El secretario de Obras Públicas del gobierno nacional y diputado nacional electo por Córdoba, Martín Gill (FdT), aún no pudo definir cuál será su futuro inmediato. Todo indica que su destino quedará resuelto una vez que se reúna, en las próximas horas, con el presidente Alberto Fernández.
Las posibilidades que se conocen son tres: continuar en su cargo actual como segundo del gabinete de Obras Públicas -lo más probable-; asumir como diputado nacional y renunciar; asumir como diputado, renunciar a ese cargo y al de Secretario de Obras Públicas, y regresar a la intendencia de Villa María, cargo en el que se encuentra en uso de licencia.
Ayer, pese a los intentos, fue infructuoso obtener declaraciones del funcionario nacional.
Mientras que anoche, fuentes del peronismo nacional consultadas por este medio, señalaron que existe una cuarta posibilidad: que renuncie a la banca antes de asumir. ¿Qué cambia? Que si renuncia antes de asumir, quién ocupa su lugar es la concejala Olga Riutort, segunda en la lista del FdT; y si renuncia después de asumir, quien accede a la banca, por la ley de paridad de género, es el actual diputado nacional, Pablo Carro, que finaliza su mandato este 10 de diciembre. La diferencia política de una u otra jugada, es que Riutort responde al PJ “clásico” y Carro al kirchnerismo.
Las mismas fuentes relataron que el presidente no quiere realizar modificaciones de gabinete en este momento, por lo que aparecía como más fuerte la posibilidad de que continúe en Buenos Aires. Pese a ello, como se trata de un frente, habría consultas cruzadas con el kirchnerismo, el massismo y los intendentes del GBA., aliados del “albertismo”.
Gill, por su parte, si continúa en el gobierno nacional, debería renovar su licencia como intendente, un trámite que requiere de un acuerdo previo con los concejales que responden a Eduardo Accastello y el PJ cordobés.
Hasta ahora, ese esquema funcionó, pero para esta oportunidad todavía no estaría cerrado, aunque como en las oportunidades anteriores, depende del visto bueno del gobernador Juan Schiaretti. Nada haría presuponer un cambio de rumbo en este tema a partir de las buenas relaciones entre el primer mandatario provincial y Gill.
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