hacia los más débiles y frágiles”.
“Me preocupa el fenómeno colonial contemporáneo. Pareciera que varios siglos de experiencias históricas sangrientas e inhumanas no han servido para madurar una idea global de liberación, autodeterminación y solidaridad entre las naciones y entre los seres humanos”, reconoció luego Francisco.
Ante figuras internacionales como el filósofo argentino-mexicano Enrique Dussell o el intelectual portugués Boaventura De Sousa Santos en la Academia, el Papa sostuvo en su mensaje que “muy por el contrario, las formas se han afinado y sutilizado”.
“Se busca reemplazar la verdadera causalidad colonial por una lectura histórica que justifique las prácticas de dominación en supuestas carencias naturales de los colonizados”, denunció en esa dirección.
De todos modos, y luego de haber focalizado su crítica en el lawfare, el Papa pidió no olvidar “que las expresiones concretas de justicia y de bien común van madurando en los pueblos y como tales deben ser respetadas”.
Según Francisco, que este viernes cumplirá su tercera y última noche de internación en un hospital romano por una bronquitis, “las historias, los orígenes, las tradiciones, las religiones, atraviesan las lógicas que dan sentido a la determinación de lo justo y lo bueno”.
“Por ello, ninguna potencia política, económica, ideológica, está legitimada para determinar de forma unilateral la identidad de una nación o grupo social”, enfatizó Francisco.
El Papa planteó, en ese marco, que el “sometimiento y la expoliación de los pueblos a través del uso de la fuerza o de la penetración cultural y política es un crimen” ya que “no hay chances para la paz en un mundo que descarta poblaciones y oprime para saquear”.
En su mensaje, el Papa ratificó además su “firme voluntad para actuar, con la doctrina social de la Iglesia, en pos de la reversión de los procesos neocoloniales que afligen a la humanidad”.
> Con información de TÉLAM.