El consumo de cerveza durante el Mundial de Qatar, unos de los asuntos de mayor tensión entre el gobierno local, la FIFA y sus patrocinadores, genera nuevos hábitos en los hinchas, que eligen recorrer kilómetros para comprar en cantidad dentro del Fan Festival del parque Al Bidda para simplificar una gestión engorrosa.
Los países musulmanes excluyen la ingesta de alcohol y a la vez la desalientan en los visitantes de otras culturas, quizás por esa razón, ordenar un vaso de medio litro de Budweiser, sponsor del ente rector del fútbol, se convierte en un trámite tedioso.
Los puestos del gigante cervecero estadounidense sólo están montados en el predio oficial, por lo que los hinchas llegan a recorrer kilómetros en metro o bus para saciar el deseo.
Dentro del FIFA Fan Festival, arribar al mostrador también resulta una incomodidad, según la afluencia de visitantes en el lugar. Un policía regula el acceso a un canal de 150 metros en forma de serpentina que desemboca frente a las heladeras con la bebida buscada. El procedimiento puede durar varios minutos.
En efecto, los argentinos, mexicanos, alemanes, japoneses, neerlandeses, ingleses y fanáticos de otras nacionalidades que visitan el lugar optan por el pragmatismo de comprar en cantidad.
Tomar cerveza en Qatar no es para exigentes. La bebida está previamente depositada en un recipiente plástico a riesgo de perder la temperatura ideal de acuerdo al tiempo que haya sido servida.
Mientras los partidos del Mundial se proyectan en pantallas gigantes, los fanáticos permanecen con bandejas de cartón de hasta cuatro vasos para honrar esa costumbre tan ligada del fútbol. Por cada uno se paga 14 dólares aproximadamente.
A dos días del inicio de la Copa del Mundo, por orden del emir Tamim bin Hamad Al Thani, Qatar cambió de planes y prohibió el expendio de cerveza en las adyacencias de los ocho estadios que albergan los partidos del Mundial.
El acuerdo entre las autoridades y la FIFA contemplaba que la bebida podría adquirirse en puestos alejados de cada cancha hasta dos horas antes del inicio de cada partido y una hora después de finalizado el juego.
El empresa Budweiser, al tomar conocimiento de la medida el viernes pasado, publicó un tuit en su cuenta oficial (“Bueno, esto es incómodo”), que luego borró.
El Fan Festival, único lugar habilitado para su venta, al margen de algunas cadenas de hoteles y restaurantes internacionales, fue habilitado el sábado pasado con hinchas desesperados por un vaso de cerveza tras formar largas filas en el predio.
El recinto de Al Bidda Park, un pulmón verde de 188 hectáreas frente a la bahía de Doha, funciona diariamente de 11:00 a 2:00 hasta el martes próximo y desde el día siguiente abrirá sus puertas recién a las 16:00 hasta la misma hora.
Tiene capacidad para 40.000 personas y cuenta con un museo de la FIFA, un centro de prensa, un restaurante exclusivo, un paseo gastronómico, juegos, actividades de entretenimiento y stands de los patrocinadores de la Copa del Mundo.
> Con información de TÉLAM.
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