Muchos sectores buscan quitarle valor a las elecciones, pero está claro que la posibilidad de que la sociedad se exprese mueve las olas de un modo poco habitual. Sucedió en el 10° Coloquio Industrial que organiza la Unión Industrial de Córdoba (UIC). Lo que habitualmente es un encuentro en el que casi todos saben de memoria los discursos que van a venir, la cercanía de las PASO lo puso en tensión. Tensión entre la UIC y la UIA, la entidad madre, y el peronismo cordobés que siempre ha sido un actor político de oídos abiertos a las demandas del sector. La profundidad de las diferencias fue una sorpresa.
Gerardo Seidel, el presidente de la UIC, fue el que abrió el debate, al señalar que el gobierno debe atender cuestiones urgentes para resolver el problema de la productividad de Córdoba, como la presión tributaria: “Hoy tiene niveles insostenibles”, afirmó. Seidel apuntó luego que “todo el peso de las distorsiones del sector público, como el empleo desmesurado, recaen sobre la actividad privada. Por ese motivo, la presión tributaria es insostenible”.
Sobre los índices de reactivación de la industria, que en mayo y junio mostraron números positivos, Seidel dijo que “la mejoría es leve, pero la tendencia se ha revertido. La excepción son tres sectores muy sensibles: Textiles, calzados y muebles. El resto de la industria está repuntando lentamente, el optimismo es moderado. Si tomamos el primer semestre, con el crecimiento de mayo y junio, venimos con una tasa cero en el incremento del PBI, pero se estima llegar a fin de año con un punto o punto y medio, que es revertir una tendencia de 17 meses de caída”, explicó.
Todo el peso de las distorsiones del sector público, como el empleo desmesurado, recaen sobre la actividad privada. Por ese motivo, la presión tributaria es insostenible” (Gerardo Seidel).
Mientras que el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, fue un poco más expresivo: “Son días de optimismo ya que está comenzando la tan ansiada recuperación industrial”.
SCHIARETTI
El gobernador cordobés subió al escenario del Sheraton y enfatizó sus líneas de campaña, en las que desde hace unos diez días, se diferencia de la administración de Mauricio Macri. Lo cuestionó por la política anti-inflacionaria, a la que acusó de provocar la recesión: “perdimos un año”, afirmó. También pidió el fin de los subsidios a porteños y bonaerenses y la devolución de recursos coparticipables a las provincias.
“Estamos haciendo el mayor programa de obras públicas de la historia nacional, con una inversión de 5.650 millones de dólares en infraestructura, en la que se destacan gasoductos para 800 mil cordobeses, cloacas en 76 localidades, y rutas, escuelas y hospitales”.
“A todo este plan de inversión -resaltó- lo podemos hacer porque los cordobeses recuperamos parte de lo que es nuestro y que no nos regaló nada el gobierno nacional. Tuvimos el coraje de ir a la Suprema Corte a litigar y pedir que nos devolvieran la parte que nos habían sacado”.
El mandatario cordobés reconoció la ayuda de Nación en algunas obras que la Provincia ejecuta y afirmó que, a diferencia del anterior Gobierno central, el actual no discrimina a Córdoba; pero a la vez reclamó que el reparto de los recursos tiene que ser de acuerdo a la ley de Coparticipación Federal, es decir el 58 por ciento para las provincias y el 42% para la Nación. “Hoy, la Nación se queda con el 62% y las provincias tenemos el 38%, y lo más grave es que todo lo que se queda la Nación va a la Capital Federal y el Conurbano”. Este punto de vista preanuncia una dura disputa post-elecciones por la recaudación impositiva nacional. De hecho, no hay nueva Ley de Coparticipación Federal desde hace décadas porque tienen que estar de acuerdo las 24 provincias para modificar la actual y a las disputas generales con Buenos Aires, hay que sumarle los resquemores de las provincias más pobres con las del centro del país (además de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe), que es donde vive mayor cantidad de gente. El problema es más difícil de desatar que un nudo marinero.
“Esta situación -señaló Schiaretti-, produce una inequidad en las tarifas que pagan los ciudadanos de Capital y del Conurbano respecto a lo que paga un habitante de Santa Fe o Córdoba. No podemos los del interior subsidiar a la ciudad más rica de Latinoamérica”, precisó. Los industriales le apuntan en el tema tarifario al precio de la energía, ya que en Córdoba es más cara que en Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, un diferencial que va contra el precio final de la producción cordobesa o santafesina.
No podemos los del interior subsidiar a Buenos Aires, la ciudad más rica de Latinoamérica. (Juan Schiaretti).
Schiaretti también cuestionó el soterramiento del ferrocarril Sarmiento en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, iniciado por el anterior gobierno nacional y continuado por el actual, con una inversión cercana a los 60 mil millones de pesos. “Ese monto bien podría invertirse para arreglar la sistematización de las cuencas en la propia provincia de Buenos aires o de Santa Fe o en construir el corredor bioceánico que arranca en Santa Fé y llega al paso de San Francisco y a la cuenca de Antofagasta que es donde pueden anclar los barcos chinos que son los de mayor calado del planeta”.
Luego recordó que “Córdoba perdió el año pasado 14.500 millones de pesos en coparticipación, monto que sumado a los 21 mil millones de las retenciones de soja, alcanzan un total de 35.500 millones que se llevó el gobierno central. Que me devuelvan una parte de eso y yo elimino en el acto los impuestos de aduana interior que están sufriendo los industriales de Córdoba, que nos devuelvan porque ahí sí vamos a poder eliminar los impuestos distorsivos, ahí sí se puede eliminar Ingresos Brutos”.
Córdoba perdió el año pasado 14.500 millones de pesos en coparticipación (Juan Schiaretti).
Criticó además “las tasas de interés tan altas porque se logra que no haya consumo, no hay reactivación y no hay empleo; y es más negocio poner la plata en la bicicleta financiera que en la producción”.
Otro punto que planteó es que “el país necesita es un acuerdo social y de gobernabilidad y debemos hacerlo rápidamente, sea cual sea el resultado de las elecciones legislativas. En un país donde nadie tiene mayoría, es hora de que entre todos nos pongamos de acuerdo para sacar a Argentina de las dificultades que tiene. (…) En ese sentido, es imprescindible que el Presidente se deje ayudar, que convoque a que podamos hacer esto; pero me parece que para ayudar a alguien, como se tiene que dejar ayudar, es importante que pueda escuchar el mensaje de las urnas, y que entienda que es necesario enmendar errores y hacer este acuerdo que es imperioso para que la Argentina avance”.
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