Aún faltan más de 50 días para que quede reglamentada ley nacional que autoriza la importación y el uso de aceite de marihuana con fines terapéuticos. Mientras los tiempos políticos corren, en Córdoba la Justicia Federal -de manera involuntaria- está abriendo un camino hacia un replanteo en las políticas represivas que pesan sobre cultivadores y usuarios terapéuticos.
El viernes, el ministro de Salud de Catamarca, Ramón Figueroa Castellanos, entregó los goteros con aceite cannábico que habían sido incautados hace un mes en un operativo policial en Córdoba, a cinco familias de la provincia de norte que esperaban desde hace un mes su medicina. En una medida inédita, el juez Federal N°2 de Córdoba, Alejandro Sánchez Freytes, ordenó que sean restituidos para que puedan continuar con su tratamiento. Pero para todos los pacientes que padecen distintas dolencias, las cuatro semanas que aguardaban fueron una agonía. En uno de los casos, fue literal. Uno de los goteros tenía como destinataria a una mujer con cáncer que había decidido iniciar el tratamiento, y murió en la espera.
Los aceites son elaborados por la activista y cultivadora Brenda Chignoli, que quedó imputada por el delito de “siembra y cultivo de estupefacientes”, pese a que la Justicia reconoció el uso medicinal de su producto. Por el mismo allanamiento, Sanchez Freytes ya había ordenado devolver aceites a Magali Trujillo, de 14 años, paciente con síndrome de West y a la propia Brenda Chignoli.
Lo novedoso de lo ocurrido el viernes es que, aunque aún no está reglamentada, basándose en la letra gruesa de la nueva ley, el Juzgado N°2 decidió darle participación al Ministerio de Salud de Catamarca para instrumentar un registro de pacientes de esa provincia, con sus respectivas historias clínicas. Sólo así, una vez inscriptos en ese registro, los pacientes pueden acceder a su gotero.
En Catamarca, hay más de dos decenas de familias que reclaman los goteros de Brenda. El viernes, cinco de ellas firmaron un acta en la que consta que se trata de aceites incautados a la cultivadora Chignoli. El Poder Ejecutivo de esa provincia está dando muestras de apertura y voluntad para tratar de resolver la situación concreta de muchos ciudadanos que necesitan acudir a terapias paliativas para mejorar su calidad de vida.
“UN MES CON MIEDO”
“Fue un mes terrible. Empecé a bajar las dosis de aceite para mi hijo, para estirar. Tuve miedo de no tener más”, cuenta desde Catamarca Johana Santillan, madre de Dylan Arroyo, de 7 años, paciente con epilepsia refractaria. Su hijo comenzó a usar el aceite elaborado por Brenda desde octubre. “Desde entonces, sólo ha tenido cuatro episodios, sin contundencia, de convulsiones”, cuenta por teléfono a ENREDACCIÓN. “Su conducta cambió radicalmente desde que comenzó a usar el aceite. Para nosotros es muy importante, porque comenzamos a recuperar un poquito de nuestros hijos. Ahora puede estar concentrado, está gordito y sus convulsiones bajaron ”, agrega.
“El viernes recibimos un gotero cada una de las mamás. Eso, según el caso, dura entre 20 días y un mes. ¿Después qué vamos a hacer”, se pregunta.
Nancy Avila, madre de Magalí Trujillo, la primera niña en recibir aceite de parte de la Justicia, también participó del acto. Destacó la voluntad del ministro de Salud para interceder ante la Justicia de Córdoba. “Esta es una realidad. Nuestros hijos se mueren. Necesitamos el aceite para seguir con los tratamientos. No tenemos otra alternativa y no podemos esperar”, expresó.
ALGO PASA EN CATAMARCA
Es posible que otra partida de aceites que se encuentra en poder de la justicia cordobesa llegue a Catamarca esta semana. Según pudo saber este medio, las demoras obedecen a la confección de las historias clínicas. La voluntad de las autoridades catamarqueñas no se agotará en rescatar esta partida de aceites. Por ahora, en esa provincia se está dando un caso testigo dónde Estado provincial, Justicia Federal y cultivadores solidarios, buscan una respuesta para los usuarios terapéuticos.
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