El banco central de Suiza acordó este jueves, en Zürich, reforzar el capital del Credit Suisse en unos 54.000 millones de dólares, para intentar defender a la entidad, lo que provocó una fuerte suba del precio de sus acciones, mientras se negocia una salida a la crisis de la entidad que puede incluir una fusión por absorción, según reveló la agencia Bloomberg.
De esta manera, el Credit Suisse detuvo su colapso por el retiro de confianza de los inversionistas, luego de la inyección de capital del Banco Nacional Suizo (SNB).
Las autoridades financieras helvéticas están analizando distintas opciones para ponerle un punto final a la crisis de la entidad que incluyen la fusión por absorción con otro banco.
Entre esas alternativas, figura también la posibilidad de dividir la entidad en dos unidades. Un negocio vinculado con la gestión de su patrimonio, para lo cual se propondría una fusión con otro banco y el negocio financiero local suizo que se separaría como una nueva entidad para proteger los depósitos de la gente.
Esto significaría que la banca de inversión y la banca comercial se separarían.
Las autoridades buscan que el grupo de la Unión de Bancos Suizos (UBS Group) y el Credit Suisse se fusionen aunque las objeciones a un posible acuerdo se extienden más allá de las dos empresas.
UBS y Credit Suisse se oponen a una fusión forzada, incluso mientras continúa la planificación de escenarios para una alianza orquestada por el gobierno, según confiaron ejecutivos de las dos entidades citados por Bloomberg.
UBS preferiría seguir su propia estrategia independiente centrada en la riqueza y es reacia a asumir riesgos relacionados con Credit Suisse que ahora parece decidida a ganar tiempo, después de obtener el respaldo de liquidez del SNB.
El gobierno suizo también está preocupado por la pérdida de empleos que resultaría de una combinación, aunque preferiría una solución suiza si es posible a la situación y está más preocupado por proteger las empresas y los depósitos locales.
A pesar de estas turbulencias bancarias, el Banco Central Europeo (BCE), continuó con su hoja de ruta y subió las tasas de interés 50 puntos básicos, para tratar de frenar la inflación obstinadamente alta, diciendo que el sector bancario europeo es “resistente”, con finanzas sólidas y abundante efectivo disponible.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que la entidad brindaría apoyo adicional al sistema bancario si fuera necesario y afirmó que los bancos “están en una posición completamente diferente a la de 2008” debido a las salvaguardas agregadas después de la crisis financiera.
Por su parte, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, también dijo que la exposición de Europa a Credit Suisse, que está fuera de la estructura de supervisión bancaria de la Unión Europea, era “bastante limitada” y “no concentrada” en ningún lugar.
> Con información de TÉLAM.