El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, le negó la excarcelación a la azafata que se encuentra detenida como presunta autora de una llamada que alertó sobre la supuesta colocación de una bomba en un vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Miami, cuyo despegue quedó demorado más de siete horas, mientras que la compañía se presentó como querellante en la causa.
El magistrado consideró que, de recuperar la libertad, Daniela Carbone podría poner en riesgo la investigación toda vez que se detectó que antes de ser detenida intentó borrar el contenido del teléfono desde el cual, con el chip cambiado, se habían proferido las amenazas.
De todas formas, abrió un incidente para que se evalúe la posibilidad de concederle la prisión domiciliaria.
Fuentes judiciales informaron a Télam que “se encuentra acreditado en grado de provisionalidad propio de la etapa por la que transita este proceso, que la justiciable intentó de manera remota, restablecer el dispositivo Iphone secuestrado en la instrucción del expediente y borrar todo su contenido y, de esta manera, elementos probatorios de suma importancia para la causa”, sostuvo el juez, en línea con lo que había opinado el fiscal Sergio Mola.
“Lo antes dicho habría sido realizado mediante maniobras a través de ‘Apple Support’, las que, si bien no habrían logrado el fin perseguido por motivos probablemente ajenos a la voluntad de la imputada, efectivamente, de haber tenido lugar, habrían ocasionado la pérdida de elementos cruciales para el descubrimiento de la verdad de los hechos bajo pesquisa”, detalló el magistrado.
En tanto, Aerolíneas Argentinas se presentó como querellante ante el Juzgado Federal de Lomas de Zamora, según confirmaron a Télam fuentes de la empresa.
Las fuentes agregaron que “en primera instancia, la acusada se encuentra suspendida sin goce de haberes. Una vez que la compañía tome conocimiento de los elementos probatorios obrantes en el expediente, definirá que otras medidas tomará respecto a la tripulante imputada”.
Y aclararon que “hay que respetar los tiempos del proceso y esperar la marcha de la investigación, porque está de por medio la presunción de inocencia hasta tanto se determine la culpabilidad de la imputada. Es por eso que no se puede tomar ninguna acción de ese tipo hasta no tener la decisión de la justicia”.
La mujer, de 47 años y con 25 años de antigüedad en la empresa, que se había negado a declarar el martes ante el juez Villena, se encuentra alojada en una celda en dependencias de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Ezeiza.
Fuentes judiciales aseguraron que la situación de la mujer es “muy comprometida” y que, independientemente de que pueda seguir el proceso en su domicilio, deberá afrontar varios cargos penales y económicos, debido a los perjuicios ocasionados con su accionar.
Las fuentes advirtieron que “hay elementos de prueba suficientes” contra la mujer a quien se acusa de “coacción agravada al piloto” por “referencias a su familia”, luego de haber intentado “hacer pasar la amenaza como una interna sindical”.
La azafata fue apresada al arribar al país en su último vuelo y está acusada de ser la autora del llamado que recibieron tanto el comandante de a bordo en su teléfono celular personal, como otros integrantes de la empresa.
La llamada puso en alerta a la seguridad del aeropuerto, que implementó un operativo que demoró la salida del vuelo y generó complicaciones a los 270 pasajeros que viajaban en la aeronave.
En relación a la investigación que lleva adelante el juez Villena, fuentes de Aerolíneas indicaron a Télam que “intimidación pública y entorpecimiento de los servicios públicos (art. 211 y 194 del Código Penal, respectivamente) son delitos graves, por ende, de comprobarse los hechos, la empresa sancionará a la persona investigada de forma proporcional a los mismos.
El domingo 21 de mayo, el vuelo AR1304 de Aerolíneas debió ser evacuado en su totalidad cuando estaba por partir rumbo a la ciudad estadounidense de Miami, con 270 pasajeros y 12 tripulantes a las 07.35, al recibir, tanto el comandante del vuelo como personal de tierra, una amenaza asociada al vuelo.
Finalmente, tras corroborarse que se trataba de una falsa amenaza, el avión despegó a las 16.50, más de nueve horas después de lo previsto.
De acuerdo con fuentes vinculadas con la investigación, la amenaza consistió en un audio que decía: “Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”.
La voz fue distorsionada, pero los investigadores pudieron establecer primero que se trataba de una mujer y, luego, identificar el origen de la comunicación, lo que llevó a la detención de la azafata.
La Justicia investiga si la mujer habría mantenido, hasta hace dos meses, una relación sentimental con un tripulante de cabina que se encontraba en el vuelo que debía despegar hacia Miami y habría utilizado la amenaza al comandante y al avión para desviar el verdadero motivo, que puede ser complicarle la vida a su expareja.
A tal fin, las fuentes indicaron que, para sostener esa línea, también habría mandado mensajes al piloto del vuelo, en el que le advertía que “sabía a qué colegio” iban “sus hijas”.
Aerolíneas Argentinas sufrió una pérdida superior al millón de dólares entre el operativo de evacuación de los pasajeros y lo que implicó la reprogramación de la partida del vuelo hacia Miami y las demoras ocasionadas.
> Con información de TÉLAM.
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