Estados Unidos anunció este martes que el presidente Joe Biden viajó hacia Medio Oriente, donde tenía previsto, además de visitar Israel, reunirse con líderes palestinos en Jordania, pero el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, suspendió el encuentro luego de acusar al gobierno israelí de bombardear un hospital en la Franja Gaza, donde murieron 500 personas, hecho que el primer ministro del país hebreo, Benjamin Netanyahu, adjudicó al grupo Yihad Islámica.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que el lunes volvió a Israel por segunda vez en una semana después de una gira por seis países árabes, dijo en Tel Aviv que Biden visitaría el país para reafirmar “la solidaridad de Estados Unidos con Israel”.
Se espera que Biden se reúna con Netanyahu, quien este martes recibió en Tel Aviv al jefe de Gobierno alemán, el canciller Olaf Scholz, y prometió “aniquilar” a Hamás luego de su arrasador ataque a territorio israelí el 7 de este mes.
El jefe de la diplomacia estadounidense agregó que ambos países acordaron elaborar un plan para permitir que la ayuda humanitaria llegue a los civiles de Gaza.
Biden también planeaba viajar a Jordania para reunirse con el rey Abdullah II y el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, en medio de temores de que los combates puedan escalar a un conflicto regional. Sin embargo, mientras Biden viajaba, Jordania anunció la cancelación de la cumbre.
La decisión jordana llegó luego de que el presidente palestino Abbas, quien también iba a asistir, decidiera dejar el país anfitrión y viajar este mismo martes a la capital palestina en Cisjordania, Ramallah, según anunció el secretario del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Husein al Sheij, en su cuenta oficial de la red social X, (ex Twitter). Luego, la Casa Blanca anunció que Biden canceló su viaje a Amán.
La decisión del presidente de la ANP y de Jordania llegó luego de que el Ministerio de Salud gazatí denunciara el bombardeo contra el hospital Ahli Arab, en la ciudad de Gaza, en el que murieron cerca “de 200 a 300 mártires”, según el primer balance de la institución.
En la explosión que sufrió el hospital del territorio gobernado por el movimiento islamista Hamás, “centenas de personas se hallan bajo los escombros”, señaló el ministerio en un comunicado, citado por la agencia de noticias AFP.
La oficina de comunicación de las autoridades del enclave denunció un “crimen de guerra” y dijo que “el hospital albergaba a cientos de enfermos y heridos, así como a personas desplazadas por la fuerza”.
El primer ministro Netanyahu y el Ejército de ese país atribuyeron el bombardeo a la Yihad Islámica. “Un análisis de los sistemas operativos de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) indica que una andanada de cohetes fue lanzada por terroristas en Gaza, pasando muy cerca del hospital Al Ahli de Gaza en el momento en que fue alcanzado”, escribió el premier en X.
“La información de múltiples fuentes que obra en nuestro poder indica que la Yihad Islámica es responsable del lanzamiento fallido del cohete que alcanzó el hospital de Gaza”, agregó.
Tal Heinrich, vocero de Netanyahu, dijo a la cadena de noticias estadounidense CNN que “las FDI no atacan a los hospitales” y agregó: “Sólo apuntamos a bastiones de Hamás, depósitos de armas y objetivos terroristas”.
La ANP declaró tres días de duelo tras el bombardeo que atribuyó a Israel contra el hospital gazatí, al que calificó de “masacre”, según informó la agencia oficial palestina de noticias Wafa.
A su vez, Hamás, que sigue lanzando cohetes desde Gaza a Israel, dijo estar dispuesto a liberar a todos los rehenes civiles retenidos en la Franja de Gaza -que Israel informó que son al menos 199 y Hamás dice que superan los 200- en caso de que se establezca un cese al fuego.
“Si se establece un alto el fuego, no tendremos ningún interés en retener a estas personas”, dijo el miembro del buró político de Hamas, Mousa Abu Marzouk, a la cadena de noticias Al Jazeera. También dijo que la imposibilidad de poner en libertad a los rehenes se debe a los bombardeos israelíes.
Más temprano, Hamás anunció la muerte de uno de sus comandantes militares, Ayman Nofal, en un ataque israelí en el campo de refugiados de Bureij, en el centro de la Franja.
El viernes, Israel ordenó la evacuación hacia el sur de “todos los civiles” del norte de la Franja de Gaza, una medida condenada por la ONU. Desde entonces, más de un millón de palestinos huyeron de sus hogares y el 60% se encuentra ahora en un área de aproximadamente 14 kilómetros de largo al sur de la zona de evacuación, dijo la ONU. Israel dispuso corredores humanitarios solo durante algunas horas desde entonces, mientras continuó con los bombardeos al asediado enclave, donde organismos internacionales denunciaron la escasez de insumos básicos como energía eléctrica y agua.
El enclave espera además acceder a la ayuda humanitaria que se agolpa en el cruce de Rafah, el único de los tres pasos fronterizos con Gaza que no controla Israel, sino Egipto, pero que sufrió ataques israelíes.
Israel concentró más tropas en la frontera para una esperada ofensiva terrestre, pero informaron este martes que aún no se había tomado la decisión. En tanto, EE.UU. dijo que 2.000 soldados fueron puestos en alerta para un eventual despliegue en respuesta a la posible escalada del conflicto entre Israel y Hamás.
Israel evacuó ciudades cercanas a su frontera norte con el Líbano, donde el Ejército israelí ha intercambiado disparos repetidamente con el grupo Hezbollah, respaldado por Irán. Hezbollah convocó este martes a que el miércoles sea un “día de ira” para condenar el supuesto ataque israelí al hospital gazatí.
Por último, en Cisjordania, manifestantes que pedían la dimisión de Abbas se enfrentaron con efectivos de fuerzas de seguridad en Ramallah.
> Con información de TÉLAM.
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